viernes, 21 de noviembre de 2014

Y si?

Todas las decisiones que esperan llevarse a cabo en tu vida, ¿están determinadas por creer que el tiempo,  las arreglará solas?, ¿a cuántas cosas has renunciado en tu vida, con la premisa “no se hace lo que se quiere, sino lo que se puede?, ¿te has preguntado alguna vez, si tu manera de pensar te limita?  Si empiezas a revisar tus creencias, a las que me imagino, nunca has cuestionado, cosa muy común o esperada, ya que todo se te fue inculcando siempre con la mejor intención, por tus padres, escuela, etc.,  y porque no nos enseñan a cuestionar nada. Si te acuerdas, cuando eras un niño(a), y se te ocurría objetar a tu madre o padre, alguna orden, porque te pareciera sin sentido o arbitraria, te callaban o reprimían diciendo que era una falta de respeto, no porque tus padres fueran obtusos, sino porque así los educaron a ellos igualmente. Entonces, ese gusanito de polemizar algo, teniendo un punto diferente a los demás, se fue callando poco a poco, hasta quedarse mudo. De manera que a estas alturas no se te ocurre hacer controversia de nada, por respeto, timidez, sumisión o simplemente porque lo aprendiste como incorrecto.
       ¿Pensarías del amor lo mismo, si nunca lo hubieras aparejado como sinónimo de sufrimiento, entrega ciega y dolor?  Tus pensamientos sobre el dinero, sexo, poder, amor, bondad,  trabajo,  belleza, han determinado muchas o todas las decisiones que has tenido que tomar durante toda tu vida respecto a ellos. Elegiste amistades, amores, incluso tus hábitos, de acuerdo a lo creíste o crees que era bueno, y descartaste muchos otros por catalogarlos como malos. O sea, que todo tu mundo está determinado por definiciones sobre algo.
     Si no estás dentro del grupo de seres afortunados que no han tenido decepciones amorosas, recordarás alguna experiencia sobre qué hizo que sufrieras, ya sea porque las expectativas sobre la relación no fueron satisfechas o porque te cansaste de dar y dar (porque sí esperabas algo a cambio)  de cualquier manera, tus expectativas estaban forjadas en un modelo, bueno, si por un momento dejaras de encuadrar tu relación respecto a ese molde, ¿pensarías lo mismo?, ¿lo hubieras elegido al ver ciertas cosas que pasaste por alto al principio? ¿Le diste importancia a lo realmente lo tuvo o eso lo viste después?, y puede parecer muy simple o sin importancia, sin embargo, muchas reglas que tenemos en nuestro entorno, cambiándonos tan sólo de país, o época, se permiten o se abolen. Si todos somos seres humanos, partiendo del mismo origen, te darás cuenta que las reglas las ponen hombres, variando de cultura en cultura, de época en época, donde se aceptan sin chistar, que basaron su aceptación en la opinión de uno o más personas, por las conveniencias que hayan sido. Las cosas que son “bien vistas” cambian caprichosamente.

      ¿Y si? Al menos por un momento, decidieras ver tus creencias y cambiarlas, en pos de tener una mejor calidad de vida, por ejemplo. Que no creyeras más, que trabajar de sol a sol, sea la única manera “correcta” de ganar dinero, empezando a permitirte más horas de calidad. Si el pensar en ti, o dedicarte a ti más tiempo, no lo vieras como egoísta, sino como necesario. Si empezaras a ver a las personas más allá de lo que muestran, ¿tendría caso tanto adorno? Si decidieras que sólo tienes que caerte bien a ti, y no sobreponer lo que piensan los demás para aceptarte, porque sólo importa lo que tú piensas de ti. ¿No crees que tu vida sería más fácil, sin culpa alguna? ¿Qué tipo de persona serías en la sociedad, cuando todo el tiempo, te sintieras realizada y en paz? ¿Te importaría lo que hacen o dejan de hacer los demás, sabiendo que tú haces lo que quieres hacer? Tú tienes ese poder de decisión, solo implica recuperarlo y tomarlo. ¿No crees, que valdría la pena, al menos intentarlo?

jueves, 16 de octubre de 2014

Lo positivo y negativo de nuestra vida

Mi vida estuvo llena de desgracias,
muchas de las cuales, jamás sucedieron”.
Descartes

Acostumbramos a catalogar las experiencias que vivimos como positivas o negativas, pero esto es sólo una ilusión que nos encadena a vivir cierta incomodad o sufrimiento, que dura el tiempo que determinemos nosotros mantenernos en una misma opinión, (tal vez por eso aparece el dicho: “es de sabios cambiar de opinión”).
        Cuando estamos frente a una situación, una de las tantas que experimentamos en el día, inmediatamente la pasamos a través de nuestro filtro de placer o dolor, que no es más que un tabulador que hemos ajustado de acuerdo a nuestras vivencias pasadas, y que no tiene nada que ver con lo que se nos presenta ahora. Son circunstancias similares a unas anteriores, pero que no implican ser el mismo momento, no es que se repita la escena otra vez, sin embargo, la evaluamos de acuerdo a la anterior. Podemos hacer un recuento mental de cualquiera de nuestras experiencias repetitivas y nos daríamos cuenta que generalmente tomamos las mismas decisiones al respecto. Lo cual, en lugar de  tomar lo que se nos presenta como una segunda oportunidad, para hacer algo diferente, volvemos a repetir, todo y por lo tanto conseguimos el mismo resultado (aunque este no nos parezca acertado). Esto es algo más o menos, como si tuviéramos un examen con respuestas de opción múltiple, y a sabiendas que todas son correctas, siempre elegiríamos las mismas.
        Si nosotros, cuando empezamos a caminar, con las caídas hubiéramos desistido; una gran mayoría, no caminaría. Lo superamos y logramos hacerlo, porque en esa etapa no tenemos tantas limitaciones acumuladas y definidas como experiencias. Además,  quien tenemos a nuestro alrededor no se le ocurriría evitarnos el aprender, porque da por hecho que es algo que necesitamos realizar de una u otra manera. No así, si fracasamos (por decir así) en una relación amorosa, o un trabajo,  o un proyecto;  generalmente la gente que nos rodea (la que nos “quiere” mucho)  nos apoya alimentando nuestros miedos y justificando el desistir.
         Por otro lado, cada que acuso a las circunstancias, al vecino, al de enfrente, al clima; de ser culpable de lo que me pasa o deja de pasar, yo cedo mi poder creativo, me inutilizo, quedo como un títere, víctima de todo lo que me rodea, y por ende, sin un solo sentido para vivir, Porque, ¿Cómo para qué vivir algo que ya está predestinado y que además no tengo poder o derecho alguno? ¿No es, algo cruel, ilógico e injusto?

           Si tan sólo me diera el permiso de mirar desde otro matiz, parada desde otro lugar; donde lo que vivo, es por y para algo que me viene a ayudar a evolucionar y no a agredirme, sea cual sea la situación que aparezca. Aprender a quitar adjetivos a algo por muy “no placentero” que parezca y encontrar que bendición o regalo me trae, o incluso  lo que me evita pasar. En su caso contrario, no dejarme obnubilar por situaciones que aparentemente son inmejorables y después encuentro que no.  Reconociendo que cada que elijo o decido algo, tengo total responsabilidad sobre lo que se desencadene a partir de eso, creando mis próximos posibles futuros.  Experimentando cada nuevo momento, como de verdad, nuevo. El miedo pasaría a ser utilizado como los animales, en un sentido único de sobrevivencia, y no en una pesadilla mental que me mantiene en una situación  de posibilidades sostenida, pero que la vivo en otra dimensión, en un tiempo que puede jamás ocurrir, mientras la vida me pasa por enfrente sin que haga absolutamente nada.

sábado, 9 de agosto de 2014

Nuestras Relaciones parte II

Todos al nacer, llegamos con dones, capacidades más desarrolladas unas que otras, pero al entrar en el sistema familiar, no los usamos o en el peor de los casos, los escondemos, porque no nos permiten ser. Podría ser que un niño tenga el don de comunicarse por medio de artes plásticas, pero nace en una familia de abogados; seguramente no le permitirán desarrollar y potenciar sus cualidades, sino que por tradición lo obligaran de una u otra manera a ser otro abogado más. Encerrando tal ser en una jaula de estrés y no realización. La realización es estar en el estado real del ser, para brillar, estar en un estado perpetuo de tranquilidad, no como los eslogan de excelencia y triunfo que tenemos definidos, sino lo que a él, le llena.
     Con este modelo de Perfección, nos dan un proyecto de vida, desde buscarnos a quién del clan nos parecemos o les gustaría que nos pareciéramos, que nos empieza a decretar una conducta, que inconscientemente seguiremos como mandato; cualquier deseo de los padres es una orden (explícita o implícita), adoptar las preferencias de la familia (religión, educación, alimentación, etc.) dejando los deseos personales, el disfrute de una actividad, sintetizada a un mero  pasatiempo, o sea, sólo permitido,  después de cumplir con lo que le han obligado y si queda tiempo, lo podrá entonces realizar. Dependiendo de los lineamientos y exigencias de la sociedad donde se  mueva.
     Ya una vez que nos hemos desconectado, siguiendo la educación o adiestramiento a que somos  sometidos, olvidamos la sabiduría innata a cambio del conocimiento adquirido, que generalmente es sólo teórico, porque muchas  o la mayoría de lo que nos enseñan, no nos consta, lo aceptamos con una fe ciega, por ser autoridades (padres, iglesia, gobernadores, científicos) de quien vienen.   Lo tomamos como verdad y renunciamos a la responsabilidad, bueno, también porque nos mantiene en una zona de confort, empezamos a jugar a ser víctimas del destino y sus circunstancias. 
     Con ese tamiz, ya no vemos que todo lo que hay alrededor, que precisamente lo miramos desde nuestra percepción,  proyectamos lo que tenemos dentro, no lo reconocemos así, por lo tanto, la función de nuestras relaciones se pierde totalmente. Entonces, no importa cuántos seres por amor a nosotros, se presten a personificar mil y un villanos, brincamos de guías a guías en automático; sin saberlo, repitiendo personajes, circunstancias y situaciones, una y otra vez. Nos han infundado tan fuertemente que el dolor es sufrimiento, que evadimos cualquier aprendizaje, si creemos que éste no es placentero, por la manía recalcitrante a juzgar todo como bueno o malo. Con este filtro, anulamos de inmediato el cincuenta por ciento de nuestro aprendizaje.
     Podemos medirnos, por decirlo así, con seguridad, que vamos por un rumbo equivocado, cuando llegamos a un malestar, físico, si es como enfermedad; circunstancial, si entramos en una crisis de pareja, de trabajo, económica, etc. Que nos indica, que hay que movernos, no que estamos pasando una mala racha, por mala suerte. Es la manera de obligarnos a mirar esa situación para hacerle cambios, para mutar y evolucionar

jueves, 24 de julio de 2014

Nuestras relaciones (parte I)

Todo lo que existe fuera nuestro es una proyección de nosotros mismos.  Siempre nos estamos encontrando con nuestros miedos, necesidades, bloqueos,   que vemos en lo que nos sirve de  espejos,  de manera directa o indirecta, con el único fin de resolverlos, superarlos, degradarlos o en su mejor instancia,  disolverlos. Una de las formas  de hacerlo, es  a través de las  relaciones, todas; relaciones fraternales, de negocios, de trabajo, de pareja.  Generalmente repetimos los mismos patrones de conducta en todas, tales como dependencia, abuso, sobreprotección, sumisión, chantaje, control, abandono, etc. Relacionándonos una y otra vez con personajes similares, que solo van cambiando el nombre o la función. Que además es una forma de solucionar lo que hemos venido a resolver, todo nuestro universo lo impregnamos de lo mismo, y así nos lo encontramos en las parejas, hijos, jefes, amistades, padres. 
     Nos cuesta demasiado verlo así, incluso aceptarlo, porque toda nuestra estructura mental se ha construido de otra manera.  Aprendemos desde pequeños a separarnos del  entorno, a ser víctimas de circunstancias y destinos,  nos volvemos dependientes, ciegos y desapoderados. Nos quitamos la responsabilidad de nuestra persona y sus consecuencias, dejando todo en manos de la justificación llamada accidente o suerte, convirtiéndonos  en marionetas movidas por  hilos tejidos en  destinos macabros y mal intencionados que requieren de nuestro sufrimiento, para lograr alcanzar algo, para poder merecerlo, o simplemente porque sufriendo conseguimos algunas cosas. El vernos así mismos de esa manera, nos limita e  impide que podamos ver, que todo lo que existe está por alguna razón para comunicarnos algo, nada está de más o de menos, son mensajes en metáfora, que nos hablan para irnos mostrando el camino que vamos recorriendo, y que muchas veces seguimos un círculo, es como tener un mapa y no saberlo leer.
     Al aparecer en nuestro mundo material, llegamos teniendo una potencialidad infinita, que poco a poco vamos perdiendo, al irnos adaptando a la familia, a la colonia, al barrio, al país. Se empieza a construir nuestro ego,  necesario  para protegernos, mantenernos vivos, en los momentos de supervivencia que se enfrenta, va guardando como un disco duro, cada experiencia  de dolor, sufrimiento, peligro, la  archiva en nuestro cerebro arcaico; para que en el momento en el que las circunstancias similares se repitan, inmediatamente se encienda una alarma, ya sea para huir o paralizar.  Respuesta que pudiera ser caduca o impertinente para las circunstancias presentes, pero él no  juzga, sólo lo actúa de inmediato al encontrar varios datos que considera peligrosos.  Lo cual nos impide avanzar en situaciones desconocidas, que pudieran ser benéficas o que nos representaría un avance hacia donde queremos llegar.
     Aprendemos a relacionarnos con recelos, con miedos, con inseguridades. Después de que experimentamos la primer separación, cuando empezamos a vernos como un ser aparte de papá y mamá, iniciamos la carrera del desamor. Empezamos a mendigar, atención, afecto, calor, a cambio de comportamientos “permitidos” o esperados, nulificando , negando o escondiendo nuestras propias necesidades, al punto que antes de dejar la niñez, ya hemos olvidados quienes somos, nos vendemos al mejor postor, o muchas veces al menor precio. Debemos de entender, que no hay culpables en todo esto, si nuestros padres fueron adiestrados de la misma manera, ellos no pueden enseñarnos otra cosa, otra manera, a menos que en el camino, se hayan iluminado y evolucionado.
     Todos al nacer, llegamos con dones, capacidades más desarrolladas unas que otras, pero al entrar en el sistema familiar, no los usamos o en el peor de los casos, los escondemos, porque no nos permiten ser. Podría ser que un niño tenga el don de comunicarse por medio de artes plásticas, y nace en una familia de abogados; seguramente no le permitirán desarrollar y potenciar sus cualidades, sino que por tradición lo obligaran de una u otra manera a ser otro abogado más. Encerrando tal ser en una jaula de estrés y no realización. La realización es estar en el estado real del ser, para brillar, estar en un estado perpetuo de tranquilidad.



sábado, 21 de junio de 2014

Paternidad

Las modas, van, cambian, retroceden, regresan; cuando se trata de ropa o cualquier otra cosa del mundo material no importa.  Hay otros aspectos que se cuelan en estas estadísticas como: La paternidad. Cuando vivíamos en las cavernas, quiero pensar; nos complicábamos menos la vida, ahora como ya lo he escrito antes con las madres, con los padres pasa algo similar. Los modelos de la familia feliz, la madre modelo, el padre modelo, el hijo modelo, es algo que lo ha dictado un puñado de gente. Y que depende del lugar donde hayas nacido, algunas situaciones pasarán de lo normal a lo delictivo, de lo deseable a lo insoportable, de lo bueno a lo pésimo; entonces ¿quién puede estar seguro de algo? Pero eso sí, nos influye de sobremanera.
     En mi personal experiencia puedo decir que  pasé por varias etapas con respecto a esos modelos y lo que repercutieron en mi vida.  Desde  negación, rechazo, decepción, resignación,  finalmente aceptación que en algún momento tuve, con respecto de lo que me parecía que debía ser “normal” o “correcto” referente a la familia. A  lo único que le puedo colgar las culpas, no es a otra cosa que a la comparación que hacía de mi “realidad” con los modelos preestablecidos, esos que nos vende Hollywood (un gran lavador de cerebros)o las telenovelas , novelas rosas, anuncios comerciales; donde mostraban cuáles eran los personajes que hacían un “buen” papel como padre o uno “malo”.  La clave está en que son personajes,  o sea, C R E A D O S.   Idealizados y construidos a capricho, donde no se parecen a un ser humano completo, por una simple y sencilla razón: tenemos polaridades, que se equilibran o desequilibran de acuerdo a nuestros estados de ánimo, circunstancias y procesos por los que vamos pasando en la vida.
     En fin, que le debo de alguna manera o mucho, mis desgracias pasadas a esos arquetipos con los que al compararme, no tenía ventajas, desventajas bastantes. Muy curiosamente, entre más me aferraba a que nuestra relación se pareciera a las que yo me había  admitido como ideales o perfectas, más sufría. No porque mi padre  fuera como fuera, sino que no era como el instructivo señalaba como el correcto.  Ahora, mi relación no ha cambiado, pero el hecho de verla de manera diferente, de no querer meterla a un molde que no cabe,  porque le falta o le sobra,  me da paz, tranquilidad porque ya no tengo nada que buscar, nada que arreglar, sólo vivir.  Y esto es aplicable a todas las relaciones, llámense: amorosas, fraternales, profesionales, amistades, etc.  No es lo que hay, es lo que vemos en ellas, pero nadie tiene un solo color, tenemos infinidad de matices.

     Supongo que no soy la única a la que le aconteció o acontece esto, y como reflexión, pregunto ¿a quién se le dio el inmenso poder de decidir qué es lo bueno o correcto para todos? ¿Y por qué no, se los vayamos quitando? No se necesita más que poner atención donde queramos, no donde nos digan. 

jueves, 12 de junio de 2014

Hablemos de el aborto.

El aborto es un tema que ya mencionarlo, rasga vestiduras a más de uno.  Durante los años de mi vida, he tenido una opinión a favor de la vida, sobre todo porque de adolescente, la única razón que se me ocurría para quedar embarazada sin desearlo, era la irresponsabilidad de no usar anticonceptivos. Conforme fui viviendo, no sólo en este aspecto, sino en todos en la vida, me he dado cuenta que las circunstancias, determinan por mucho, lo uno piense, sienta o crea, por lo cual me he hecho muy flexible al paso de los años.
    Para mí fue fácil, no estuve en ninguno de mis tres embarazos en circunstancias que me pusieran en esa disyuntiva, así que me parece prepotente ser partidaria de una cosa o la otra. Por allí escuché unas palabras muy sabias, que decían: “Aun cuando tengas todas las circunstancias que envuelven una situación, no  podrías juzgarla, porque siempre se escapan cosas”.
     Ahora bien, si se legisla como delito, impidiendo que se interrumpa un embarazo. ¿Qué tan “humano” es darle una vida digamos,  sin amor? Para no meternos con detalles como tales como: rechazo, desprecio, ignorarlo, maltratarlo. ¿Qué diferencia, tendría una muerte por condena o por aborto? Que si investigamos un poco a los asesinos, los más crueles, seriales, calculadores, en su mayoría tuvieron una niñez muy particular, a lo mejor ni siquiera fueron deseados, pero por alguna razón vivieron y no en las formas más idóneas. Podemos ejemplificar un poco al respecto con “el mochaorejas”, cuando se dio una semblanza de su vida, se podía entender cómo llegó a ser tan cruel. Hijo no deseado, maltratado por ambos padres y abandonado por la madre, resume sus sentimientos  continuamente, cuando se le oía decir que él no lloraría frente al cadáver de su madre, cuando ésta muriera.
     Desgraciadamente, gracias a los tabús, educación y moralidad. La mayoría de las mujeres que tiene un aborto, provocado o natural, tiende a sentirse culpable por el resto de su vida.  Y sí, eso implica que  además abandone una actividad, digamos estudio, trabajo, un estilo de vida, a lo cual no renunció por decisión propia, a la culpa le añadiremos la frustración.  ¿Cómo se encontrará emocionalmente  para darle a un nuevo ser un ambiente de amor, atención y cuidado? Que es lo ideal. Una planta sin atención se marchita y muere, obviamente estoy hablando de las plantas que adoptamos y llevamos al hogar.

     Por otro lado, una vez que se sigue con un embarazo, de alguien que no lo quería tener.  ¿Qué seguimiento, apoyo, recibe? Si muchas veces ni en su propia casa, la apoyan.  Durante toda su gestación estará impregnado de la emoción de la madre, todo lo que sienta ella: ilusión o desilusión, alegría o tristeza, amor o desamor, esperanza o desasosiego. Después  de este estado idóneo o no, sigue el de la crianza, que como todos sabemos, que a veces que lo amamos nos fastidia o cansa, ¿qué puede esperar lo que detestamos o no amamos?  Las leyes que se ocupan de esta situación, ¿tienen propuestas para procurar ese estado de bienestar? ¿Qué pasa en los embarazos posteriores a nivel emocional? ¿Estarán curadas las heridas, tanto como para no doler, y que no influyan en este nuevo ser? por qué no olvidemos que no está naciendo sólo un bebé, estamos creando un nuevo ciudadano para este mundo. Que se desarrollará de la manera como fue concebido. 

jueves, 29 de mayo de 2014

Vivir mi vida

Vivir mi vida es una frase tan emblemática, inspiradora y gastada. Se oye increíble porque denota mucha decisión, aunque, ¿realmente vives tu vida?  De primera instancia la mayoría contestaría que sí, a nadie le gusta afirmar lo contrario, aunque sea de dientes para afuera.
      Sin embargo, si tan sólo piensas en tus creencias, tus valores o lo que llamas tuyos;  tú no los elegiste, se te impusieron porque naciste en una familia de tal o cual característica; preferencias culinarias, políticas, sociales, olores, sabores, que dependen primeramente de  la aprobación de tu entorno familiar, después de tu municipio, o colonia, o país. En fin, que hasta ahorita, tu libre albedrío, ha sido minimizado al mínimo;   ahora que, si eres de los que siguen las reglas, sería casi nulo.
      Si te das el tiempo en este momento, para desmadejar todo lo has vivido hasta hoy, te darás cuenta, que te pasan cosas que no quieres que te sucedan, situaciones que se te repiten, personas, que si no fueran por el nombre serían las mismas ¡claro! Dirás es la suerte, pero ¿Qué es ella, realmente existe? Si partimos desde algo comprobable, como que el Universo es información, y toda ella existe en ondas de interferencia;  por principio nosotros somos parte de ello, la diferencia en nuestra manifestación tangible como es nuestra vida, es que en momentos nos convertimos en partículas y en otros, somos ondas de interferencia con pura potencialidad.  Explicado de otro modo, que mientras estemos en ondas tenemos la potencialidad infinita para  manifestarnos, al convertirnos en partículas (corpusculares) elegimos una de todas esas posibilidades ¿De qué depende entonces, que algunos puedan manifestarse con oportunidades increíbles  y otros no? Si todos partimos de la misma fuente y con las mismas probabilidades.
     En múltiples experimentos científicos, se ha comprobado y por lo tanto aceptado, que las partículas mientras no son observadas desaparecen y se desvanecen en la nada, sólo son movimiento, y se les puede ver por la estela que dejan,  pero cuando se les pone atención se materializan.  ¿Qué es lo que ve cada observador? Todo depende de las expectativas, y éstas dependerán de tu historia, porque no puedes esperar algo desconocido (estamos educados así), esto sucede cuando declinas todas tus expectativas y entonces tienes el abanico de posibilidades en tus manos. Salvo que, toda nuestra formación se basa en movernos en circunstancias que nos sean familiares, para poder controlarlas, difícilmente nos tiramos a ciegas, hasta hay dichos que nos lo marcan “más vale malo conocido…”, más vale pájaro en mano…”, que nos condenan a lo “seguro”, como si algo lo fuera, evitando así cualquier riesgo.
    Nuestra vida es un entrenamiento, donde tenemos además de una educación meramente condicionante, que basta con nuestra infancia para lograrlo, después viviremos de acuerdo a esos parámetros.  Se ha descubierto que nos rigen dos grandes programas o proyectos. El Transgeneracional y  El proyecto sentido; de los cuales no elegimos ninguno. El proyecto sentido se programa durante la concepción, gestación y los primeros 3 años de vida. Donde se va a depender de las emociones y vivencias de mamá, alegrías, tristezas, preocupaciones y los “no dichos” o secretos;  que el bebé las vive como suyas, En esta etapa se programan muchas enfermedades.
     El Transgeneracional, un concepto usado por la psiquiatría y psicología, del cual Freud, hablo algo de ello, aunque su trabajo, se concentró en otras áreas.  En los 70´s, un grupo de psicólogos se reunía semanalmente para compartir sus casos, María Torok, Nicolás Abraham y Anne Shutzenberger, a ésta última le debemos el descubrimiento de “El síndrome de aniversario, a los dos primeros “el fantasma”.  Donde después de muchas observaciones, y casos clínicos, se dio cuenta que repetimos la historia de nuestros ancestros idénticamente, como si heredáramos roles, o conflictos. Lo vio primero en ella misma, al repetirse entre las mujeres de su familia, la muerte del hijo menor que era varón, y dos mujeres sobrevivientes. Combinación repetida en tres generaciones sin cambio alguno. ¿Para qué ocurriría esto?, seguramente para un fin determinado. ¿Qué pasa si no te das cuenta de que esto te sucede? Si no lo puedes ver, mucho menos lo resolverás.  ¿Cuántas veces no has dicho o has oído decir: “yo no quiero ser como mi mamá/papá”? e irónicamente ves que tu vida se repite idénticamente sin que lo puedas evitar. (Esto en primera instancia), cuando entiendes el para qué tu repites esto, lo concientizas, ya  no tiene razón de ser.  Jodorowsky dice: “tener un árbol genealógico es tu mayor tesoro”, porque en él podrás encontrar la respuesta a tus sin sentidos, a tu mala suerte, en fin, podrás sanarlo fácilmente.
     Esto, claro es un tema muy polémico, porque estamos educados a ver todo de otra manera, y nuestro condicionamiento es tan fuerte que no nos permite siquiera dudar de nuestros propios juicios o conocimientos. La propuesta es empezar a crecer, a tomar la responsabilidad absoluta de nuestra existencia, corpuscular, emocional y espiritual. El estar consciente te abre una vida de libertad, donde puedes empezar a tomar decisiones que sean tuyas realmente, salirte y romper el programa,  sin condicionamientos, culpas o remordimientos. Aprender a gestionar nuestras emociones y enseñar a los que nos rodean a hacerlo.



sábado, 10 de mayo de 2014

El útero, matriz divina o maldita

Creí muy importante, escribir sobre la gestación; no sólo porque es el inicio de la vida, sino porque es responsable de muchos inicios. Ahora con tantas corrientes, defensores morales o amorales, de un u otro abanderamiento. Cuando decidieron legislar  sobre  el aborto, sólo se tomó en cuenta, si la mujer, tenía  o no, derecho a decidir sobre la vida que llevaba. Sobre si se justificaba seguir con un embarazo. Sobre quién o quienes debían ser señalados, pero todo se basaba en supuestos derechos de uno u otro.
     Bueno, de lo que hablaré, es algo que va más allá de esta decisión. En qué momento el alma (espíritu, inconsciente, etc.) llega a ese embrión, y éste empieza a grabar todo, es tal vez lo menos importante. Este inicio de vida, que si se llega a completar, sean las circunstancias que pasen para lograrlo, está supeditado a las emociones de la madre, de las cuales, ninguna ley, ni marido, ni padres, ni sociedad,  pueden hacer nada al respecto desde la posición de los derechos.  Sólo se le tiene un poco de atención, tratada como ser de “cuidados” especiales, tildándonos de incapacitadas, impedidas, casi como si fuera una enfermedad, incluso así lo dicen: “ya se alivió”. Aclaro de una vez que soy madre, de tres hijos, porque generalmente, los temas los desarrollan personas que no han vivido la experiencia de lo que hablan, en mi caso no es así.
     La protagonista de la creación del mundo es la mujer y sus emociones, equilibradas o no; desde que es feto, sabe y lo sabrá aunque nadie le diga; si fue deseado (cosa importantísima para el resto de su vida), independientemente si después es querido, alimentado y mimado. La impronta queda desde el instante mismo de saber que está embarazada, cómo recibió la noticia, qué reacción o pensamiento se vino a la mente en ese momento;  de acuerdo a cualquier impacto emocional se grabarán programas que después desarrollarán a lo largo de su vida, como manera de resolver o sentir situaciones.   ¿Qué sentía la madre cuando fue procreado?, ¿Qué vivió durante la gestación?  ¿Deseaba embarazarse? ¿Cuál era su intención o la del padre?  Todas estas emociones quedan impregnadas en este nuevo ser, si la madre es amada o rechazada, si es violentada, discriminada, abandonada, esclavizada, etc.,  ese nuevo ser vivirá como suyas todas esas emociones y a ciegas, porque no sabe las circunstancias que vive la madre, para él poder interpretarlas personalmente.  Serán completamente pasadas como ella las experimente,  sean reales o imaginarias, eso no importa, el inconsciente no sabe distinguir una de otra.    Después de nacer, incluso  durante sus primeros tres años, seguirá dependiendo y viviendo a través de la madre, o con quien se identifique como tal.    Por ejemplo, algún alimento que le guste a la madre durante su embarazo, le irá bien al bebé;  un conflicto emocional, deja una impronta igual que el alimento, una información  de agrado o desagrado,  que se guarda en la célula y se queda a resguardo, para que cuando haya situaciones similares  se detone de alguna manera. Aunado a la forma en la que nace,  va a tener un sentido en cómo resolver situaciones durante su vida, el parto es la primer lucha para sobrevivir, si necesitó asistencia (una cesárea), si tuvo complicaciones, si fue muy tardío o rápido su llegada, si venía de nalgas, de pies.

          ¿Qué tanto cuidado, para no decir amor, dará una madre a su recién nacido cuando ha sido abandonada? ¿Y cuando la razón del abandono fue el propio embarazo? ¿Tuvo que perder algo al quedar  preñada? Ellas tienen el poder sobre el mundo, cada conflicto, traerá un proyecto que desarrollará  a lo largo de su vida para resolver, aquello que quedó grabado inconscientemente. Habremos de empezar a ver este proceso, donde la asistencia a una mujer, sea más allá de un chequeo médico.  Incluso, para las que en algún momento desearon y buscaron quedar embarazadas. Todos llevamos esos mandatos,  algunos de los cuales difícilmente los pueden dejar e incluso forman parte del eje de su vida,  más o menos complicados o difíciles,  una biografía oculta. Pero, ¿Para qué sufrir algo, que se puede evitar? La comunicación honesta y verdadera sobre los propios sentimientos, le pueden dar más amor a sus hijos, que mil palabras bonitas.  Comprender es liberar. 

martes, 22 de abril de 2014

El Desapego

 El desapego, últimamente es una palabra, traída muy a la mano en artículos, consejos románticos, frases célebres y en el camino espiritual. Tan común su palabra como rara su aplicación. Es bastante cotidiano ahora, cuando te enlazas a una red social,  que veas al menos en  los primeros diez minutos,  frases de superación, de libertad, de amor y el desapego es protagonista directa e indirectamente, porque a veces se habla de él, incluso sin mencionarlo. La acumulación de likes, es inminente y automática. Pero, fuera de ese mundo virtual, su protagonismo desaparece, ni siquiera se le toma como invitado casual.
       Hay una situación que hay que entender, desapegarse, no es tirar todos tus afectos y efectos, para que de  un momento a otro decidas vivir en la calle, sin nada (a menos que desees experimentar esto). Y tal vez ese malentendido es lo que haga que no se le pueda tomar y ejecutar como verbo. El desapego es más sutil, menos material e intangible, es un estado donde renuncias a lo que tienes, para cuando ya no esté contigo y lo tengas que dejar ir. Mientras lo vas a tener, disfrutar, gozar, como el día antes de anochecer, como la lluvia antes de salir sol. Vivir sabiendo que tienes todo, y a la vez no te pertenece nada.
         Muchos anclajes, empiezan porque hay  creencias, dichos limitantes que te obligan a permanecer en ese estado de miedo a la pérdida, por creer que nada lo puede sustituir, o por creer que es parte de un estado ideal;  como por ejemplo, sonará muy trillado, la maternidad o paternidad, donde se creen que los hijos hay que traerlos pegados en pensamiento, las 24 horas del día, esto no sólo es patético sino neurótico.  Si observamos el comportamiento de un niño natural, en el momento que ya no es un lactante; juega, convive, se relaciona, sin estar preocupado si su mamá ha comido, si su papá llegó a tiempo a trabajar; empieza a sentirse atado y culpable, cuando la madre o padre  le adhiere a su amor “incondicional” la obligación de correspondencia; de te doy, siempre y cuando tú correspondas,  Se inicia en el amor carente, condicionado e interesado. Empieza a saber que no puede ser merecedor de algo sin dar nada a cambio primero. “Si eres así, te quiero”; “si eres asado, te acepto”, “Estoy tan orgullosa de ti, por haber hecho lo que yo quería”.  Se da cuenta de que para ser aceptado, tiene que prostituirse, no puede ser él, el verdadero no es aceptado, y es muy lindo sentir la aprobación, de la gente que amamos, así que lo repetimos, hasta que se hace un estilo de vida. Hago por compromiso, digo por compromiso, soy por compromiso.
     La vida entonces, comienza a ser una colección de cosas ganadas. Cuesta trabajo conseguirlas y mantenerlas, porque ser muchas cosas a la vez, la mayoría impostando, es cansado. Los logros se sobre estiman,  hay una carencia de saber si se logrará otra vez. Entonces aparece el apego, el aferrarse con todo a eso, conocido.  Con el miedo latente de ser aceptado de nuevo. De tener que inventar otro u otros personajes admitidos.

     Todo esto no sería necesario, y se tornaría hasta ridículo, porque al ser tú mismo, atraerás personas que son como tú, y no otras que aparentan ser lo que no son, no habría engaños. Pero todo surge desde tu casa, si la primera persona que no te acepta es mamá o papá, como puedes seguir adelante, ¿Qué es lo que aprendes entonces? A quedar bien con una tercera persona antes que tú, el mensaje implícito es “si las personas que más te aman, no te aceptan, que puedes esperar de los demás”, y después nos quejamos que no hay gente sincera. Cuando ser lo que uno es, siempre es lo más fácil, no tendrías que hacer nada extra. El desapego sería implícito en tu manera de vivir, sabiendo que tienes lo que necesitas siempre, y nada más. Valiente, viene de mantenerse fuerte, en su territorio (mente, cuerpo, ideología).  Esto es para valientes.

miércoles, 9 de abril de 2014

Comunicación sin errores


Tu sombra


Creo...luego entonces lo vivo.

A mi parecer, creo que sufrimos de una fuerte pérdida de la memoria, que cambia completamente (o casi) de generación en generación, incluso enterrando creencias o información en el olvido total.  Me voy a enfrascar en un solo tema, las cosas que nos dañan (o que lo creemos así).
     Si comparo,  tan sólo en  la comida, las creencias al respecto, no tenían nada que ver con las de  ahora. Y bueno, dirán, la ciencia, la investigación, nos cambia la perspectiva; pero esto en lugar de beneficiarnos nos causa problemas. En la época de mis abuelos (no nos vamos ir más lejos), dos generaciones atrás, se enfermaban porque creían que los dañaba un mal aire, el mal de ojo;  que se reventaban las tripas, si te estirabas cuando comías; había una que no me daba la cabeza para explicármela, la de que se te “pegaban” las semillas o la piel de éstas en el estómago (¡con jugos gástricos que deshacen carnes!) en fin, un montón de cosas que ahora o nos hacen reír o nos parecen ridículas. El punto, es que lo creían firmemente, lo cual se cumplía inexorablemente,  si se daban todos los requisitos; había combinaciones de comida que jamás se atrevían a mezclar, por ser supuestamente dañinas, y ahora está de moda la comida de fusión, donde se combinan ingredientes que jamás a nadie se le hubiera ocurrido, y entre más original y raro sea, mejor.
     El saber, como conclusión; nos llevaría a tener más libertad de ser, hacer y deshacer, porque todas o casi todas esas creencias sin fundamento, prácticamente han desaparecido;  es muy raro, a menos que sea una persona muy ignorante o incluso analfabeta, para que le escuchemos frases así. Ahora la ciencia se ha encargado de llenarnos de otros miedos, sustituyendo los que quedaron en el pasado. Con el peso de la ciencia por encima sobre las mitos que ahora salen, a borbotones sobre, las vitaminas, algunos alimentos, el agua, bueno, nos podríamos llevar hojas y hojas, hablando de cosas increíbles,  dones o perjuicios que se le han colgado a alimentos o sustancias, que antes, ni se nos hubiera ocurrido, pero que ahora está “científicamente comprobado”, por lo tanto sin ningún miramiento, se le toma como verdad absoluta. Aunque después aparecen en forma muy efímera o casi silente, un interés oculto sobre cada mito. Como ha ocurrido con vacunas, operaciones, que de pronto, se tornan “necesarias”, habiendo una empresa o más detrás de todo esto, enriqueciéndose tan rápido como se crea la nueva “verdad”.
      Con todo esto, han aparecido nuevas tendencias alimentarias, tales como la ortorexia (obsesión por la “buena alimentación”),  vigorexia (obsesión por el ejercicio),  pararexia (obsesión por el conteo de calorías), drunkorexia (restricción alimentaria para compensar el consumo de calorías ingerido por bebidas alcohólicas),  potomanía (obsesión por beber líquido para saciar el apetito); sin dejar atrás, por supuesto la anorexia y la bulimia, que son más reconocidas. Achancándole males o beneficios a algo que antes no lo veíamos así. Con la locura de las curaciones mágicas, han aparecido cualquier cantidad de plantas milagrosas, frutas o verduras con propiedades nunca antes comprobadas, porque ya eran de uso común muchas, si es que no lo hemos olvidado.
     En gran parte, por no decir que se lleva el crédito completo, el internet; ha sido  el responsable de difundir información que después se toma como verdadera, sin haberse siquiera molestado por ponerla en duda, que creo yo,  que es una gran mayoría la que lo adopta así, muchas veces no hay fuentes que lo respalden, y además hay que tener en cuenta, que cualquier persona puede publicar  cualquier cosa, y ni siquiera se preguntan para qué es esa nueva información o a quién beneficia.  Una vez colgada en la red, no hay manera de quitarla, su difusión es inmediata, infinita y rápida.  Pero todo se reduce al poder que le damos o no, al creerlo. Una vez aceptado como verdadero, pasará a ser parte de nuestras posibilidades de vida. La decisión es siempre nuestra.
    


miércoles, 12 de marzo de 2014

S.O.S. VENEZUELA

Estas últimas semanas las redes sociales han estado saturadas o muy permeadas de noticias sobre las manifestaciones en Venezuela, y alternativamente en algunos otros países.  La atención volcada del medio artístico, deportivo y demás personajes públicos, ha generado opiniones a favor y en contra en nuestro México lindo (que es de dónde escribo). He leído comentarios, todos comparando, las marchas de la oposición aquí y allá,  en los medios de comunicación por sus  comentaristas, cuando se hacen aquí en México totalmente descalificadas, siendo para ellos un acierto como está sucediendo en Venezuela. Otros, lamentado el apoyo de los personajes públicos a dicha manifestación,  con celos, porque no se nos toma de la misma manera, y más dimes y diretes que desvían el punto focal del conflicto hacia situaciones pueriles.
                         Razones personales me vinculan a este país hermano, por lo tanto,  la información que me llega no es sólo la filtrada por el amarillismo de los noticieros, sino de boca de personas cercanas a mí,  que además no sólo están involucradas, sino afectadas directa o indirectamente por este conflicto.   Venezuela, en los últimos quince años, ha tenido un número cada vez más grueso de emigración, hacia diferentes países. No siendo incentivados en su mayoría,  por perseguir el famoso “sueño americano”, como es la mayor motivación entre nuestros emigrantes. Es sabido, por los que lo han querido (porque hay un gran número de ignorancia al respecto) que el principal motivo  del éxodo venezolano fue el Imperio Chavista, dictadura Castrista y castrante disfrazada de socialismo y patriotismo, siguiendo el modelo creado por Fidel. Donde la idea es lograr cubanizar a Venezuela, no sólo por la invasión de cubanos, sino también convertir  a su pueblo en una copia de Cuba. Donde el socialismo (empobrecimiento) sólo se aplique a sus habitantes comunes y corrientes, porque los mandatarios de un nivel hacia arriba, puedan vivir el capitalismo  al mero estilo  Rockefeller dentro y fuera del país. Motivo más que suficiente para salir, y no quedarse a  sufrir el deterioro económico, social y cultural al que llevó con gran éxito el Comandante Chávez, que continúa con mayor rapidez su peregrinar hacia el resquebrajo total del país, su heredero: el presidente Maduro. Acabando cada vez más las oportunidades que tenían  los jóvenes y no tan jóvenes profesionistas, por no estar de acuerdo con la política implementada, que “favorece” a la gente que no le gusta trabajar, estudiar o cualquier otra forma de desarrollo, llenando de parásitos cualquier espacio productivo.

                          El comportamiento fuera del país, es diferente entre los emigrantes de aquí con los de allá; los nuestros, empiezan a buscar amalgamarse a su nuevo hogar, los otros están pendientes de cada noticia con la esperanza de que todo cambie y regresar.  Unos emulan, copian, adquieren todo lo nuevo para lograr ser uno de ellos, los otros se mantienen extranjeros el tiempo que les sea necesario o siempre. Por eso, el movimiento rebelde de levantarse contra el gobierno, hizo eco en cada uno de los  desperdigados, alistándose de inmediato desde su recóndito sitio,  su nueva familia, los compatriotas encontrados en su mismo domicilio, los amigos adoptados, y sus conocidos. Sacaron de sus casas las banderas guardadas que servían de recordatorio, para no olvidar su patria. Se unieron, uno por uno, desde cualquier punto con el deseo imperante de que su país sea  nuevamente,  el que alguna vez habitaron. 

jueves, 27 de febrero de 2014

Escuchemos nuestro corazón.

La conciencia es un campo magnético,  tomando conciencia  modifico  el campo magnético de nuestro corazón. El campo magnético de la Tierra se está debilitando, y éste está supeditado al campo magnético de cada uno de nosotros. El deshielo de los polos, esos cambios climáticos a los que nos hemos enfrentado últimamente, es parte de este debilitamiento.
        Puedo empezar a tomar conciencia de mi responsabilidad y crecer como adulto. Saber que cada decisión que tomo o desecho, afecta directamente a mi corazón.  Creo que tenemos que aprender a escuchar a nuestro corazón, dejar de razonar todo, que muchas veces las razones que tenemos son las peores que se nos ocurren, porque simplemente lo hacemos bajo un prisma automático resultado de una educación determinista y conveniente para unos u otros, pero muchas veces no para la persona que está actuando.  Nuestro corazón es un cerebro, lleno de neuronas, que se altera cuando nos frustramos, cuando tenemos emociones negativas que en principio afecta nuestra salud y por supuesto lo que pasa en nuestro alrededor.
          Soy coherente cuando pienso, siento y hago en sintonía, no digo azul aquí, y actúo verde acá, etc.  Digo si, cuando de verdad quiero decir sí; y que la respuesta de mis actos no son manipulados por culpas ni obligaciones impuestas contra mi voluntad, por querer quedar bien, ante ojos que no son los míos. Dejar de ser hipócrita, que con la única persona que deberíamos de quedar bien somos nosotros mismos, para que nuestro corazón, esté en paz, al estar en paz, irradiamos esa tranquilidad y plenitud a nuestro alrededor, es ser egoísta, ante los calificativos con los que hemos crecido, pero es la única manera de ser uno mismo. ¿Por qué voy a ir a un sitio que no deseo, sólo por ser “educado”? Tratar personas y aceptar argumentos con los que no congenio, haciendo cosas que detesto, para “encajar” en una sociedad. Eso es ser incoherente y tu corazón no lo entiende, cuanto haces algo contra tu voluntad, tu estado anímico completo se ve afectado, tu corazón entristece, el ritmo cardíaco se modifica.
          El Investigador alemán Fritz Albert Popp, demostró que las células emiten luz, un cuerpo sano tiene una radiación tipo lasérica que tiene un ritmo debido a su coherencia, porque todos sus fotones están alineados como si fueran una orquesta;  demostró lo contrario en  pacientes con cáncer que son los que sus fotones no tienen dirección alguna, están extraviados,  y los de esclerosis múltiple por el contrario se ahogan en su luz, son rígidos completamente. Las personas iluminadas no emiten luz, porque su cuerpo se une al campo .0, se funde con él. El iluminado es la ausencia de luz, porque ya no emite juicios, no toma partidas, es luz no manifestada. La coherencia es el estado de perfecto equilibrio entre el caos y el orden. Incluso Popp, piensa que los organismos enfermos podrían someterse a un tratamiento de coherencia, aplicando un estímulo rítmico exterior para recuperar el suyo propio.
     No se necesita hacer cosas raras, ni difíciles, simplemente preguntarse, ¿quiero hacer esto? ¿Lo que hice el día de hoy, era lo que deseaba hacer? Cuando se dice “unamos nuestros corazones a  “equis” causa” es literal, ellos entienden eso. Pero no lo hagamos como un acto conductual, sino porque de verdad lo sintamos ¿Por qué no aprendemos a escucharlo y ponerle atención? Que es más barato, más fácil y nos beneficia a todos.


Buen día!!!


sábado, 15 de febrero de 2014

Una palabra mágica: LA COLABORACIÓN

Últimamente es muy difícil no caer en la tentación de criticar el país, la vecina, tarara tarara tarara, porque vivimos en un estado de espera constante, esperar a que haga alguien, algunos, todos; que automáticamente calificamos en relación a nuestra escala de expectativas. Y como nuestro sistema funciona con base a la ley de oferta y demanda, pues vivimos en un desequilibrio total, porque todos demandan y nadie oferta.
     Primero, nos hemos creado muchas necesidades, la que más conflictos nos da,  es la de aprobación; donde además de preocuparnos por  respirar, comer,  vestir y habitar (que serían las básicas), le agregamos un plus, no todo equivale a la misma calidad de comida, ni de vestido ni de vivienda, no por lo  que satisfacen, sino para pertenecer al grupo donde quiero ser aceptado. Sea por nivel socioeconómico, intelectual o gremio cualquiera que tenga un distintivo de otro y me interese pertenecer. Así, nacen las etiquetas, esto es mejor que esto otro, porque algo o alguien lo dice, y los demás siguen el ritmo, luchando por ganar un estatus o un lugar, del cual más que premio, parece una cárcel. Sí,  una prisión, porque fuera de sentirme bien conmigo mismo a secas, no, primero soy de tal país, como si uno fuera mejor que otro, de tal colonia, de tal familia, de tal escuela, de tal idiosincrasia política, religiosa o moral; aunque esta última, sea más de nombre que de práctica.  Que bajo estos preceptos, me voy a sentir aceptada o rechazada o intimidada, por los demás diferentes a mí, y de lo cual mi reacción también será una contraparte. Así que no empezaremos por encontrar a ningún inocente o culpable, como se quiera ver desde este punto de vista.
     Si nos detuviéramos un poco y observáramos cualquier pedacito de naturaleza, descubriríamos o mejor dicho recordaríamos que funciona todo, en una total colaboración equilibrada, la tierra no menosprecia las semillas por clasificación, el agua no discrimina nada, el sol, el aire, los mismos insectos y fauna “nociva” como nosotros la hemos calificado, tiene su papel, igual de importante el de uno o de otro, ya que para existir, se necesitan todos. Cada cual da sin esperar, todo su ser, para crear una sinfonía maravillosa.
      Este modelo de convivencia  y colaboración, nos vendría muy bien a todos, cada quien haciendo su parte; como un inmenso  reloj, para poder mover toda una maquinaria, por muy pequeño que sea el engrane o la pieza, se requiere de la participación de todas. Es muy fácil, culpar al de enfrente, y dejar toda la responsabilidad de todos bajo sus hombros, nadie, por muy superhombre que fuere, se le duplica  su  capacidad para cubrir las de su vecino, y si así, lo hiciese, el rendimiento se mermaría en un plazo más corto.  
     Me parece  sumamente ilógico, infantil y ridículo, creer que, nuestro mundo va a cambiar, porque los que deben cambiar son unos cuantos dirigentes;  ¿y todo el resto? ¿Dónde queda su responsabilidad? Si viéramos al gobierno, cualquiera que este sea, como una madre o un padre, para que solucione todos nuestros problemas, nosotros representaríamos el adolescente o infante perpetuo, que sólo exige protección, alimentación, derechos, sin producir nada en algún momento y que la madre o padre, si van teniendo una depreciación a medida que crece el número de hijos.
     Nos hace falta madurar, tantas y tantas reflexiones que se ven muy bonitas, cuando se
postean, no nos sirven de nada. Si al menos pusiéramos un poco de atención a las palabras que nosotros mismos abanderamos como nuestra ideología, pero que a la vuelta de la hoja, hacemos otra cosa. Y lo digo, porque me acuerdo mucho de una reflexión que aquí, en las redes sociales y en correos masivos han enviado mucho; la anécdota del pajarito que quiere apagar un incendio en el bosque, donde todos los animales corren para salvarse, y él con sus alas mojadas alcanzaba a tirar unas cuantas gotitas de agua, que recogía de un arroyo o río. Si todos llevaran agua, probablemente el incendio no prosperaría.  Y ¿qué nos cuesta a todos y cada uno? Hacer mejor lo que está haciendo, ni más ni menos, seguir haciendo lo que hace, pero enfocado a dar una mejor calidad de vida para todos los demás, él que lava carros, él que los arregla, la que hace comida, la que atiende una oficina, etc. Muy probablemente, nuestra necesidad de aprobación se relajaría, habría menos límites culturales o sociales, y nos importaría más, la persona que tenemos enfrente sin ninguna distinción, además como todo lo que se da, se recibe de vuelta, tendríamos buenas atenciones siempre.

     

Pide sin miedo.


miércoles, 5 de febrero de 2014

Un caldito, loco loco.

Una de las razones por las que inicié este proyecto, de El  Pan de la Nonna, fue rescatar del olvido o no dejar perder recetas, que en algún momento de mi niñez fueron mis favoritas y después se convirtieron en un vago recuerdo al adoptar un estilo de vida diferente, rutinas nuevas, la introducción de alimentos procesados en las alacenas, sabores que por control de calidad no tienen la sorpresa de que saben diferente por cambio de estación, por la cantidad de lluvia en el año, o los colores cambiantes por las sequías.
          Uno de esos platillos es el Caldo Loco, oriundo de la huasteca potosina, ya que yo soy de allá, aunque casualmente mis abuelas eran de Hidalgo, ambas, una de Pisaflores y la otra de Santana, así que no sé si ya lo conocían, antes de vivir en Tamazunchale, de donde aparezco yo,  no tengo más datos del origen de dicho guiso.  Cada una lo hacía a su estilo, cuando me encontraba con la sorpresa de que lo habían hecho para la comida, yo, que era más bien remilgosa, repetía ración. Ese era un truco que a mi mamá (que tenía la obsesión como todas las madres, con la comida de sus hijos) le hubiera gustado aplicar seguido, pero dadas las características mismas del caldo, no era muy popular en casa,  razón por la cual, yo tampoco lo hago, aunque me fascine.
          No he encontrado, personas fuera de allá que lo conozcan incluso, y este caldito para mí, es toda una epifanía de la gastronomía, su mezcla sui generis de sabores, dulce, salado y acido, lo hacen único. Es un guiso que se puede hacer con carne de res o pollo, acompañado de manzana, piña, plátano macho o largo frito, elote (una de mis abuelas le agregaba también chayote), su recaudo, canela, azúcar, Todo un abanico de sabores para estimular toda la lengua, por el antagonismo de sus ingredientes.
           En fin, el punto es, que espero no se pierda esta maravilla de plato, que además es una reliquia, ya que su origen data de recetarios del siglo XVIII,  y que a más de uno de ustedes se les antoje probarlo, así el día que lo haga, tendré comensales para él.

     

sábado, 1 de febrero de 2014

La intención y la atención.

Estas son dos palabras a las que hay que atender muy meticulosamente, ya que  implican la parte fundamental de nuestros deseos y la manera en la que se concretan o no. Después de haber leído y escuchado información al respecto,  creí que lo había entendido y !oh sorpresa!, no era así, porque buscando más información me encontré con que estaba a medias.  Lo importante de cualquier conocimiento es integrarlo, hasta que ya se haga en automático, ningún aprendizaje sirve, si no lo pones en práctica. Y cuando pasas a esta etapa es cuando te das cuenta si lo aprendiste o no, muchas veces caemos en la trampa de que porque entendemos el mecanismo de un funcionamiento ya esta listo, lo damos por hecho; cuando más adelante nos encontramos con que ni siquiera lo tomamos en cuenta, al enfrentarnos a algo donde lo podíamos aplicar.Si nos dimos cuenta, aceptaremos que eso no esta integrado, esto es lo difícil de cualquier inicio o adaptación nueva a algo, porque es muy fácil repetir los patrones que tenemos,  todo es un  reaccionar, lo hacemos inconscientemente.

     Regresando a la intención, ésta es la parte sutil pero también la que estructura nuestro deseo, inherente a cada deseo se encuentra el mecanismo para su realización, esto esta escrito en antiguas escrituras de sabiduría.  Un ejemplo podría ser que deseo que mi empresa mejore,  si mi intención, o lo que me mueve es ser más competitiva, ganar más dinero, voy a estar enfocada en detalles como, mejorar una venta, hacer más horas de trabajo, invertir más, etc., esto implicará más gasto de energía en mí y probablemente más frustraciones, voy a estar empecinada en ver resultados cada día o cada momento, que  indiquen mis avances, y esto es precisamente mi atención, voy a estar enfocando y energizando eso, al saber que la energía tiene una fuerza, esta parecería que va al sentido que yo quiero, pero no, va en sentido contrario, porque yo quiero controlar todo, es como meter freno al carrito de una montaña rusa, cada que pongo atención en lo mismo, es como si frenara, porque desde que quedó el deseo invocado, toda los rieles de la montaña rusa se construyeron, y yo sólo tengo que tener la certeza y dejar que se vaya solo. Seguir pensando en mi intención y no en mi atención, porque lo detiene. Dice una frase chamánica: "el universo tiene más de dos opciones que a ti no se te ocurrieron", cuando quieres llevar el control de todo, pierdes posibilidades.

      Más sin embargo, si lo que me mueve es tener una mejor empresa, desde el punto de vista de mejorar la estancia de trabajo de mis empleados, procurar un ambiente agradable, que ellos estén satisfechos, voy a contar con la colaboración, cuando ellos capten mi intención. Obviamente traerá como resultado, mejorar las ventas, y todo lo demás. No me fatigué, no me cansé, porque la idea era más relajada y divertida, y la contagio a los demás, que tendrán la misma intención que yo, porque también se verán beneficiados.
    
        Hay unas leyes en la naturaleza que nos rigen y las hemos dejado de lado, si queremos que nuestros deseos se realicen con más efectividad, tendremos que aprender a observar más la naturaleza, ella crece sin esfuerzos, suave, rítmica, sin complicaciones. Cuando un agricultor siembra, el no va a apurar la semilla, sólo se dedica a hacer lo que le toca, regarla, abonar la tierra, etc. e invariablemente si hizo su trabajo, en el tiempo adecuado, ella crecerá, florecerá y dará fruto. Así funciona, no esperará que salgan fresas, si sembró tomate, y tampoco por apurar, crecerá más rápido. 

        Y entre más universal sea mi deseo, o sea más beneficio a otras personas implique, más herramientas me dará el universo, para lograrlo.

      Toda meta tiene oculta una intención, que a veces no es la que creo que tengo, pero entre más me conozca, más me comprenderé, así cada paso o decisión que tome no me implicaran riesgos no contemplados,porque ya los habré asumido sin temor, por ende mis pasos irán más firmes y seguros.

        

Shhhhhhhhhhh!


domingo, 26 de enero de 2014

La Herencia Maldita

La imagen que me devuelve el espejo, me es familiar, ¡claro! pensarían, es la mía, pero no me refiero a eso. En los ojos aparecen reminiscencias de alguien, tal vez cambia la mirada que definitivamente se parece a otra cara familiar. Empiezo a hacer mi lista de manías, a algunas le he tomado de verdad cariño. No en balde he vivido con ellas toda la vida, y definitivamente unas se han arraigado más que otras.  La tozudez,  seguro viene de mi padre y los abuelos.  El martirizante insomnio que me aporrea en algunas noches, tampoco le puedo dar mi autoría, lo peor fue cuando se juntó la terquedad de mi abuela con la curiosidad de mi madre, la temeridad de mi abuelo con la locura de algunos antepasados que “ya no regresaron del viaje”, al que a veces me parece que voy precipitadamente. (Fragmento escrito por mí  en agosto del 2011).
     Me pareció adecuado mencionar el párrafo anterior, porque simplemente le “queda” muy apenas a lo que voy a contar. ¿Tú crees que porque no te heredaron ni siquiera un duro,  alguno de tus antepasados, quedaste sin herencia? Déjame decirte que es una gran equivocación.  Ésta va más allá del color y forma de los ojos, de la estatura o tu estructura ósea, ni siquiera tu vocación se salva. Tal vez te parezca un cuento de terror o fantasía, pero después de leerme, puedes o no creerme, pero también lo puedes comprobar. No es algo que estoy inventando yo.
     Para que llegues a una familia en un momento específico, es porque el clan (tu clan) lo decidió junto con tu aprobación por supuesto, ellos eligen todo lo necesario: sexo, economía, fortaleza o debilidad, lugar geográfico, etc.,  para que cumplas lo que necesita tu árbol para reparar algún daño o ajustar un desequilibrio. Antes, mucho antes de yo saber esto, tuve un ligero atisbo cuando un día leí o me dijeron “los pecados de los padres se heredaran hasta la tercera o cuarta generación”; si, igual que tú, yo pensé ¿y qué culpa tengo yo (como diría Chayane), si yo no lo hice? Mi indignación fue tanta que no quise saber del tema, lo rechacé en automático y lo guarde un archivo muerto.  Claro, en ese momento, de la manera en que me lo dijeron (porque ya me acordé como estuvo ese asunto) con toda la manoseadera que le han echado a la biblia, pues sarpullido era poco lo que me provocaba, y solo pensé,  como en estos casos,  en las culpas.
     El proyecto o proyectos, como le han llamado en el Transgeneracional o la Psicogenealogía, son varios, le dan el sentido y dirección a tu vida, ¿te preguntarás por el libre albedrío? Yo también, y resulta que si somos optimistas, tenemos un 1% en nuestra vida. La buena noticia es, que se puede cambiar, todo depende de lo consciente que puedes llegar a ser, en todo lo que hagas y despertar (que sería el término más adecuado) para vivir únicamente tu propia vida.  El sentido de vivir para tu árbol, es sanarlo. No hay árboles sanos, porque vivimos en una sociedad enferma. ¿Qué es lo que enferma a un árbol, o lo que un clan quiere arreglar? Pendientes, es mentira que te mueres, y donde te quedaste, se acabó. Todo lo que no tuvo perdón o resarcimiento queda en deuda, para que un descendiente,  lo haga por él que lo generó, algunas de estas cositas son: deudas, fraudes, asesinatos, adulterios, infidelidades, separaciones, abandonos, suicidios, secretos no dichos como: abortos, violaciones, prostitución, en fin, todo aquello que condenamos y que causa un desequilibrio a nuestro árbol y/o  a otros, que generalmente se oculta. Pero como recita el dicho: “nada queda oculto bajo el sol”, todo tiende a salir, dos o tres generaciones después.
  
     Entonces llegas, con el proyecto sentido que te dio tu madre y/o padre,  aunque primeramente es la madre: ¿para qué te concibió? Arreglar su matrimonio o conseguirlo, para cuidarla, para no estar sola, para sustituir a un hijo muerto o perdido, qué sexo deseaba,  porque esto tiene, implícito una orden, que generará ciertas características en tu vida. Luego viene, si tienes o no yacientes o fantasmas. Buscando fechas, nombres repetidos, en tus generaciones anteriores, sabrás de quien llevas información. Esto, funciona así, tú al nacer en una generación más actual a la de tus padres o abuelos, que es donde se generó el desequilibrio, tienes más herramientas para lograrlo, de lo que tuvieron ellos.  Esto sería algo así como, cuando a uno le sucede algo y dice: “si otro gallo me cantara…”, refiriéndose a una segunda oportunidad para una situación específica; pues esto es, tú eres el otro gallo, recreas en tu vida una situación similar, dependiendo si lo que te toca es reparar, sería en sentido inverso: si hubo un hijo no reconocido o fuera del matrimonio, esta vida se la pasará buscado un reconocimiento público, tal vez se haga político, actor, u alguna otra profesión que sutilmente se relacione con el conflicto que se generó en las anteriores.
      El árbol como función tratará siempre de buscar el equilibrio, algunos están realmente tóxicos que le encargan a más de un miembro una sola carga, porque es muy pesada; incluso el sentido de algunos es ya no tener hijos (de manera natural, sin tecnología) para acabar con el árbol, con esto se puede explicar el por qué hay parejas,  que no pueden concebir sin ningún motivo aparente que lo impida. No todo lo que se hereda es malo o negativo, hay proyectos de “buena suerte” o que todo les sale bien; nada pasa por casualidad. Decía Jesús: “hasta los pelos de tu cabeza están contados”.
     El panorama pareciera desolador, pero cuando uno toma consciencia, las cosas cambian, te explicas muchas reacciones, situaciones que aunque no deseabas hacer, era imposible que las siguieras haciendo. Te das cuenta que esto no es tuyo.  Para esto es necesario que hagas tu árbol, revises fechas importantes repetidas de aniversarios, nacimientos, muertes, matrimonios, etc., en el clan. Para indagar de quién se está recibiendo información; incluso regresar el proyecto que  fue encomendado, una vez que es perdonado y comprendido, libre de juicios; liberando así al ancestro, a ti y a los descendientes que pudieran haberse implicado. Esto si uno quisiera cambiar su forma de vivir, sino, se puede seguir igual, pero hay un cambio favorable al dejar de reparar.
     Un ejercicio libertador es hacer el árbol, Jodorowsky dice, que quien tiene un árbol tiene un tesoro. Cualquier cosa que se salga de explicación, puede tener una, en él. Hay muchas técnicas para buscar esa información y hacer uso de ella, como el Transgeneracional, la Metagenealogía, Constelaciones Familiares, Hipnosis Eriksoniana, etc. Y bueno, nos queda empezar a concientizar que no hay secretos para siempre, que no hay cosas que no se pagan, que no podemos dañar a terceros, sin que alguien en algún momento lo tenga que resolver, claro, si no queremos que nuestros hijos sean los pagadores, ya sabemos que es lo que hay que hacer.



martes, 21 de enero de 2014

La arrogancia de la verdad absoluta

Ahora puedo empezar a comprender porque muchas de las cosas que me decían de niña no me cuadraban, simple y sencillamente todo dentro de mí,  se negaba a aceptar bastantes de ellas; dogmas, creencias, supersticiones, órdenes, tradiciones, costumbres,  por supuesto roles, y qué se yo.  Claro, me tocó nacer en un pueblito, ser mujer, bajo una familia más que tradicionalista, si se me olvida mencionar alguna característica, creo que  con esas son suficientes, para plantear mis circunstancias.  Muchas casi me producían  sarpullido, obviamente no podía ni siquiera mencionarlo, sin que se pararan los pelos a alguien o me acusara de cualquier cosa, traté de ser siempre muy “prudente” (defínase hipócrita)  por educación, aunque esto ya me quedo clarísimo que no es importante. Muchas de las cosas que me decían según mi percepción de la vida, me parecían antinaturales e ilógicas, pero no me quedaba más remedio que aceptarlo a medias, decía que sí, pero pensaba otra cosa.  Salvo que, siempre he tenido una obscura curiosidad, que me envía más allá de donde me quieren poner, no me canso, ni renuncio; entre menos información encuentre a lo que busco más me obsesiona.  Hay cosas que se guardan en la memoria, por mucho tiempo, esperando a ser   reactivadas más tarde o más temprano. Yo era, algo así, como: Si es cierto, compruébamelo. Muchas veces cuestioné mi falta de fe (no estoy hablando de religión), de querer saber los por qués de todo, y digo, era, porque como dicen: Él  que busca encuentra. Me tardé un poco, o un mucho de años, que ahora todo me parece que empieza a tener el sentido.
     Después de las barbaridades que aprende uno en la familia, siguen las de la escuela, donde encontré una de mis más grandes pasiones, las ciencias. Que si en aquel entonces, me las hubieran enseñado de otra manera, jamás las hubiera dejado, pero como un gran amor ni se olvida, ni no sé qué, me lo volví a encontrar, bastó con husmear un poco, meter la nariz en algún libro, alguna teoría y creo yo, que ahora con la gente indicada para saber lo que quiero.
     ¿Por qué todo este rollo?, bueno, tiene una gran explicación de lo que quiero exponer. Como, de lo que quiero hablar ahora es del observador, ese que en el método científico es el que mide, pesa y comprueba, pero con una pequeña variante. Nuestro laboratorio es la vida (pequeño detalle omitido) y que siempre, siempre, invariablemente hacemos eso en cada instante vivido. Así que con la información a medias, nos convertimos en jueces todo el tiempo, y lo más importante de todo esto, es saber que no comparamos algo con algo desconocido,  nuestro rango de medición va a estar preestablecido (que son las reglas que ya nos han dado) automáticamente, todo es dual y comparativo: grande-pequeño, malo-bueno, frío-caliente, etc. Y depende del que está midiendo (exclusivamente) que se da un resultado, porque lleva implícita su percepción, que ahora está comprobadísimo que altera el resultado de acuerdo a sus expectativas.
     Una vez, me entró una de esas obsesiones por algo,  convencí a mi mamá que me comprara una ouija, estaba loca por probar y comprobar todo lo que se decía al respecto. Pues bien, mi euforia no duró mucho tiempo, lo empezamos a jugar, mi hermana, mi prima y hasta mis tías. Estas últimas creyeron que era como una cartomanciana en casa, empezaron a hacer preguntas que no sabía de qué se trataba porque la pregunta era mental; y aquí mi desencanto: la ouija no quería moverse si yo no la jugaba y mis tías empezaron a usarme, por decirlo así; hacían sus preguntas (que yo no conocía nunca) pero que lo que yo pensaba, era lo que se contestaba una y otra vez. Me decepcioné, no entendía, por qué tenía que aparecer lo que yo pensaba, sin hacer trampa. Simplemente  me negué jugarla más. Ahora entiendo que yo al ser el observador, modifiqué el resultado con mis expectativas, si en la escuela me lo hubieran enseñado así, incluso habría sacado provecho del asunto.
     La percepción que cada uno tenemos, nos lleva a vivir de una u otra manera el mismo evento, llámese condición económica, accidente, salud, pareja, trabajo.  Para muestra un botón: cualquier persona en el mundo va a tener simpatizantes y gente que no  la tragará ni porqué sea lo único que tenga que comer. ¿De qué depende? ¿De ella? ¿De los otros? De la información. Y esta información la codificamos de forma muy personal, en base a ello, nos asociamos compartiendo parte de una misma información particular que se conforma después en colectiva, aunque sea un solo dato el que nos junte. Podríamos unirnos por nuestras preferencias gustativas, orígenes culturales, ubicación geográfica, ideas políticas, en esto hay todo un universo, que compartir, pero esto todo mundo lo sabe.   Lo que no nos informaron fue que se puede programar y desprogramar todo, a nuestra conveniencia. Lo cual es muy importante saber, así no te encontrarás con datos que estropeen tus proyectos, porque cuando llegues a un callejón sin salida, simplemente cambiarás el chip para seguir adelante.