La imagen que me devuelve el
espejo, me es familiar, ¡claro! pensarían, es la mía, pero no me refiero a eso.
En los ojos aparecen reminiscencias de alguien, tal vez cambia la mirada que
definitivamente se parece a otra cara familiar. Empiezo a hacer mi lista de
manías, a algunas le he tomado de verdad cariño. No en balde he vivido con
ellas toda la vida, y definitivamente unas se han arraigado más que otras. La tozudez,
seguro viene de mi padre y los abuelos. El martirizante insomnio que me aporrea en
algunas noches, tampoco le puedo dar mi autoría, lo peor fue cuando se juntó la
terquedad de mi abuela con la curiosidad de mi madre, la temeridad de mi abuelo
con la locura de algunos antepasados que “ya no regresaron del viaje”, al que a
veces me parece que voy precipitadamente. (Fragmento escrito por mí en
agosto del 2011).
Me pareció adecuado mencionar
el párrafo anterior, porque simplemente le “queda” muy apenas a lo que voy a
contar. ¿Tú crees que porque no te heredaron ni siquiera un duro, alguno de tus antepasados, quedaste sin
herencia? Déjame decirte que es una gran equivocación. Ésta va más allá del color y forma de los
ojos, de la estatura o tu estructura ósea, ni siquiera tu vocación se salva.
Tal vez te parezca un cuento de terror o fantasía, pero después de leerme,
puedes o no creerme, pero también lo puedes comprobar. No es algo que estoy
inventando yo.
Para que llegues a una familia
en un momento específico, es porque el clan (tu clan) lo decidió junto con tu
aprobación por supuesto, ellos eligen todo lo necesario: sexo, economía,
fortaleza o debilidad, lugar geográfico, etc.,
para que cumplas lo que necesita tu árbol para reparar algún daño o
ajustar un desequilibrio. Antes, mucho antes de yo saber esto, tuve un ligero
atisbo cuando un día leí o me dijeron “los pecados de los padres se heredaran
hasta la tercera o cuarta generación”; si, igual que tú, yo pensé ¿y qué culpa
tengo yo (como diría Chayane), si yo no lo hice? Mi indignación fue tanta que
no quise saber del tema, lo rechacé en automático y lo guarde un archivo
muerto. Claro, en ese momento, de la
manera en que me lo dijeron (porque ya me acordé como estuvo ese asunto) con
toda la manoseadera que le han echado a la biblia, pues sarpullido era poco lo
que me provocaba, y solo pensé, como en
estos casos, en las culpas.
El proyecto o proyectos, como
le han llamado en el Transgeneracional o la Psicogenealogía, son varios, le dan
el sentido y dirección a tu vida, ¿te preguntarás por el libre albedrío? Yo
también, y resulta que si somos optimistas, tenemos un 1% en nuestra vida. La
buena noticia es, que se puede cambiar, todo depende de lo consciente que
puedes llegar a ser, en todo lo que hagas y despertar (que sería el término más
adecuado) para vivir únicamente tu propia vida.
El sentido de vivir para tu árbol, es sanarlo. No hay árboles sanos,
porque vivimos en una sociedad enferma. ¿Qué es lo que enferma a un árbol, o lo
que un clan quiere arreglar? Pendientes, es mentira que te mueres, y donde te
quedaste, se acabó. Todo lo que no tuvo perdón o resarcimiento queda en deuda,
para que un descendiente, lo haga por él
que lo generó, algunas de estas cositas son: deudas, fraudes, asesinatos,
adulterios, infidelidades, separaciones, abandonos, suicidios, secretos no
dichos como: abortos, violaciones, prostitución, en fin, todo aquello que
condenamos y que causa un desequilibrio a nuestro árbol y/o a otros, que generalmente se oculta. Pero
como recita el dicho: “nada queda oculto bajo el sol”, todo tiende a salir, dos
o tres generaciones después.
Entonces llegas, con el proyecto
sentido que te dio tu madre y/o padre, aunque
primeramente es la madre: ¿para qué te concibió? Arreglar su matrimonio o
conseguirlo, para cuidarla, para no estar sola, para sustituir a un hijo muerto
o perdido, qué sexo deseaba, porque esto
tiene, implícito una orden, que generará ciertas características en tu vida.
Luego viene, si tienes o no yacientes o fantasmas. Buscando fechas, nombres
repetidos, en tus generaciones anteriores, sabrás de quien llevas información.
Esto, funciona así, tú al nacer en una generación más actual a la de tus padres
o abuelos, que es donde se generó el desequilibrio, tienes más herramientas
para lograrlo, de lo que tuvieron ellos.
Esto sería algo así como, cuando a uno le sucede algo y dice: “si otro
gallo me cantara…”, refiriéndose a una segunda oportunidad para una situación
específica; pues esto es, tú eres el otro gallo, recreas en tu vida una
situación similar, dependiendo si lo que te toca es reparar, sería en sentido
inverso: si hubo un hijo no reconocido o fuera del matrimonio, esta vida se la
pasará buscado un reconocimiento público, tal vez se haga político, actor, u
alguna otra profesión que sutilmente se relacione con el conflicto que se generó
en las anteriores.
El árbol como función tratará siempre de
buscar el equilibrio, algunos están realmente tóxicos que le encargan a más de
un miembro una sola carga, porque es muy pesada; incluso el sentido de algunos
es ya no tener hijos (de manera natural, sin tecnología) para acabar con el
árbol, con esto se puede explicar el por qué hay parejas, que no pueden concebir sin ningún motivo
aparente que lo impida. No todo lo que se hereda es malo o negativo, hay
proyectos de “buena suerte” o que todo les sale bien; nada pasa por casualidad.
Decía Jesús: “hasta los pelos de tu cabeza están contados”.
El panorama pareciera
desolador, pero cuando uno toma consciencia, las cosas cambian, te explicas
muchas reacciones, situaciones que aunque no deseabas hacer, era imposible que
las siguieras haciendo. Te das cuenta que esto no es tuyo. Para esto es necesario que hagas tu árbol,
revises fechas importantes repetidas de aniversarios, nacimientos, muertes,
matrimonios, etc., en el clan. Para indagar de quién se está recibiendo
información; incluso regresar el proyecto que fue encomendado, una vez que es perdonado y
comprendido, libre de juicios; liberando así al ancestro, a ti y a los
descendientes que pudieran haberse implicado. Esto si uno quisiera cambiar su
forma de vivir, sino, se puede seguir igual, pero hay un cambio favorable al
dejar de reparar.
Un ejercicio libertador es
hacer el árbol, Jodorowsky dice, que quien tiene un árbol tiene un tesoro.
Cualquier cosa que se salga de explicación, puede tener una, en él. Hay muchas técnicas para buscar esa información y hacer uso de ella, como el Transgeneracional, la Metagenealogía, Constelaciones Familiares, Hipnosis Eriksoniana, etc. Y bueno,
nos queda empezar a concientizar que no hay secretos para siempre, que no hay
cosas que no se pagan, que no podemos dañar a terceros, sin que alguien en
algún momento lo tenga que resolver, claro, si no queremos que nuestros hijos
sean los pagadores, ya sabemos que es lo que hay que hacer.
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