Ahora
puedo empezar a comprender porque muchas de las cosas que me decían de niña no
me cuadraban, simple y sencillamente todo dentro de mí, se negaba a aceptar bastantes de ellas;
dogmas, creencias, supersticiones, órdenes, tradiciones, costumbres, por supuesto roles, y qué se yo. Claro, me tocó nacer en un pueblito, ser
mujer, bajo una familia más que tradicionalista, si se me olvida mencionar
alguna característica, creo que con esas
son suficientes, para plantear mis circunstancias. Muchas casi me producían sarpullido, obviamente no podía ni siquiera
mencionarlo, sin que se pararan los pelos a alguien o me acusara de cualquier
cosa, traté de ser siempre muy “prudente” (defínase hipócrita) por educación, aunque esto ya me quedo
clarísimo que no es importante. Muchas de las cosas que me decían según mi
percepción de la vida, me parecían antinaturales e ilógicas, pero no me quedaba
más remedio que aceptarlo a medias, decía que sí, pero pensaba otra cosa. Salvo que, siempre he tenido una obscura
curiosidad, que me envía más allá de donde me quieren poner, no me canso, ni
renuncio; entre menos información encuentre a lo que busco más me obsesiona. Hay cosas que se guardan en la memoria, por
mucho tiempo, esperando a ser reactivadas más tarde o más temprano. Yo era,
algo así, como: Si es cierto,
compruébamelo. Muchas veces cuestioné mi falta de fe (no estoy hablando de
religión), de querer saber los por qués de todo, y digo, era, porque como
dicen: Él
que busca encuentra. Me tardé un poco, o un mucho de años, que ahora
todo me parece que empieza a tener el sentido.
Después de las barbaridades que aprende
uno en la familia, siguen las de la escuela, donde encontré una de mis más
grandes pasiones, las ciencias. Que si en aquel entonces, me las hubieran
enseñado de otra manera, jamás las hubiera dejado, pero como un gran amor ni se
olvida, ni no sé qué, me lo volví a encontrar, bastó con husmear un poco, meter
la nariz en algún libro, alguna teoría y creo yo, que ahora con la gente
indicada para saber lo que quiero.
¿Por qué todo este rollo?, bueno, tiene
una gran explicación de lo que quiero exponer. Como, de lo que quiero hablar
ahora es del observador, ese que en el método científico es el que mide, pesa y
comprueba, pero con una pequeña variante. Nuestro laboratorio es la vida
(pequeño detalle omitido) y que siempre, siempre, invariablemente hacemos eso
en cada instante vivido. Así que con la información a medias, nos convertimos
en jueces todo el tiempo, y lo más importante de todo esto, es saber que no
comparamos algo con algo desconocido,
nuestro rango de medición va a estar preestablecido (que son las reglas
que ya nos han dado) automáticamente, todo es dual y comparativo:
grande-pequeño, malo-bueno, frío-caliente, etc. Y depende del que está midiendo
(exclusivamente) que se da un resultado, porque lleva implícita su percepción,
que ahora está comprobadísimo que altera el resultado de acuerdo a sus
expectativas.
Una vez, me entró una de esas obsesiones
por algo, convencí a mi mamá que me
comprara una ouija, estaba loca por probar y comprobar todo lo que se decía al
respecto. Pues bien, mi euforia no duró mucho tiempo, lo empezamos a jugar, mi
hermana, mi prima y hasta mis tías. Estas últimas creyeron que era como una
cartomanciana en casa, empezaron a hacer preguntas que no sabía de qué se trataba
porque la pregunta era mental; y aquí mi desencanto: la ouija no quería moverse
si yo no la jugaba y mis tías empezaron a usarme, por decirlo así; hacían sus
preguntas (que yo no conocía nunca) pero que lo que yo pensaba, era lo que se
contestaba una y otra vez. Me decepcioné, no entendía, por qué tenía que
aparecer lo que yo pensaba, sin hacer trampa. Simplemente me negué jugarla más. Ahora entiendo que yo
al ser el observador, modifiqué el resultado con mis expectativas, si en la
escuela me lo hubieran enseñado así, incluso habría sacado provecho del asunto.
La percepción que cada uno tenemos, nos
lleva a vivir de una u otra manera el mismo evento, llámese condición
económica, accidente, salud, pareja, trabajo.
Para muestra un botón: cualquier persona en el mundo va a tener
simpatizantes y gente que no la tragará
ni porqué sea lo único que tenga que comer. ¿De qué depende? ¿De ella? ¿De los
otros? De la información. Y esta información la codificamos de forma muy
personal, en base a ello, nos asociamos compartiendo parte de una misma
información particular que se conforma después en colectiva, aunque sea un solo
dato el que nos junte. Podríamos unirnos por nuestras preferencias gustativas,
orígenes culturales, ubicación geográfica, ideas políticas, en esto hay todo un
universo, que compartir, pero esto todo mundo lo sabe. Lo que no nos informaron fue que se puede
programar y desprogramar todo, a nuestra conveniencia. Lo cual es muy
importante saber, así no te encontrarás con datos que estropeen tus proyectos,
porque cuando llegues a un callejón sin salida, simplemente cambiarás el chip
para seguir adelante.
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