viernes, 26 de abril de 2013
jueves, 25 de abril de 2013
martes, 23 de abril de 2013
La problemática vial en San Luis Potosí. Por Haydée Terán.
Es sin duda un problema con el que nos enfrentamos a
diario, unos a otros. Y la perspectiva es totalmente diferente, depende del
papel que desempeñemos en ese momento, conductor o peatón.
Empecemos a desmadejar lo que veo como la
raíz del problema: me otorgaron la licencia para conducir (no sólo a mí, a todo
el que la solicitaba), sin ningún examen, desconociendo si era apta para
manejar, con qué conocimiento contaba de la señalética, de las obligaciones
adquiridas, nada. Sólo tuve que pagar y
llenar la solicitud. Hasta la fecha sigue igual, al menos para los que ya
contamos con licencias, sólo hay que presentarla, con sus documentos
pertinentes. Debo añadir, que no sé hasta la fecha cual es el fin de tenerla,
yo la necesité porque me la exigía el seguro del auto. Además si, por alguna
extraña razón (generalmente sigo las reglas) me la llegaran a solicitar, por supuesto
no la querría mostrar, debido a la cantidad de atropellos que han sufrido
automovilistas conocidos.
Los peatones, ciclistas y motociclistas también cuentan
además de sus derechos con ciertas obligaciones o reglas que cumplir, pero
parece que no las saben o prefieren hacerse de la vista gorda. Esto sucede en
gran parte, porque toda la responsabilidad se le da al conductor del auto, (si,
los mismos que nadie examinó). Ahora bien, toda la ciudad de San Luis Potosí,
es en grandes áreas peatonal. Y no está diseñada para eso, Las zonas peatonales
(línea de cebra) se pintan cuando la calle es nueva (después, brillan por su
ausencia) y son muy, pero muy pocos los que la utilizan para atravesar una
avenida, situación peligrosísima, que observé hasta que me puse atrás de un
volante, porque el conductor no tiene una vista de 360 grados, y menos cuando
todo pasa en cuestión de milésimas de segundo.
Se
nos permite cruzar por donde se nos antoje, y una cosa genera la otra. Cuando
las avenidas son largas para los
peatones, no hay zonas peatonales o
puentes en algún punto intermedio, así que la comodidad, más un mal diseño dan
por resultado un caos. Si alguien atraviesa la avenida Salvador Nava,
brincándose las mallas, en caso de que no ocurra algún accidente o en caso de
que sí lo provoque, al peatón jamás se le amonesta.
Otro
punto, son los símbolos viales, que no sirven de mucho cuando no se conoce el
significado, aunado con que hay calles que no tienen señalética alguna, ni
siquiera del flujo de la calle, sin nombre, porque generalmente esas están
situadas en las esquinas de un edificio o casa, pero cuando al dueño de dicho
predio le molesta o decide pintarlo, la quita sin más miramientos. (Y ¡no pasa nada!), pueden pasar años antes de
que se moleste alguna administración en volver a colocar dicha placa (y que
generalmente se ponen o sobreponen en las mismas calles nomenclaturadas, quedando faltantes las de siempre, las
olvidadas) Ahora, si el disco existe y
no sé que dice, lo voy a ignorar. Nadie cuida de que se respete eso, ni como
peatón ni como conductor. No pasa nada de nuevo.
Pero para que ir tan lejos, entre los
mismos conductores no nos entendemos, si voy a rebasar un auto que va lento, le
prendo la direccional pertinente (como regla internacional existente), en el mejor de
los casos la ignora, puede ser que sea un conductor que cree que los espejos vienen
de adorno, o lo toma como un gesto ofensivo y no me deja rebasar. Cuando un
automóvil, está acercándose mucho al mío y veo que no se ha dado cuenta, toco
el claxon (dando nuevamente el uso adecuado). Y recibo una cantaleta que no
alcanzo a escuchar por mi música, pero
que no creo que sea agradable o me responde pitando de manera ofensiva.
Quedaría pendiente hablar de los carriles
no pintados, topes fuera de lugar, baches que distraen al conductor, ciclistas
y motorizados que rebasan por cualquier lado, o que ignoran olímpicamente los
semáforos, calles que tienen el flujo de manera conflictiva, peatones que no utilizan las banquetas para
transitar. Y un rosario interminable de problemas que en 600 palabras no caben.
Una Charla sin Mate. Por Haydée Terán.
Por
fin dio inicio la conferencia. El Dr. Antonio Gordillo tomó el micrófono y
pensé que los contratiempos de la logística tenían problemas, era indescifrable
lo que se escuchaba. No, después reaccioné. Un doctor siempre escribe ilegible,
supongo que es por la rapidez de ideas, y supuse que leía como escribe un
doctor, así, de igual manera que no se
le entendiera casi nada, o a lo mejor es una asignatura especial que toman para no alarmar al paciente.
Una
vez que la palabra le fue entregada al Maestro Gonzalo Celorio, las cosas
cambiaron diametralmente. Dio inicio a una charla como entre amigos, para
presentarnos a un amigo más o hablar de uno ausente al que debimos conocer en algún momento. Con un brillo en los
ojos, que podía percibir, por la cercanía, ese que se trasmite por las palabras,
cuando conoces tanto a una persona, te
da el derecho de describirla, de la manera que fuera, para bien o para mal. Ya
con la intimidad de dos grandes conocidos, me transporté: casi sentía el olor a
mate humeante e incitante en una mesa, que sin duda alguna me hacía evocar las
imágenes de Cortázar, que acababa de visualizar en su galería. Me imaginaba un
Cortázar con su puro, su barba con restos de mate. Al frente una máquina de
escribir pequeña (como la que tenía en la foto) atiborrada de libros, que él me
describió por pasajes, uno a uno a manera de justificar su espacio vacío. Nació
una necesidad imperiosa de leerlo, de
tener esas letras frente a mí. Su ausencia se compensó con sus notas, sus
apuntes, la parte de él, que le fue legada. La que pudo robar de entre sus
libros.
Fui
poco a poco, adentrándome al mundo escritoril de Julio Cortázar, debo confesar,
que no he leído nada de Julio antes, bueno,
si vale un fragmento de un cuento en una clase, entonces sí. Me sentí con tanta intimidad
palpando la admiración con la que lo describía, con que leía algunas frases de
su obra. Que pronto me sentí dentro de su mundo sin conocerlo, como si ya lo
conociera. El paseo por la biblioteca que fuera privada alguna vez de Cortázar,
fue mejor de lo que hubiera logrado con un trabajo de multimedia. El olor a los
libros viejos llenos de notas, a letras desgastadas, huellas que va dejando en
cada libro.
El mate se enfrió, ninguno lo notó, la charla había pasado a
tintes más importantes, ya no era alguien que acaba de conocer, sino un viejo
conocido. Se fue develando parte de su personalidad, entre juegos, que él mismo
ya le encontraba sentido, detalles que descubren, que desnudan; parecieran
insignificantes pero siempre están ahí ante la mirada de un buen observador,
uno muy cercano que inevitablemente los
nota y que está ansioso de encontrar algo nuevo, algo que le una más a su
fantasma. Casi terminábamos cuando Evohé, de un salto, se acurrucó en el regazo
de Gonzalo, tal vez reconoció alguna de las frases o muchas, que debió escucharle
mientras las escribía en su Monologo con Evohé.
La
charla terminó, Julio paso a ser más apreciado entre el público, guiado por el innegable enamoramiento del
Profesor Celorio a la obra de Cortázar, que no sólo justificó su admiración
sino que nos mostró de manera muy personal casi íntima otro Cortázar.
Bibliografía
XIII Sesión Literaria Anual
Conferencia “Julio Cortázar”
Por el Maestro Gonzalo Celorio
Centro Cultural Universitario Bicentenario
Viernes 22 de octubre del 2010. 19:00 horas.
Presentación: Dr. Antonio Gordillo Moscoso
lunes, 22 de abril de 2013
Reencontrándome con el amor.
Después de lo que yo
califiqué como una desilusión amorosa, (si dije correcto, califiqué), porque descubrí, que lo que yo llamé
desilusión era sólo un parámetro en el cual yo había encerrado lo que para mí
era el amor, y que estrictamente hablando, yo misma no lo aplicaba en mí. Pero
no me culpo, ni a nadie, ya que es lo que me enseñaron al respecto: una emoción
entre dos personas que se deben de comportar de la misma manera, por los siglos de los siglos amén, pero, ¡oh!
Tremendo descubrimiento, ni las circunstancias, ni los personajes son factores
x. siempre son variables, por lo tanto es imposible calificar algo o alguien
cuando todo es variable y circunstancial. Me di permiso de ver con otros ojos, con
otra mirada.
Empecé a ver en retrospectiva mi vida, y me
encontré, que cuando tomé el papel de adulto, había perdido por completo mi
capacidad de amar. Acepté la muerte de las ilusiones, determiné una pertenencia
que nunca antes había necesitado, deseché la espontaneidad, la sorpresa y lo
más importante, la incondicionalidad. Y con todo ello la renuncia, pedazo a
pedazo a ser feliz.
Me remonté a todas las veces que me he enamorado y la
felicidad implícita en ello, empecé por el principio: mis amores platónicos, el inicio y la vivencia del amor meramente
incondicional, porque yo vivía en el amor, y la otra persona ni siquiera se
enteraba, por lo mismo, no estaba obligada a nada conmigo ni yo con ella, era
puro y llano amor, y el no estar correspondida, nunca me interesó averiguar, no
era necesario, no era algo que detuviera o determinara mi felicidad y embeleso.
Retrocedí hasta el jardín de niños, que creo fue allí
donde empezó todo, en ese momento estuve enamorada de un niño con el que sólo
interactué una vez, pero su personalidad provocó en mi tal sentimiento, que
duró lo del curso escolar, no lo recuerdo. Hubo una laguna de un año, donde
probablemente lo que pasó fue que olvidé
de quien estaba enamorada, y volví a las andadas en segundo grado de primaria,
allí cambié un poco, mi capacidad de amar, creció, estaba enamorada de dos
niños a la vez, y con toda esa libertad, ni siquiera tenía que decidir por
quien, allí hubo un poco de problemas, porque se intentó un acercamiento
epistolar, que interrumpió la maestra y llegó a manos de mi padre la evidencia.
En tercero por supuesto que cambié mi
objeto del deseo, pero mi amor, lo que se llama amor sin destinatario, estaba igual, era lo mismo, tengo otra laguna
en cuarto, pero el de quinto grado era inolvidable, esta locamente enamorada,
no quiero poner nombres para no comprometerme, es más , al inicio del curso,
era uno, y al término de él era otro chico, eso no importaba, yo me ocupaba de sentir, la endorfina, la ilusión, todo lo que
ello provoca, era sólo mi mundo y yo. Siguió la secundaria, ya no fue tan
platónico el asunto, y creo que para entonces ya era adicta al amor, si, a ese
efecto, aunque no lo buscaba, pero cuando lo tenía era inspirador, ya más
grandecita, tuve dos grandes amores platónicos, mis profes, era tan inspirador, casi me sentí Dalí con
Gala, en ese entonces no se me ocurría escribir, todo lo plasmaba en mis
dibujos. Y como en los cuentos reales, nada es para siempre, conocí al padre de
mis hijos, en un amor carnal, real, de compromisos, de celos, de pertenencia,
de demandas, pero seguí tan bien los roles que me asignó, en algún momento la sociedad, la educación,
sin cuestionar nada, que lo tomé como algo “normal”. Seguí esa pauta muchos años hasta ahora.
Conclusión: creo que me perdí.
domingo, 21 de abril de 2013
La Maestría de la vida. por Haydée Terán.
Tu presencia es
aquello que silencia el sufrimiento de este mundo.
La vida te poliniza sin hacer nada, cuando estás en tu estado esencial. Es tu esencia la que atrae todo lo que necesitas para vivirla y embellecerla. Pero cuando tu presencia la cubres entre capas y máscaras que no son tú, sino fingir un papel que te dicta una sociedad, una autoridad, una costumbre. No puedes disfrutarla (dar-frutos), porque sólo los podrás crear cuando estás en tu esencia.
Hay amor en cualquier cosa que podamos posar los ojos, somos alquimistas innatos, pero en el camino nos hemos extraviado, no reconocemos nuestros poderes, al renunciar a la responsabilidad de la creación, se la otorgamos a todo lo externo a nosotros, cuando su origen, se gestó en nuestro interior.
La vida nos ama, y no nos ofrece situaciones que nos sobrepasen nuestra capacidad. Cuando cruzas una experiencia que te resulte insoportable, descubres que desbordas los límites de tu propio ser, tu personalidad caduca en ese momento, porque te das cuenta que todo lo que sabes no te sirve para nada, para vivir nuevas experiencias. Porque tu personalidad desde tu educación, tu entrenamiento le parece insoportable tu esencia. No soporta la capacidad de creación que tienes.
Todo lo que ofrece la vida es posibilidad, miles de opciones que nos permiten reencontrar esa esencia y disfrutar. Nuestros maestros: el miedo, en sus múltiples caras: vergüenza, rencor, celos, rabia, control, culpa. Se ponen a cada momento para marcarnos el límite de la experiencia que estamos viviendo. Si pasamos es como abrir los ojos para observar, cada vez más formas que te asisten, para lograr realizar tu esencia. Y entonces empiezas a vivir tu presente. Estar en el preciso instante que estás viviendo. Dejas los recuerdos fuera de lo que vives, y no tienes entonces una vida determinada por parámetros de ayer, porque la experiencia a la que de dejas llevar, es una nueva, no es la misma que tuviste ayer o antier, rompes con el tiempo.
Muchas veces encontrarte en fondo de tu vida, es para tomarla como si fuera un calcetín y voltear todo al revés. Cada experiencia te engrandece, te da más herramientas para enfrentar las nuevas situaciones que vengan con seguridad, con facilidad y con felicidad.
jueves, 18 de abril de 2013
Una mirada hacia dentro.
No sé cómo
explicarlo, ni siquiera a mí misma, aceptar que uno vive dentro de una relación
violenta es sí, una idea agresiva. Nada fácil de digerir, sobre todo cuando
pareciera que las cosas no son así, o no siempre. Encontrar el punto medio de
la tolerancia, comprensión, paciencia y demás cualidades propias de una “buena
madre”, “buena esposa”, no se encuentra
en un diccionario o manual y es ahí donde caes en un tobogán. Porque es algo
engañoso, que se cuela entre lo permisible de los celos, manipulación,
chantaje, etc., que se esconde
disfrazado entre los deberes o lo que nos inculcan que son.
Jamás creí verme envuelta en algo así, ni
el más pésimo de mis sueños. No tengo la justificación de la ignorancia,
de usos y costumbres, falta de
preparación, ni mucho menos una autoestima disminuida. Salvo una educación que
aplaude un “buen comportamiento”, diríase sutilmente sumisión. Porque eso sí,
jamás me educaron pensado que en algún momento, me toparía con alguien que
quisiera hacerme daño (y que nadie esta exento), cómo defenderte si tu vida ha
sido de indefensión, si nunca me fue necesario. Dónde jamás se me obligó a nada
y el respeto a los derechos y la conciencia de tus responsabilidades regían
nuestra realidad, hasta que ésta empieza a cambiar, cuando aparece alguien que
tiene una visión totalmente diferente. Sigilosamente, arrastrándose entre
episodios aislados (al principio), que después se van haciendo más comunes, más
frecuentes y más demandantes. La contraparte educada también a perfección, tiene un manual
gordo de manipulación para ejercer el control y no sólo en teoría sino que lo
ha llevado a la práctica durante toda su vida, o al menos para hacerlo
exitosamente, que sabe dónde y con quién aplicarlo. En un inicio, por el respeto y comodidad de
terceras personas que se puedan ver afectadas, cedes, evitas, restringes y así le vas dando en pedacitos todo el
control, y una vez otorgado ya no hay devolución, la lucha por recuperarla es
más fuerte, y la fuerza se va desgastando, perdiéndose en los cajones del
interior al que vas a revisar con menor frecuencia, y quedando traspapelado
entre miles de olvidos.
Una vez que pierdes lo que eres, a dónde
vas no importa, ni quién este a tu lado, nada sabe, nada se siente. El sentido
común te anima, te trata de sacudir, sin
embargo el apanicamiento te hunde en el piso, inmovilizando todos los sentidos,
piensas que haces lo mejor protegiendo a los hijos, si te mantienes callada, si
tratas de evitar pelear, y lo único que enseñas es a no defenderse, les grabas
en lo más recóndito de su memoria una imagen pusilánime y raquítica de ti, que
irónicamente fomenta esa conducta en ellos, ya sea el papel de agresor o
agredido el que vayan a desempeñar. Es tal vez en estos casos no aplique “el poner la otra mejilla”.
Cualquier campaña de paz es inútil cuando la otra persona no lo entiende así, Cuando
sus complejos son más fuertes que el amor o lo que él cree que es. Son idiomas
diferentes y por lo tanto incomprensibles entre sí.
No sólo una mujer, también el hombre, en
esencia es el resultado de todo lo que ha vivido, tratemos de que nuestras
mujeres se eduquen desde un principio con base a su dignidad, y a nuestros
hombres para que sepan tratarlas.
miércoles, 17 de abril de 2013
De cerca... por Haydée Terán.
Soy un tanto rebelde en automático,
por lo mismo seguir la paranoia colectiva, no es lo mío, definitivamente. Pero
voy a tocar este tema, porque me vi experimentando una situación, donde no me siento
víctima de ninguna manera, sino, que me dio la oportunidad de poder comentar
una historia más. Y que a lo mejor les pudiera servir.
Desde que descubrí esto de las redes
sociales, me pareció un mundo genial, dado que puedo conocer muchas personas, usarse como un trampolín (y gratis) para
proyectarse de manera profesional entre amigos, o amigable entre profesionales.
En fin, una maravilla. Conocer personas, recuperar amistades perdidas,
encontrar al simple toqueteo de una tecla, todo lo que se te pueda ocurrir, es como una varita
mágica. Y bueno, me embelesé con todo
este universo que se abría a mis ojos y se ponía ante mis dedos, y luego yo,
que de confiada si me paso o bueno, porque decirlo así, realmente me gusta ir
por la vida de una manera desenfadada y sin estar a la defensiva nunca.
Bueno, pues al principio, como todos, me
imagino, la idea era encontrar, hasta al
amigo imaginario que habías dejando olvidado en algún ropero. Ya sabes, viene
después la euforia de las fotos de la última reunión, de la ida al cine, del
cafecito, no podía faltar cualquier acontecimiento social-familiar, para competir
con el Hola, o cualquier otra publicación de ese tipo. Al cabo de un tiempo
encontré que era el canal perfecto, para comunicarme con toda la cartera de
clientes que manejaba en mis ventas, y no tardó mucho tiempo en empezar a
seducirme la pantalla para que escribiera, desde mi tímido y escondido deseo de publicar,
aquí lo podía hacer sin revisión (claro, eso tiene su alto costo), sin censura,
sin edición y sobretodo hablar de lo qué y cómo me diera la gana.
Pues con esa premisa, empecé a aceptar
amistades no tan conocidas, total, para mí era un cliente en potencia o un
futuro lector o seguidor, tomando en cuenta que mi perfil había sido
modificado, de una sección de periódico mural personal a una plataforma de
proyección, según mis expectativas. Así
fui aceptando solicitudes como si fueran bendiciones, gané muchos amigos no tan
amigos, esto, lo digo por lo íntimo, lo cercano. Pero bueno, tampoco era que
tuviera algún tipo de problema con eso, no pasaba de algún “hola, te quiero
conocer”, en un singular chat que no se repetía, o de vez en cuando un saludo
galante.
Pero, si, ahí viene el pero, un día, después
de un desagradable anónimo, pudiera decirlo así, porque aunque el mensaje venía
de un perfil correctamente existente con foto y todo, con su consecuente
invitación de amistad (obviamente descartada) era de alguien que en la vida
sabía que existía. Y como suele suceder con este tipo de misivas, en un alto
grado de intención destructiva, con la ponzoña entretejiéndose en un mal
redactado escrito y la ortografía que permite vomitar lo visceral, sobre lo lógico. Al no poder lograr su
objetivo, con más desesperación, si
logró entablar amistad con uno de mis contactos (de los que no son familiares a
mí), en forma exitosa para su fin
inmediato, (el de seguir regando su veneno y que alguien le prestara atención), no así
con otros amigos más sensatos. Pero, eso no es lo escandaloso, ya que en sí, el
ser objeto de visitas de manera anónima, bajo el influjo de “n “número de obsesiones, vaciadas a una pantalla muda y exhibicionista,
pudiera atemorizarte, sino a lo que descubrí después.
Al seguir el juego del anónimo primero, enviándome ahora un mensaje esta “amistad”, desestructuró
más aún la primera historia, pero a la luz salió, aquel ser hasta cierto modo
gris y callado, que durante más de tres años había seguido de cerca a mí y a mi
pareja con una cantidad de likes a cada uno
(era uno de esos contactos que no tienen una foto completa), del que no
desconfié cuando me solicitó como amiga. Pero que si me llamaba la atención un
perfil desprovisto de toda personalidad, sólo contaba con tres fotos, como un
cuerpo mutilado, ya sea la boca, ya sea el pie, pero nunca una completa. Y por
supuesto jamás fotos personales de nada. En fin, al sentirse aludida y con la importancia
que se quería adjudicar en esta oportunidad de fama por 5 minutos, por supuesto incrementó mi curiosidad para
saber de ella. Pues nada, ni mi pareja
ni mis contactos ya que compartíamos 26 comunes, claro, no pude conseguir a
todos, pero me bastó hacer un muestreo para indagar si alguien la conocía
personalmente, o dónde trabajaba, y lo que logré es darme cuenta que ¡no
EXISTÍA!, no hubo una persona entrevistada que diera fe de su existir. Por supuesto, empezamos a hacer conjeturas de
quien entraba en ese perfil, alguien que nos conociera de cerca, que tuviera un
interés, hicimos cuentas de tiempo,
de alguien que quiere estar cerca
sin ser visto y ¿por qué? Tal vez, la sospecha no nos sirva de nada, pero
si, definitivamente saber, que todo este
“anonimato” cómplice de tener una comunicación a ciegas, puede detonar
cualquier cosa.
martes, 16 de abril de 2013
TOLEDO, ENTRE MITOS Y NAHUALES. Por Haydée Terán.
Existen seres
que susurran cuentos o fábulas que habíamos enterrado en el olvido, híbridos
que nos recuerdan el proceso del nahual1
a animal y viceversa. Erotismo oculto en lo abstracto y surrealista como son
los sueños. Los códices mexicanos de la nueva era, contados bajo la mano del
último tlacuilo2,
dibujante de leyendas: Francisco Toledo. Que tomó esa responsabilidad y se la
ha echado al hombro para deleitarnos en sus pinturas, grabados, esculturas y
demás expresiones gráficas de las que es un maestro, enseñándonos o más bien
recordándonos vestigios de su amada cultura zapoteca.
Pudiera bien llamarse profeta de su tierra, un nahual entre los mexicas o un binigulaza3 entre los
zapotecos, lo cierto es que Francisco Toledo,
mimetizó en su obra todo el entorno, los mitos y las leyendas de sus
ancestros, creando un cosmos lleno de animales que bajo la magia de sus trazos dan a luz a seres
míticos, seres existentes sólo en su universo. Simbolismos ocultos que
protagonizan sapos, lagartijas, murciélagos, conejos como en los antiguos
cánticos zapotecos llenos de animales fantásticos y mágicos.
Pinturas
que narran entre relieves, texturas y un rico colorido, la pasión de un poeta
gráfico. Llenas de colores terrosos, ocres y marrones,
como si quisiera llevar la tierra en ellos. Una textura enriquecida que incita a tocar y sentir más allá de lo visual lo
tangible de su representación, contando
con maestría las historias que escuchó por primera vez de labios de su abuelo
siendo aún un niño. Que le fue exacerbando la imaginación desde entonces.
Sus obras son híbridos que representan la
relación que existe entre el hombre y la naturaleza, el hombre y el animal, con
un erotismo que se entrevé, por medio de
metáforas pictóricas. Donde nos invitara a buscar por medio de pistas los
mensajes ocultos en ellas.
Amante de las texturas que con obsesiva
repetición busca entre la arena, el amate y otras mezclas que el inventa.
Logrando así extraordinarios resultados. Mezclando la contemporaneidad de las técnicas vanguardistas de Europa, New York que se trajo consigo y
mezcló con lo artesanal amasando nuevas y bellas texturas y acabados. Buscando
una obra parlanchina por medio de sus relieves y colores. Sombras que dicen más
de lo que parecen. Intenso de alegorías, multifacético, lo mismo domina el grabado en
metal que en madera, la pintura que el dibujo o la escultura. Aunque el mismo
se llama a si mismo más dibujante que pintor. Como un mono que aprende, observa
quieto y callado absorbiendo todo lo que puede, igual que Pedro rojo, un protagonista de sus historias.
Desde la última
década se ha enfrascado en participar como activistas. Apareciendo
en las causas sociales, ya sea repartiendo tortillas, que haciendo tamalizas
con el fin de promover la comida oaxaqueña, y ponerse en contra de los
alimentos transgénicos. Defensor apasionado de las artesanías. Él mismo es un mito viviente, con el paso
firme que dejan sus huaraches en la tierra seca como sus pies, desaliñado, algo
huraño, caminando con su pantalón de manta demostrando lo inmiscuido que esta
con sus raíces y la genialidad de su sencillez. Ya no pasará invisible, nos deja todo su
legado de cuentos y mitos que tenemos que encontrar entre las pinceladas, entre
el colorido y sus animales fantásticos. Herencia de una cultura llena de
misticismo para recordarnos un pasado que se ha ido borrando.
1 Nahual.
Según la mitología mesoamericana, el hombre tiene la particularidad de dejar su
aspecto de humano un tiempo y tomar el de un animal.
2Tlacuilo.
Dibujante de los códices en la cultura Zapoteca.
3Binigulaza.
Míticos guerreros y sabios protectores zapotecas.
Francisco Toledo
Francisco Toledo
Vida y obra de Francisco Toledo
You tube
Imaginantes. Francisco Toledo La serpiente cabalística
“Informe Toledo”
Un documental sobre Francisco Toledo
Tráiler “Informe Toledo”
lunes, 15 de abril de 2013
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