martes, 23 de abril de 2013

La problemática vial en San Luis Potosí. Por Haydée Terán.


 Es sin  duda un problema con el que nos enfrentamos a diario, unos a otros. Y la perspectiva es totalmente diferente, depende del papel que desempeñemos en ese momento, conductor o peatón.
     Empecemos a desmadejar lo que veo como la raíz del problema: me otorgaron la licencia para conducir (no sólo a mí, a todo el que la solicitaba), sin ningún examen, desconociendo si era apta para manejar, con qué conocimiento contaba de la señalética, de las obligaciones adquiridas,  nada. Sólo tuve que pagar y llenar la solicitud. Hasta la fecha sigue igual, al menos para los que ya contamos con licencias, sólo hay que presentarla, con sus documentos pertinentes. Debo añadir, que no sé hasta la fecha cual es el fin de tenerla, yo la necesité porque me la exigía el seguro del auto. Además si, por alguna extraña razón (generalmente sigo las reglas) me la llegaran a solicitar, por supuesto no la querría mostrar, debido a la cantidad de atropellos que han sufrido automovilistas conocidos.
     Los peatones,  ciclistas y motociclistas también cuentan además de sus derechos con ciertas obligaciones o reglas que cumplir, pero parece que no las saben o prefieren hacerse de la vista gorda. Esto sucede en gran parte, porque toda la responsabilidad se le da al conductor del auto, (si, los mismos que nadie examinó). Ahora bien, toda la ciudad de San Luis Potosí, es en grandes áreas peatonal. Y no está diseñada para eso, Las zonas peatonales (línea de cebra) se pintan cuando la calle es nueva (después, brillan por su ausencia) y son muy, pero muy pocos los que la utilizan para atravesar una avenida, situación peligrosísima, que observé hasta que me puse atrás de un volante, porque el conductor no tiene una vista de 360 grados, y menos cuando todo pasa en cuestión de milésimas de segundo.
      Se nos permite cruzar por donde se nos antoje, y una cosa genera la otra. Cuando las  avenidas son largas para los peatones,  no hay zonas peatonales o puentes en algún punto intermedio, así que la comodidad, más un mal diseño dan por resultado un caos. Si alguien atraviesa la avenida Salvador Nava, brincándose las mallas, en caso de que no ocurra algún accidente o en caso de que sí lo provoque, al peatón jamás se le amonesta.
     Otro punto, son los símbolos viales, que no sirven de mucho cuando no se conoce el significado, aunado con que hay calles que no tienen señalética alguna, ni siquiera del flujo de la calle, sin nombre, porque generalmente esas están situadas en las esquinas de un edificio o casa, pero cuando al dueño de dicho predio le molesta o decide pintarlo, la quita sin más miramientos. (Y  ¡no pasa nada!), pueden pasar años antes de que se moleste alguna administración en volver a colocar dicha placa (y que generalmente se ponen o sobreponen en las mismas calles nomenclaturadas,  quedando faltantes las de siempre, las olvidadas) Ahora, si el disco  existe y no sé que dice, lo voy a ignorar. Nadie cuida de que se respete eso, ni como peatón ni como conductor. No pasa nada de nuevo.
     Pero para que ir tan lejos, entre los mismos conductores no nos entendemos, si voy a rebasar un auto que va lento, le prendo la direccional pertinente (como  regla internacional existente), en el mejor de los casos la ignora, puede ser que sea un conductor que cree que los espejos vienen de adorno, o lo toma como un gesto ofensivo y no me deja rebasar. Cuando un automóvil, está acercándose mucho al mío y veo que no se ha dado cuenta, toco el claxon (dando nuevamente el uso adecuado). Y recibo una cantaleta que no alcanzo a escuchar por mi música,  pero que no creo que sea agradable o me responde pitando de manera ofensiva.
     Quedaría pendiente hablar de los carriles no pintados, topes fuera de lugar, baches que distraen al conductor, ciclistas y motorizados que rebasan por cualquier lado, o que ignoran olímpicamente los semáforos, calles que tienen el flujo de manera conflictiva,  peatones que no utilizan las banquetas para transitar. Y un rosario interminable de problemas que en 600 palabras no caben. 

Una Charla sin Mate. Por Haydée Terán.


Por fin dio inicio la conferencia. El Dr. Antonio Gordillo tomó el micrófono y pensé que los contratiempos de la logística tenían problemas, era indescifrable lo que se escuchaba. No, después reaccioné. Un doctor siempre escribe ilegible, supongo que es por la rapidez de ideas, y supuse que leía como escribe un doctor, así,  de igual manera que no se le entendiera casi nada, o a lo mejor es una asignatura especial  que toman para no alarmar al paciente.
Una vez que la palabra le fue entregada al Maestro Gonzalo Celorio, las cosas cambiaron diametralmente. Dio inicio a una charla como entre amigos, para presentarnos a un amigo más o hablar de uno ausente al que debimos  conocer en algún momento. Con un brillo en los ojos, que podía percibir, por la cercanía, ese que se trasmite por las palabras,  cuando conoces tanto a una persona, te da el derecho de describirla, de la manera que fuera, para bien o para mal. Ya con la intimidad de dos grandes conocidos, me transporté: casi sentía el olor a mate humeante e incitante en una mesa, que sin duda alguna me hacía evocar las imágenes de Cortázar, que acababa de visualizar en su galería. Me imaginaba un Cortázar con su puro, su barba con restos de mate. Al frente una máquina de escribir pequeña (como la que tenía en la foto) atiborrada de libros, que él me describió por pasajes, uno a uno a manera de justificar su espacio vacío. Nació una  necesidad imperiosa de leerlo, de tener esas letras frente a mí. Su ausencia se compensó con sus notas, sus apuntes, la parte de él, que le fue legada. La que pudo robar de entre sus libros.
Fui poco a poco, adentrándome al mundo escritoril de Julio Cortázar, debo confesar, que no he leído nada de Julio antes, bueno,  si vale un fragmento de un cuento en una clase,  entonces sí. Me sentí con tanta intimidad palpando la admiración con la que lo describía, con que leía algunas frases de su obra. Que pronto me sentí dentro de su mundo sin conocerlo, como si ya lo conociera. El paseo por la biblioteca que fuera privada alguna vez de Cortázar, fue mejor de lo que hubiera logrado con un trabajo de multimedia. El olor a los libros viejos llenos de notas, a letras desgastadas, huellas que va dejando en cada libro.
     El mate se enfrió,  ninguno lo notó, la charla había pasado a tintes más importantes, ya no era alguien que acaba de conocer, sino un viejo conocido. Se fue develando parte de su personalidad, entre juegos, que él mismo ya le encontraba sentido, detalles que descubren, que desnudan; parecieran insignificantes pero siempre están ahí ante la mirada de un buen observador, uno   muy cercano que inevitablemente los nota y que está ansioso de encontrar algo nuevo, algo que le una más a su fantasma. Casi terminábamos cuando Evohé, de un salto, se acurrucó en el regazo de Gonzalo, tal vez reconoció alguna de las frases o muchas, que debió escucharle mientras las escribía  en su Monologo con Evohé.
La charla terminó, Julio paso a ser más apreciado entre  el público,  guiado por el innegable enamoramiento del Profesor Celorio a la obra de Cortázar, que no sólo justificó su admiración sino que nos mostró de manera muy personal casi íntima otro Cortázar. 
Bibliografía
XIII Sesión Literaria Anual
Conferencia “Julio Cortázar”
Por el Maestro Gonzalo Celorio
Centro Cultural Universitario Bicentenario
Viernes 22 de octubre del 2010. 19:00 horas.
Presentación: Dr. Antonio Gordillo Moscoso

Avanza!!!


lunes, 22 de abril de 2013

Reencontrándome con el amor.


Después de lo que yo califiqué como una desilusión amorosa, (si dije correcto, califiqué),  porque descubrí, que lo que yo llamé desilusión era sólo un parámetro en el cual yo había encerrado lo que para mí era el amor, y que estrictamente hablando, yo misma no lo aplicaba en mí. Pero no me culpo, ni a nadie, ya que es lo que me enseñaron al respecto: una emoción entre dos personas que se deben de comportar de la misma manera,  por los siglos de los siglos amén, pero, ¡oh! Tremendo descubrimiento, ni las circunstancias, ni los personajes son factores x. siempre son variables, por lo tanto es imposible calificar algo o alguien cuando todo es variable y circunstancial. Me di permiso de ver con otros ojos, con otra mirada.
    Empecé a ver en retrospectiva mi vida, y me encontré, que cuando tomé el papel de adulto, había perdido por completo mi capacidad de amar. Acepté la muerte de las ilusiones, determiné una pertenencia que nunca antes había necesitado, deseché la espontaneidad, la sorpresa y lo más importante, la incondicionalidad. Y con todo ello la renuncia, pedazo a pedazo a ser feliz.
    Me remonté a  todas las veces que me he enamorado y la felicidad implícita en ello, empecé por el principio: mis amores platónicos, el inicio y la vivencia del amor meramente incondicional, porque yo vivía en el amor, y la otra persona ni siquiera se enteraba, por lo mismo, no estaba obligada a nada conmigo ni yo con ella, era puro y llano amor, y el no estar correspondida, nunca me interesó averiguar, no era necesario, no era algo que detuviera o determinara mi felicidad y embeleso.
     Retrocedí  hasta el jardín de niños, que creo fue allí donde empezó todo, en ese momento estuve enamorada de un niño con el que sólo interactué una vez, pero su personalidad provocó en mi tal sentimiento, que duró lo del curso escolar, no lo recuerdo. Hubo una laguna de un año, donde probablemente lo que pasó  fue que olvidé de quien estaba enamorada, y volví a las andadas en segundo grado de primaria, allí cambié un poco, mi capacidad de amar, creció, estaba enamorada de dos niños a la vez, y con toda esa libertad, ni siquiera tenía que decidir por quien, allí hubo un poco de problemas, porque se intentó un acercamiento epistolar, que interrumpió la maestra y llegó a manos de mi padre la evidencia.
         En tercero por supuesto que cambié mi objeto del deseo, pero mi amor, lo que se llama amor sin destinatario,  estaba igual, era lo mismo, tengo otra laguna en cuarto, pero el de quinto grado era inolvidable, esta locamente enamorada, no quiero poner nombres para no comprometerme, es más , al inicio del curso, era uno, y al término de él era otro chico,  eso no importaba, yo me ocupaba de  sentir, la endorfina, la ilusión, todo lo que ello provoca, era sólo mi mundo y yo. Siguió la secundaria, ya no fue tan platónico el asunto, y creo que para entonces ya era adicta al amor, si, a ese efecto, aunque no lo buscaba, pero cuando lo tenía era inspirador, ya más grandecita, tuve dos grandes amores platónicos, mis profes,  era tan inspirador, casi me sentí Dalí con Gala, en ese entonces no se me ocurría escribir, todo lo plasmaba en mis dibujos. Y como en los cuentos reales, nada es para siempre, conocí al padre de mis hijos, en un amor carnal, real, de compromisos, de celos, de pertenencia, de demandas, pero seguí tan bien los roles que me asignó,  en algún momento la sociedad, la educación, sin cuestionar nada, que lo tomé como algo “normal”.  Seguí esa pauta muchos años hasta ahora. Conclusión: creo que me perdí.

domingo, 21 de abril de 2013

La Maestría de la vida. por Haydée Terán.


                                              Tu presencia es aquello que silencia el sufrimiento de este mundo.

La vida te poliniza sin hacer nada, cuando estás en tu estado esencial. Es tu esencia la que atrae todo lo que necesitas para vivirla y embellecerla. Pero cuando tu presencia la cubres entre capas y máscaras que no son tú, sino fingir un papel que te dicta una sociedad, una autoridad, una costumbre. No puedes disfrutarla (dar-frutos), porque sólo los podrás crear cuando estás en tu esencia.

     Hay amor en cualquier cosa que podamos posar los ojos, somos alquimistas innatos, pero en el camino nos hemos extraviado, no reconocemos nuestros poderes, al renunciar a la responsabilidad de la creación, se la otorgamos a todo lo externo a nosotros, cuando su origen, se gestó en nuestro interior.

     La vida nos ama, y no nos ofrece situaciones que nos sobrepasen nuestra capacidad. Cuando cruzas una experiencia que te resulte insoportable, descubres que desbordas los límites de tu propio ser, tu personalidad caduca en ese momento, porque te das cuenta que todo lo que sabes no te sirve para nada,  para vivir nuevas experiencias. Porque tu personalidad desde tu educación, tu entrenamiento le parece insoportable tu esencia. No soporta la capacidad de creación que tienes.

      Todo lo que ofrece la vida es posibilidad, miles de opciones que nos permiten reencontrar esa esencia y disfrutar. Nuestros maestros: el miedo, en sus múltiples caras: vergüenza, rencor, celos, rabia, control, culpa. Se ponen a cada momento para marcarnos el límite de la experiencia que estamos viviendo. Si pasamos es como abrir los ojos para observar,  cada vez más formas que te asisten, para lograr realizar tu esencia. Y entonces empiezas a vivir tu presente. Estar en el preciso instante que estás viviendo. Dejas los recuerdos fuera de lo que vives, y no tienes entonces una vida determinada por parámetros de ayer, porque la experiencia a la que de dejas llevar, es una nueva, no es la misma que tuviste ayer o antier, rompes con el tiempo.

     Muchas veces encontrarte en fondo de tu vida, es para tomarla como si fuera un calcetín y voltear todo al revés. Cada experiencia te engrandece, te da más herramientas para enfrentar las nuevas situaciones que vengan con seguridad, con facilidad y con felicidad. 



jueves, 18 de abril de 2013

Una mirada hacia dentro.


No sé cómo explicarlo, ni siquiera a mí misma, aceptar que uno vive dentro de una relación violenta es sí, una idea agresiva. Nada fácil de digerir, sobre todo cuando pareciera que las cosas no son así, o no siempre. Encontrar el punto medio de la tolerancia, comprensión, paciencia y demás cualidades propias de una “buena madre”,  “buena esposa”, no se encuentra en un diccionario o manual y es ahí donde caes en un tobogán. Porque es algo engañoso, que se cuela entre lo permisible de los celos, manipulación, chantaje, etc.,   que se esconde disfrazado entre los deberes o lo que nos inculcan que son.
     Jamás creí verme envuelta en algo así, ni el más pésimo de mis sueños. No tengo la justificación de la ignorancia, de  usos y costumbres, falta de preparación, ni mucho menos una autoestima disminuida. Salvo una educación que aplaude un “buen comportamiento”,  diríase sutilmente sumisión. Porque eso sí, jamás me educaron pensado que en algún momento, me toparía con alguien que quisiera hacerme daño (y que nadie esta exento), cómo defenderte si tu vida ha sido de indefensión, si nunca me fue necesario. Dónde jamás se me obligó a nada y el respeto a los derechos y la conciencia de tus responsabilidades regían nuestra realidad, hasta que ésta empieza a cambiar, cuando aparece alguien que tiene una visión totalmente diferente. Sigilosamente, arrastrándose entre episodios aislados (al principio), que después se van haciendo más comunes, más frecuentes y más demandantes. La contraparte  educada también a perfección, tiene un manual gordo de manipulación para ejercer el control y no sólo en teoría sino que lo ha llevado a la práctica durante toda su vida, o al menos para hacerlo exitosamente, que sabe dónde y con quién aplicarlo.  En un inicio, por el respeto y comodidad de terceras personas que se puedan ver afectadas, cedes, evitas, restringes  y así le vas dando en pedacitos todo el control, y una vez otorgado ya no hay devolución, la lucha por recuperarla es más fuerte, y la fuerza se va desgastando, perdiéndose en los cajones del interior al que vas a revisar con menor frecuencia, y quedando traspapelado entre miles de olvidos.
     Una vez que pierdes lo que eres, a dónde vas no importa, ni quién este a tu lado, nada sabe, nada se siente. El sentido común te anima, te trata de sacudir,  sin embargo el apanicamiento te hunde en el piso, inmovilizando todos los sentidos, piensas que haces lo mejor protegiendo a los hijos, si te mantienes callada, si tratas de evitar pelear, y lo único que enseñas es a no defenderse, les grabas en lo más recóndito de su memoria una imagen pusilánime y raquítica de ti, que irónicamente fomenta esa conducta en ellos, ya sea el papel de agresor o agredido el que vayan a desempeñar. Es tal vez en estos casos  no aplique “el poner la otra mejilla”. Cualquier campaña de paz es inútil cuando la otra persona no lo entiende así, Cuando sus complejos son más fuertes que el amor o lo que él cree que es. Son idiomas diferentes y por lo tanto incomprensibles entre sí.
     No sólo una mujer, también el hombre, en esencia es el resultado de todo lo que ha vivido, tratemos de que nuestras mujeres se eduquen desde un principio con base a su dignidad, y a nuestros hombres para que sepan tratarlas.
     


La brújula siempre eres tu!!!


miércoles, 17 de abril de 2013

De cerca... por Haydée Terán.


Soy un tanto rebelde en automático, por lo mismo seguir la paranoia colectiva, no es lo mío, definitivamente. Pero voy a tocar este tema, porque me vi experimentando una situación, donde no me siento víctima de ninguna manera, sino, que me dio la oportunidad de poder comentar una historia más. Y que a lo mejor les pudiera servir.
     Desde que descubrí esto de las redes sociales, me pareció un mundo genial, dado que puedo conocer  muchas personas,  usarse como un trampolín (y gratis) para proyectarse de manera profesional entre amigos, o amigable entre profesionales. En fin, una maravilla. Conocer personas, recuperar amistades perdidas, encontrar  al simple toqueteo  de una tecla,  todo lo que se te pueda ocurrir, es como una varita mágica. Y bueno,  me embelesé con todo este universo que se abría a mis ojos y se ponía ante mis dedos, y luego yo, que de confiada si me paso o bueno, porque decirlo así, realmente me gusta ir por la vida de una manera desenfadada y sin estar a la defensiva nunca.
     Bueno, pues al principio, como todos, me imagino, la idea era encontrar,  hasta al amigo imaginario que habías dejando olvidado en algún ropero. Ya sabes, viene después la euforia de las fotos de la última reunión, de la ida al cine, del cafecito, no podía faltar cualquier acontecimiento social-familiar, para competir con el Hola, o cualquier otra publicación de ese tipo. Al cabo de un tiempo encontré que era el canal perfecto, para comunicarme con toda la cartera de clientes que manejaba en mis ventas, y no tardó mucho tiempo en empezar a seducirme la pantalla para que escribiera,  desde mi tímido y escondido deseo de publicar, aquí lo podía hacer sin revisión (claro, eso tiene su alto costo), sin censura, sin edición y sobretodo hablar de lo qué y cómo me diera la gana.
     Pues con esa premisa, empecé a aceptar amistades no tan conocidas, total, para mí era un cliente en potencia o un futuro lector o seguidor, tomando en cuenta que mi perfil había sido modificado, de una sección de periódico mural personal a una plataforma de proyección,  según mis expectativas. Así fui aceptando solicitudes como si fueran bendiciones, gané muchos amigos no tan amigos, esto, lo digo por lo íntimo, lo cercano. Pero bueno, tampoco era que tuviera algún tipo de problema con eso, no pasaba de algún “hola, te quiero conocer”, en un singular chat que no se repetía, o de vez en cuando un saludo galante.
      Pero, si, ahí viene el pero, un día, después de un desagradable anónimo, pudiera decirlo así, porque aunque el mensaje venía de un perfil correctamente existente con foto y todo, con su consecuente invitación de amistad (obviamente descartada) era de alguien que en la vida sabía que existía. Y como suele suceder con este tipo de misivas, en un alto grado de intención destructiva, con la ponzoña entretejiéndose en un mal redactado escrito y la ortografía que permite vomitar lo visceral,  sobre lo lógico. Al no poder lograr su objetivo, con más desesperación,  si logró entablar amistad con uno de mis contactos (de los que no son familiares a mí),  en forma exitosa para su fin inmediato, (el de seguir regando su veneno  y que alguien le prestara atención), no así con otros amigos más sensatos. Pero, eso no es lo escandaloso, ya que en sí, el ser objeto de visitas de manera anónima,  bajo el influjo de “n “número de obsesiones,  vaciadas a una pantalla muda y exhibicionista, pudiera atemorizarte, sino a lo que descubrí después.
     Al seguir el juego del anónimo primero,  enviándome ahora un mensaje esta “amistad”, desestructuró más aún la primera historia, pero a la luz salió, aquel ser hasta cierto modo gris y callado, que durante más de tres años había seguido de cerca a mí y a mi pareja con una cantidad de likes  a cada uno  (era uno de esos contactos que no tienen una foto completa), del que no desconfié cuando me solicitó como amiga. Pero que si me llamaba la atención un perfil desprovisto de toda personalidad, sólo contaba con tres fotos, como un cuerpo mutilado, ya sea la boca, ya sea el pie, pero nunca una completa. Y por supuesto jamás fotos personales de nada. En fin, al sentirse aludida y con la importancia que se quería adjudicar en esta oportunidad de fama por 5 minutos,  por supuesto incrementó mi curiosidad para saber de ella. Pues  nada, ni mi pareja ni mis contactos ya que compartíamos 26 comunes, claro, no pude conseguir a todos, pero me bastó hacer un muestreo para indagar si alguien la conocía personalmente, o dónde trabajaba, y lo que logré es darme cuenta que ¡no EXISTÍA!, no hubo una persona entrevistada que diera fe de su existir.  Por supuesto, empezamos a hacer conjeturas de quien entraba en ese perfil, alguien que nos conociera de cerca, que tuviera un interés, hicimos cuentas de tiempo,  de  alguien que quiere estar cerca sin ser visto y  ¿por qué?  Tal vez, la sospecha no nos sirva de nada, pero si, definitivamente saber,  que todo este “anonimato” cómplice de tener una comunicación a ciegas, puede detonar cualquier cosa. 

martes, 16 de abril de 2013

TOLEDO, ENTRE MITOS Y NAHUALES. Por Haydée Terán.





Existen seres que susurran cuentos o fábulas que habíamos enterrado en el olvido, híbridos que nos recuerdan el proceso del nahual1 a animal y viceversa. Erotismo oculto en lo abstracto y surrealista como son los sueños. Los códices mexicanos de la nueva era, contados bajo la mano del último tlacuilo2, dibujante de leyendas: Francisco Toledo. Que tomó esa responsabilidad y se la ha echado al hombro para deleitarnos en sus pinturas, grabados, esculturas y demás expresiones gráficas de las que es un maestro, enseñándonos o más bien recordándonos vestigios de su amada cultura zapoteca. 
     Pudiera bien  llamarse profeta de su tierra, un nahual entre los mexicas o un binigulaza3 entre los zapotecos, lo cierto es que Francisco Toledo,  mimetizó en su obra todo el entorno, los mitos y las leyendas de sus ancestros, creando un cosmos lleno de animales que  bajo la magia de sus trazos dan a luz a seres míticos, seres existentes sólo en su universo. Simbolismos ocultos que protagonizan sapos, lagartijas, murciélagos, conejos como en los antiguos cánticos zapotecos llenos de animales fantásticos y mágicos.   
      Pinturas que narran entre relieves, texturas y un rico colorido, la pasión de un poeta gráfico.   Llenas de colores terrosos, ocres y marrones, como si quisiera llevar la tierra en ellos. Una  textura enriquecida que incita  a tocar y sentir más allá de lo visual lo tangible de su representación,  contando con maestría las historias que escuchó por primera vez de labios de su abuelo siendo aún un niño. Que le fue exacerbando la imaginación desde entonces.
     Sus obras son híbridos que representan la relación que existe entre el hombre y la naturaleza, el hombre y el animal, con un erotismo que se entrevé,  por medio de metáforas pictóricas. Donde nos invitara a buscar por medio de pistas los mensajes ocultos en ellas.
     Amante de las texturas que con obsesiva repetición busca entre la arena, el amate y otras mezclas que el inventa. Logrando así extraordinarios resultados. Mezclando la contemporaneidad  de las técnicas vanguardistas  de Europa, New York que se trajo consigo y mezcló con lo artesanal amasando nuevas y bellas texturas y acabados.   Buscando una obra parlanchina por medio de sus relieves y colores. Sombras que dicen más de lo que parecen. Intenso de alegorías,  multifacético, lo mismo domina el grabado en metal que en madera, la pintura que el dibujo o la escultura. Aunque el mismo se llama a si mismo más dibujante que pintor. Como un mono que aprende, observa quieto y callado absorbiendo todo lo que puede, igual que Pedro rojo, un protagonista de sus historias.
Desde la última década se ha enfrascado en participar como activistas.       Apareciendo en las causas sociales, ya sea repartiendo tortillas, que haciendo tamalizas con el fin de promover la comida oaxaqueña, y ponerse en contra de los alimentos transgénicos. Defensor apasionado de las artesanías.     Él mismo es un mito viviente, con el paso firme que dejan sus huaraches en la tierra seca como sus pies, desaliñado, algo huraño, caminando con su pantalón de manta demostrando lo inmiscuido que esta con sus raíces y la genialidad de su sencillez.  Ya no pasará invisible, nos deja todo su legado de cuentos y mitos que tenemos que encontrar entre las pinceladas, entre el colorido y sus animales fantásticos. Herencia de una cultura llena de misticismo para recordarnos un pasado que se ha ido borrando.


1 Nahual. Según la mitología mesoamericana, el hombre tiene la particularidad de dejar su aspecto de humano un tiempo y tomar el de un animal.
2Tlacuilo. Dibujante de los códices en la cultura Zapoteca.
3Binigulaza. Míticos guerreros y sabios protectores zapotecas.

Francisco Toledo

Francisco Toledo

Vida y obra de Francisco Toledo

You tube
Imaginantes. Francisco Toledo La serpiente cabalística
“Informe Toledo”
Un documental sobre Francisco Toledo
Tráiler “Informe Toledo”