sábado, 1 de junio de 2013

La nueva familia. por Haydée Terán.

Nuestro mundo en la actualidad y desde siempre, entre giro y giro, ha mutado. Las pieles que antes nos vestían (cuando lo empezaron a hacer) pues ya se han vuelto una ofensa portarlas. El tipo de cambio, primero en especie, con el trueque, ahora virtual, plástico que nada se parece a cuando era con cacao.
     La sociedad aunque se ponga rejega tampoco está igual. Todo es tan diferente y la evolución es cada vez más rápida, que es difícil pisarle los talones. La familia, ha quedado fuera de la horma, o que no se ajusta a esta. Porque ahora podemos hacer combinaciones múltiples. Padres con hijos y segundos frentes, papás con hijos, madres con hijo y abuela, abuela con hijo y nietos, abuelos con nietos, y muchos más que si le buscamos,  encontramos.  El punto al que quiero llegar, es la aceptación de los mismos miembros como una familia y no sentirse incompletos y por ende, creándose conflictos innecesarios. Sobre todo a las nuevas generaciones que habrán de seguir formando familias.
     Si vamos al origen etimológico de la familia, viene de famulus, que significa sirviente, y que se denotaba a los “sirvientes de una persona”. Los romanos por su parte, lo definían como “personas que se alimentan juntas en una casa”. Así que, si nos ponemos estrictos, pues todas las combinaciones son válidas, pero en la vida práctica no es así.  Los miembros de ellas son los más afectados o los únicos. Si yo me considero una persona incompleta por no tener el modelo “perfecto”, toda la vida voy a estar adoleciendo de no corresponder o no valer lo mismo que el modelo al que quiero parecer. Los niños que se educan con la idea de que un padre que no está es una calamidad, tragedia y demás, no le ayuda en nada y le perjudica en todo.  No digo que no haga falta, pero es más afectado si se le hacer ver,  como que eso es lo que no tiene. En vez de enseñarle a validarse con lo que se cuenta.
     La autoestima, es algo muy frágil con lo que se tiene que trabajar toda la vida, porque un paso en falso, te puede tirar hasta el fondo de un precipicio. Y para que, vamos a ponerle piedras al camino. Cuando nos aceptamos únicos como somos, de acuerdo a, no sólo el físico y las cualidades, sino también a integrar las circunstancias de vida, nos hará que todo nos fluya más fácil. Es muy pesado cargar con fantasmas, héroes inexistentes, villanos terroríficos, que nos impiden ver la grandeza que tenemos y que podemos utilizar para llevarla en la mochila a nuestra espalda, en lugar de pasajeros indeseables o imposibles.
     Mejor navegar ligero y seguro, para encontrar nuestro destino,  viento en popa y a toda marcha.



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