jueves, 13 de junio de 2013

Encuentros mágicos por Haydée Terán

Nada en este mundo pasa por casualidad, pero como eso implica tomar responsabilidad en nuestros actos, deseos y querencias, preferimos inventar el azar. Con eso,  nos curamos de espanto y cualquier resultado de lo que vivimos, nos da por anticipado la justificación de que no lo pudimos evitar.  
     Vivir en una burbuja de inconsciencia, donde todo tiene una normalidad material y densa. Nos deja de lado por completo, el percibir lo sutil de la vida, de su esencia mágica, de un mundo que vivimos creando, instante a instante nosotros mismos.
     Si voltearas atrás,  hacia tu vida, y la miraras con detenimiento, las cosas más importantes de ella, ocurrieron en muchas “casualidades”, tomaste un camino diferente, por alguna corazonada y,  justo así, conociste a tu pareja. Algún mal rato o “accidente” llevo a cabo una serie de sucesos importantes. Perder un vuelo, un trabajo, etc. Que resultó favorable después de todo.
    El sentido de decir esto,  ahora es, por una simple y sencilla razón. En nuestro diario ir  y venir, topamos con muchas personas todo el día. Si en algún momento de todos estos, tomáramos un poco de conciencia y observáramos más allá de  como siempre lo hacemos.  ¿Cuántas veces no ha pasado, que queremos saber algo, o decidir algo y en ese justo momento escuchamos una canción que nos aclara todo?, ¿En alguna ocasión que hayas charlado con un desconocido y tuviste un enorme deseo de hablar de algo en específico y no sabías por qué? No es muy aventurado pensar que, esa persona necesitaba una información, y que tú se la diste. ¿No te has preguntado, si esa persona especial en tu vida, te  la hayas topado antes o haber estado cerca de ella y no haber coincidido, hasta un momento específico? En situaciones tumultuosas, donde no te das cuenta quienes están, ¿es la primera vez que estarán juntos, cuántas veces habrán coincidido así? ¿por qué un día, de manera instintiva usas otra ruta a tu trabajo?

     Y así, se podría seguir indagando, donde sólo encontraríamos muchas coincidencias. O Causalidades, les pudiéramos  llamar,  al hacer conscientes nuestros encuentros, y entonces, de esta manera saber que todo cumple un propósito, todo el universo sincronizó una serie de circunstancias que nos servirían para aprender o enseñar. No como simples marionetas, con un libreto aprendido, sino llenas de infinitas posibilidades para improvisar y decidir los resultados.  Pero así, poco a poco, todos nuestros encuentros serían vistos con un matiz muy diferente, y que por ende, nos dejarían otro sabor. 

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