La libertad inicia con el respeto.
La clausura de la XII Semana
Cultural de la Diversidad Sexual, concluyó coincidente con el Día Internacional
de la Lucha contra la Homofobia. Día elegido con tal título, a partir del 17 de
mayo de 1990, en que la Organización Mundial de la Salud, decide eliminar la
homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Me vestí de morado, como
todo el público asistente o casi todo, que estuvo solidarizado con la causa.
Se habló de “n” número de casos
documentados, de atropellos, creación de grupos y subgrupos (que “me hicieron
bolas”), discriminaciones y demás, de
los que creo, todos estamos enterados, ya sea mucho o poco, pero no, definitivamente,
nos es desconocido el asunto de la Homofobia Aunque a mí me inquieta más, el
saber por qué existe tal rechazo. Tema que no se tocó y creo que es interesante.
¿Cuál es el miedo, fobia, o aversión al respecto? Ya que se teme a, lo que se imagina que se puede contagiar, lo
que te puede hacer daño, lo que no se controla, lo que te amenaza. Luego
entonces, ¿cuál de estos sentimientos me convertirían en un homofóbico? ¿Pensar
que puedo serlo y no lo quiero aceptar? La creencia, cualquiera que esta sea al
respecto ¿Es mía? ¿Quién y por qué me la inculcó?
Si se trata de sensibilizar una sociedad,
debo tratar de entender desde dónde está parada, que la mantiene allí, y qué
argumentos puedo yo tener que le sean convincentes. Para no estarme cansando de
nadar a contracorriente y tardarme más en llegar a la otra orilla. Yo, en lo
particular, no sé en qué momento, decidí que eso era algo que yo respetaba,
porque el hecho de ser heterosexual, fue una posibilidad que me tocó vivir, y
que ni siquiera puedo saber por qué, pero bien me hubiera tocado estar del otro
lado, por sólo algo tan mínimo como una estadística o un millón de
circunstancias, pero el hecho, es que no lo sé. He vivido eligiendo todos los
días algo, y mi soberbia no me alcanza, para pensar que las elecciones que he
tomado son mejores o están por encima de las de los demás.
No me he dedicado a ahondar en este tema,
pero por casualidad he leído artículos en los que se hablaba de la
homosexualidad en los chimpancés, que no tienen religión, ni prejuicios y sólo
los gobierna la naturaleza de su especie. De hecho la bisexualidad y la
homosexualidad son algo común entre los animales. Los roles también cambian
entre ellos y no se conflictuan como nosotros. En una manada de lobos, el macho
alfa es el que puede llevar la cola alzada, los beta no, y no sólo eso, están
de reserva de las hembras, en caso de
que no hubiera quien se quedara a proteger la cueva. Entre nosotros mismos,
hace unos cuantos años, para los griegos el matrimonio, era una institución
donde se buscaba tener descendencia, se elegía a la madre de sus hijos, no por
atracción, ni amor, ni nada parecido y el placer se buscaba entre esclavas y
jóvenes varones, eso era tan común, que en ese entonces no se discriminaba ni
se repudiaba tal comportamiento, era lo normal. Y si nos echáramos un clavado,
cultura por cultura, tribu por tribu, nos escandalizaríamos o nosotros a ellos,
con lo que nos parece “normal” o aceptado. ¿Qué o quién, nos determina nuestra
manera de pensar? ¿Realmente decidimos nosotros lo que creemos, o somos una
especie de títeres programados al servicio de quién? ¿Tú decides lo que decides
y sabes por qué?
Creo que ya somos una sociedad que puede
madurar, ya somos los suficientemente conscientes y sabidos, como para poder
tomar responsabilidades. Como para aceptar que vivimos en sociedad, que todos
somos partícipes y engranajes de ella. Y que si queremos que funcione, no es
por partes, sino en conjunto, formando un todo. Que mientras siga desmembrado,
no le sirve a nadie.
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