miércoles, 29 de mayo de 2013
martes, 28 de mayo de 2013
lunes, 27 de mayo de 2013
domingo, 26 de mayo de 2013
Perspectiva de Género por Haydée terán.
No sé cómo poder explicar de
manera entendible, una situación que me ha dejado más que enredada. “La
perspectiva de género”, me deja muy en claro, que hay tantas perspectivas como número
de miembros existen en un género. Tan simple y sencillamente porque una
perspectiva abarca todo un universo, desde un solo punto de enfoque, que
cambiará cuando éste se mueva de lugar o de cabeza, con aquello de que “cada cabeza es un mundo”.
Para empezar se me hace difícil
avanzar en una cruzada que trata de homogeneizar una situación de vida que es
circunstancialmente diferente de una a otra, cuando se puntualiza en una
particularidad para llevarlo a una generalidad. En toda esta iniciativa de tratar de combatir la violencia y discriminación,
irónicamente, éstas aparecen invariablemente en el mismo mecanismo de defensa. Se
extrapolan las opiniones con un enemigo a vencer, que no es una actitud, ni un
concepto, sino que tiene nombre y apellido: es el otro
género. Una lucha constante de un género contra otro. Donde la separación es un
vector fundamental, enturbiando el mismo sentido de la reparación o prevención
o en el mejor de los casos: la
integración, para formar una sociedad
con intereses en común.
Se abordaron los temas, donde imperaban
las estadísticas alarmantes, historias que cambian por el nombre o el lugar, pero termina siendo
similar, más de lo mismo. Sólo saber
cómo sucede, que bueno, los diarios amarillistas viven de eso, y lo tenemos a
la mano a diario. No es desconocido, y saber que en lugar de 1000 son 10000 no
cambia nada. Nada referente a qué se hace para modificar el resultado. Que
existan más leyes, más candados, es una tontería, cuando se vive en una sociedad
que es experta en evadirlos.
Y si te das la vuelta y ves con otros
ojos, hay un mecanismo que se repite. Una víctima y un victimario se atraen por
una ley universal que es imposible de sabotear, chantajear o sobornar. Allí no
hay nada que hacer. Si a la víctima le quitas el victimario, inconscientemente
buscará otro, porque nos movemos entre lo conocido. Nos da miedo caminar en
estructuras o lugares que nos causen incertidumbre. Pero si la víctima, ya no
se cree víctima, se empodera, desde su interior hacia el exterior, ocurre que
no va a encajar en el otro esquema. ¿Qué se hace para que una persona renuncie
a su estatus de vida, para adoptar otro? Esperé en escuchar algo al respecto,
que no llegó nunca en la toda la semana que duró la Jornada. Del otro lado, un victimario fue en un
momento víctima, que por sobrevivir se extrapoló, no se sanó. ¿Qué hacemos para
no fabricar más victimarios?
Fue un momento emotivo cuando el panel
estaba formado por mujeres representantes de diferentes grupos indígenas. Ellas
mostraron su coraje y fuerza, al contarnos sus logros personales, por demás
plausibles cuando tienen más en contra,
que otro grupo para realizarse como lo hicieron ellas. Pero al responder sobre las tácticas a seguir, para enseñar a
su comunidad a combatir la violencia y discriminación, quedaron
desarmadas. El mismo público no estaba
de acuerdo en si era violencia, o usos y costumbres de ellos. Situación que me
aclaró aún más el panorama, ya que me sentí como espiando la vida privada, y
criticarla desde mi soberbio punto de
vista, donde yo decido que está bien o qué está mal. No se puede hacer una
cruzada cuando los intereses o sensibilidades son casi infinitos. Ellas lo
lograron de manera individual, porque así lo decidió cada una, al no estar de acuerdo con lo que vivían, pero ¿qué pasa
con sus hermanas, con sus madres? Que
tal vez para ellas, eso que viven, está
bien. Y es violentar su forma de pensar,
convencerlas de otra cosa.
Sigo pensando que nuestra solución está en
la educación. Si empezáramos a formar ciudadanos con los mismos derechos y
obligaciones, desde niños no hacer diferencia, en que unas tienen privilegios
de género, que no son los mismos del otro,
en ese preciso momento empezamos a marcar diferencias. Si, las tenemos y jamás vamos a ser iguales biológicamente
o físicamente. Pero el respeto, todos lo queremos. Sin “hacernos
bolas” con leyes para las mujeres A, para las B, para las C, donde me sentí
excluida cuando no pertenecía a esos grupos. Todas somos mujeres por igual con
necesidades diferentes, el respeto es lo
que nos interesa, y creo que si fuera hombre, ese también sería mi prioridad.
Ahora, de los roles, creo que no hay uno que se debe de imponer, sino,
pregúntele a las mujeres que viven sus roles tradicionales, si están dispuestas
a renunciar a qué su marido se encargue de resolver su vida en gran parte.
Sinceramente, no creo que muchas abracen esa idea. Entonces, lo que es imperativo es empezar a vivir con el
Respeto por delante.
sábado, 25 de mayo de 2013
viernes, 24 de mayo de 2013
jueves, 23 de mayo de 2013
miércoles, 22 de mayo de 2013
lunes, 20 de mayo de 2013
domingo, 19 de mayo de 2013
Deshomofobizándonos. por Haydée Terán.
La libertad inicia con el respeto.
La clausura de la XII Semana
Cultural de la Diversidad Sexual, concluyó coincidente con el Día Internacional
de la Lucha contra la Homofobia. Día elegido con tal título, a partir del 17 de
mayo de 1990, en que la Organización Mundial de la Salud, decide eliminar la
homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Me vestí de morado, como
todo el público asistente o casi todo, que estuvo solidarizado con la causa.
Se habló de “n” número de casos
documentados, de atropellos, creación de grupos y subgrupos (que “me hicieron
bolas”), discriminaciones y demás, de
los que creo, todos estamos enterados, ya sea mucho o poco, pero no, definitivamente,
nos es desconocido el asunto de la Homofobia Aunque a mí me inquieta más, el
saber por qué existe tal rechazo. Tema que no se tocó y creo que es interesante.
¿Cuál es el miedo, fobia, o aversión al respecto? Ya que se teme a, lo que se imagina que se puede contagiar, lo
que te puede hacer daño, lo que no se controla, lo que te amenaza. Luego
entonces, ¿cuál de estos sentimientos me convertirían en un homofóbico? ¿Pensar
que puedo serlo y no lo quiero aceptar? La creencia, cualquiera que esta sea al
respecto ¿Es mía? ¿Quién y por qué me la inculcó?
Si se trata de sensibilizar una sociedad,
debo tratar de entender desde dónde está parada, que la mantiene allí, y qué
argumentos puedo yo tener que le sean convincentes. Para no estarme cansando de
nadar a contracorriente y tardarme más en llegar a la otra orilla. Yo, en lo
particular, no sé en qué momento, decidí que eso era algo que yo respetaba,
porque el hecho de ser heterosexual, fue una posibilidad que me tocó vivir, y
que ni siquiera puedo saber por qué, pero bien me hubiera tocado estar del otro
lado, por sólo algo tan mínimo como una estadística o un millón de
circunstancias, pero el hecho, es que no lo sé. He vivido eligiendo todos los
días algo, y mi soberbia no me alcanza, para pensar que las elecciones que he
tomado son mejores o están por encima de las de los demás.
No me he dedicado a ahondar en este tema,
pero por casualidad he leído artículos en los que se hablaba de la
homosexualidad en los chimpancés, que no tienen religión, ni prejuicios y sólo
los gobierna la naturaleza de su especie. De hecho la bisexualidad y la
homosexualidad son algo común entre los animales. Los roles también cambian
entre ellos y no se conflictuan como nosotros. En una manada de lobos, el macho
alfa es el que puede llevar la cola alzada, los beta no, y no sólo eso, están
de reserva de las hembras, en caso de
que no hubiera quien se quedara a proteger la cueva. Entre nosotros mismos,
hace unos cuantos años, para los griegos el matrimonio, era una institución
donde se buscaba tener descendencia, se elegía a la madre de sus hijos, no por
atracción, ni amor, ni nada parecido y el placer se buscaba entre esclavas y
jóvenes varones, eso era tan común, que en ese entonces no se discriminaba ni
se repudiaba tal comportamiento, era lo normal. Y si nos echáramos un clavado,
cultura por cultura, tribu por tribu, nos escandalizaríamos o nosotros a ellos,
con lo que nos parece “normal” o aceptado. ¿Qué o quién, nos determina nuestra
manera de pensar? ¿Realmente decidimos nosotros lo que creemos, o somos una
especie de títeres programados al servicio de quién? ¿Tú decides lo que decides
y sabes por qué?
Creo que ya somos una sociedad que puede
madurar, ya somos los suficientemente conscientes y sabidos, como para poder
tomar responsabilidades. Como para aceptar que vivimos en sociedad, que todos
somos partícipes y engranajes de ella. Y que si queremos que funcione, no es
por partes, sino en conjunto, formando un todo. Que mientras siga desmembrado,
no le sirve a nadie.
jueves, 9 de mayo de 2013
El masoquismo femenino por Haydée Terán.
¿Son las hormonas o la
educación, quién determina las reacciones y comportamientos de cada género? Es
una de las preguntas que me ha atormentado toda la vida, por decirlo así. Y entre
más han pasado los años, más experiencias personales, muchas de
observación, que he llegado a la
conclusión, que las hormonas son y han sido un mero justificante. Para sufrir, aprovechar, devengar, tomar o
rechazar todas las situaciones que viven día a día las féminas. No dejo la biología de lado, pero los animales parece
que no tienen conflictos, los que no son mascotas.
Mi formación infantil en una familia no
muy tradicionalista por parte de mis padres, (a lo mejor en algunas
teorías, las prácticas no coincidían
mucho) pero si, en exageración en la de
mis abuelos y tíos con los que conviví. Me hizo, en una etapa muy larga, desde la niñez hasta muy después de la adolescencia, odiar ser mujer, si, no
quiere decir que tuve problemas de identidad sexual, pero sí, el pensar que yo
hubiera preferido ser hombre (por las
ventajas), y en ese momento estar
enojada porque según, no lo elegí yo, que fueron las circunstancias las que se
confabularon contra mí. Me reconcilié con mi femineidad, cuando comprendí
tristemente, que la condición femenina, era aceptada, después impuesta (dejé de
pensar que la vida era injusta). Siempre
hay poder de elección. Desde el momento en que decides qué vas a creer o no, de
lo que te dicen. Una de las cosas o
actitudes que me salvo, creo yo, fue, que todo lo que me decían, lo ponía en duda,
era una especie de incrédula ambulante, tenía que cotejar, probar, investigar
para luego entonces aceptarlo, sino era
desechado por falta de sentido, lógica o fundamentos.
Esta condición de renegada me orilló a
tener juegos competitivos donde generalmente era entre niños, deseché el
romanticismo de los colores, las faldas y todo lo que olía romanticismo
incluyendo el maquillaje, pensando en que se usaba para esconder lo que no se
quería mostrar, y no entrar en un molde en serie . Eso de que las niñas lloran para conseguir lo
que quieren no era lo que yo aprendí (yo quería estar lo más lejos del
prototipo femenino), sino a ganar mi
lugar de respeto con velocidad, fuerza o creatividad. Al principio me daban “chance”
pero al final terminaron aceptando que podía hacer lo mismo que ellos o
superarlos incluso (suficiente para mí, para saber que en cuestiones físicas y de
aptitudes no teníamos diferencias importantes) sólo era cuestión de creencias y
de metas. Por supuesto, odié que me quisieran hacer una mini mamá, regalándome
muñecas a las que desdeñe en su caja original, como mero adorno de mi cuarto. Prefiriendo
los juegos de mesa, de estrategia, de
competencia. Bicicleta, patines, trompo, balero, canicas, etc. Que generalmente eran masculinos.
Llegaron los cambios físicos y hormonales,
mi cerebro no tuvo ningún cambio, sólo algunas cosas que habían cambiado
físicamente, de vista, porque mi capacidad no mermó. Lo demás funcionaba exactamente igual. Mi toma
de decisiones, parámetros para tomarlas, nada, todo eso estaba intacto, salvo
lo que empecé a acumular como teorías nuevas. Llegó la etapa de las parejas,
nada que ver con todo los consejos que me parecían ridículos, como posponer algo sólo por hacer tiempo, para
parecer otra cosa, aceptar cosas que no me gustan para gustarles, tener poses,
usar llantos, chantajes, etc. Por sentido común, no hice caso alguno. Creo que
no me ha ido nada mal, como para pensar que violé alguna regla universal indispensable.
Llego la vida en pareja, los hijos y ¿qué
creen? El famoso instinto maternal, brilló, pero por su ausencia, al menos como lo me lo habían contado, que una
madre esto y lo otro. No, como que no se me dio, ni depresión post parto, SDM,
lo siento, no he podido experimentar esas cosas. Amo a mis hijos, que por
cierto, todos son varones, sigo entre niños. Más eso, de que de la noche a la mañana, yo me
imaginaba como una loba recién parida a punto de matar, no sé, esperé y esperé
y no noté ningún cambio. Ahora, no niego que, te enternece un ser diminuto que
depende todo de ti, si claro, que lo empiezas a amar conforme lo vas
conociendo, como a cualquier persona con la que convives y creas lazos,
también. Pero algo sobrenatural, no sé, que tanto se ha fomentado en la poesía,
el cine y todo lo que nos rodea, pues a mí, no me llegó.
¿Qué tal la vida social? ¿Por qué
prefieren un hombre acompañado? No lo sé, a lo mejor, necesitan un poco de
motivación que no la tiene el macho solo, sino la mujer a la que quieran
desbancar. Y digo, esto, porque este comportamiento es meramente femenino.
Yo no veo a los hombres interesados en
mujeres con pareja. Estoy hablando del entorno de antro, fiesta, reunión o como
le quieran o suelan llamar. Los desarreglos o desbarajustes son algo de lo que
no me interesa hablar. Solo del comportamiento social. Un hombre si ve a una
mujer acompañada, la puede mirar, pero no tiene interés, al menos que la
encuentre sola en otra ocasión, que si le gustó, igual la aborda. Hay una especie
de respeto territorial que se tiene entre machos, no así entre hembras, que
pareciera que le agregan una cualidad al susodicho si va acompañado, razón para
empezarle a coquetear. Y alejarse del que esté solo, no es atractivo, olímpicamente
lo ignoran.
Otra cosa “muy femenina”, no tienen peor
enemigo que ellas mismas, la ida al espejo es una tortura china, o no sé de
donde salió, pero la cantidad de desaprobaciones es impresionante. Yo, que mi
entorno sigue siendo masculino, jamás escucho algo como: “estoy hecho un
cerdo”, o cualquier cosa relacionada con su físico cuando ven su reflejo. Y en
eso las mujeres son creativas en abundancia, porque no se dicen uno, al menos
es una docena por vuelta al espejo.
En fin, todo esto, no sé cuándo, ni cómo
empezó, pero los resultados son muy obvios. Y la madre naturaleza no creo que
sólo haya tropezado con nuestro género. En qué momento nos perdemos y somos prisioneras de nuestras propias trampas. Qué no es lo más importante ser feliz?
lunes, 6 de mayo de 2013
viernes, 3 de mayo de 2013
LA MAMÁ DE HOY.
Anoche me acosté leyendo un artículo
publicado por Sanluissisimo, con el título " ¿Dónde estás mamá?"
escrito por Gaby Vargas. Aborda en él, el abandono emocional de los jóvenes,
con resultado del nacimiento de las diferentes corrientes rebeldes, en
que los jóvenes se reclutan, responsabilizando la ausencia de la figura materna
tradicional. Debo confesar que me dormí plácidamente, vamos, no me quitó
el sueño. Pero amanecí con un sabor desazonado en la boca.
Después de darle
vueltas y vueltas al asunto. Descubrí qué es lo que me molestó. Estoy de
acuerdo que los roles en las familias han cambiado, las necesidades de la
sociedad, no sólo las de las mujeres, han cambiado. Cada vez es mayor el número
de madres que salen a trabajar, o que incluso sólo descansan el período
maternal desde la llegada del primer hijo. Y no es algo que nos toque escoger,
el grupo privilegiado de damas que sólo se dedican al hogar, (que tampoco están
exclusivamente dedicadas a los hijos) es la minoría. Y fuera de las oficinas,
hay un gran número de mujeres que se les escapa al censo: las que trabajan
planchando ajeno, cosiendo, bordando, limpiando casas, etc., y que muchas veces
lo hacen a escondidas. No por escalar orgullosamente satisfacciones personales,
sino porque sus necesidades básicas, no satisfechas, que las obliga.
Hay otro punto,
del cual no se está tomando en cuenta. La adaptabilidad del ser, no sólo hemos
visto desde que Darwin lo descubrió, que todos los seres vivos evolucionamos,
cuando las circunstancias de sobre vivencia nos cambian o amenazan. Si seguimos
educando bajo la falacia de que lo que no existe es mejor, no podremos avanzar
nunca. A mí me tocó la transición de una madre, de la cual disfrutamos de
tiempo completo en parte de mi niñez, cosa que cambió cuando inició sus
estudios, para luego incorporarse a la vida laboral. Tal vez, nadie hubo que
nos dijera que era mejor tenerla en casa, por eso nos adaptamos sin complejos
ni complicaciones. Sí, no digo que no, había mejor comida cuando ella
tenía sus días libres, que cuando comíamos solos, lo que ella había
preparado con mucha prisa. Pero ni me volví emo, ni darketa, ni nada por el
estilo, quiero decir sin embargo, que me
considero rebelde, pero con causas y criterio, no sólo por unirme al club de los inadaptados.
Ahora bien, esto
me pasó en los setentas, ahora los niños ya nacen con este tren de vida, no
tuvieron que adolecer ese cambio. Para ellos ya es normal, como
también los matrimonios que no "duran para toda la vida", y que esto
también genera necesidades diferentes y cambios nuevos a que acomodarse. Muchas
de estas mujeres, incursionaron en mundo laboral después de un divorcio, con
hijos de por medio. Es una situación real que existe, problemática o no, a la
cual no se le puede solucionar con devolver a la mujer a su hogar, porque es
tan posible como no usar carros para no contaminar.
Cabe, hacer un
pequeño paréntesis, no se habla para nada, de la figura paterna en dicho
artículo, omisión importante para mí, ya que los hijos son producto de una
pareja, no de una mamá. Y que también el rol, que sería la contra-parte de
la mujer hogareña, es el del hombre proveedor de todas las necesidades
materiales de una casa. Que para nadie es un secreto, que ahora para mantener una casa, en la
mayoría de las familias necesitan que ambos sean proveedores.
Tal vez, cuidando el desarrollo de los niños, en
pos, de que pronto serán los ciudadanos con los que hemos de convivir, y
futuros formadores de familias, se revisen las leyes laborales, los horarios de
trabajo, horarios de escuelas, etc. Porque no se puede detener una ola sólo con
un tabique.
jueves, 2 de mayo de 2013
La niñez por Haydée Terán.
Un niño es un ente en formación, un
recipiente que se llenará de experiencias emocionales, mayormente desvaloradas
que se convertirán en los parámetros, con los que vivencia a vivencia desarrollará
en su vida futura. Ya que estamos educados a tomar como referencia siempre algo
en base a otra cosa ya conocida (el pasado).
Y es aquí, donde no se le toma mucha
importancia, el saber que un niño es capaz de internarse en la oscuridad o
evitarla a toda costa, nos debiera de llamar la atención, un poco, ya que
cuando se enfrente a algo más tangible, su reacción sutil o densa será igual. .
Si alguna vez tuvo un rechazo, que lo marcará en sus futuras relaciones
personales. El ser elegido o no, para
los juegos en equipo. Qué tan fácil comunica sus necesidades. Se le ha enseñado
a expresar sus sentimientos. Y bueno, muchas cosas así.
Para que una persona aprenda a ser
asertiva, tiene por principio que tener la capacidad de elección, y por
consiguiente la responsabilidad de las consecuencias, fueran las esperadas o
no. ¿Qué tanto se le permite equivocarse a un niño? , creo la respuesta es determinante para su desarrollo. Si alguien
empieza a no permitirse la equivocación, que es algo inevitable, genera muchos
sentimientos de culpa, miedo para tomar decisiones, sobre valorar el daño del
error, y lo más importante, no ver el
aprendizaje implícito en el hecho de tener un fracaso, que generará
sentimientos que se repetirán cuando ocurra otro evento similar.
¿Qué pasa con sus preferencias? Si le son
respetadas sin crítica, él se sentirá aceptado, amado como es, de esta manera
se convertirá en una persona, tolerante, abierta, no necesitará ser hipócrita, para comunicar si algo le agrada o no, a
sabiendas que no se sabrá juzgado por eso. Además le eliminará en automático la
carga de la culpabilidad cuando rechace algo que no le agrada.
¿Se le tiene paciencia al tomar sus
elecciones? ¿Se le cuestiona todo el tiempo la razón que lo llevó a su
conclusión? Tal vez se vuelva adicto a dar explicaciones, necesitando
implícitamente la aprobación de su decisión, por lo contrario, el sabrá tomarse
su tiempo, de antemano sabemos que todos tenemos un ritmo y forma diferente de
aprender. Muy probablemente al tener tiempo y espacio para él, y los que le
rodean, sabrá respetarlo para cualquier persona.
¿Cómo se ve ante los demás? Necesita compararse
con algún parámetro de pertenencias, talentos, habilidades, tamaños. O se sabe valorado por su persona, única e irrepetible.
Aprenderá también a aceptar la individualidad como algo muy valioso.
Podríamos buscar y buscar muchas cosas que
nos puedan servir en la educación, y sabremos que no tenemos el secreto de infalibilidad, que
también nos equivocaremos mucho o poco,
pero que participamos de acuerdo a lo que realmente creemos.
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