Llegó el mes de Diciembre
con todo lo que acarrea siempre: compras, reuniones, regalos, celebraciones,
trasnochos, comilonas, etc. El estrés de las compras de último momento,
sentimientos de culpa por comer demás, por no poder partirte en mil pedazos
para estar en dos o más lugares a la vez. Independientemente de tu credo o
costumbres para estas fechas, es casi imposible que no participes de manera
activa o pasiva en ellas.
El mes, se va prácticamente como agua, y
del córrele de un compromiso a otro, pendientes por terminar, llegas a la cena
de fin de año, con las uvas en la mano, o con lo que acostumbres iniciar el
año, en un parpadeo. Te comes las uvas, pensando en uno o dos deseos, porque no
te acuerdas de más y terminas como todos, pidiendo, cosas abstractas como
salud, felicidad, paz, prosperidad, etc.
Total, no siempre nos han dicho que con
salud basta, como ¿para qué pediríamos más?
Dentro de todo este maremágnum,
¿Realmente empezamos un año nuevo? El calendario nos dice que sí, pero, ¿Es tu
inicio de año, algo nuevo, en algún plano, más allá de cambiar de agenda? ¿O
sólo es una continuación de año anterior? Muy probablemente sí, nos ocurre a la
mayoría de las personas (al menos las que conozco de cerca), por dos razones
importantes, una es porque no nos ponemos metas congruentes, o son más de lo
mismo o algo fuera de nuestro alcance (no porque realmente sean imposibles)
pero totalmente improbables sin un plan; la otra que no cerramos ciclos,
dejamos cosas, relaciones, proyectos, empezados, mal terminados o inconclusos, pensando que ya no tienen vida, porque los
abandonamos o nos abandonaron. Incluso estoy segura que habrás escuchado, sobre
vaciar las barricas del vino viejo, para meter el nuevo. Pues he ahí, básicamente el motivo por el cual,
tus rituales de fin de año, no prosperan,
terminan siendo simple superchería, como en años anteriores.
Tanto para planificar nuestro próximo año,
como para cerrar ciclos, que ya no deseemos mantener abiertos, se necesita un
tiempo de reflexión, de consciencia para recapitular qué del año, que no terminamos,
lo vamos a continuar, qué vamos a hacer crecer, qué vamos a dejar, para no
empezar con cosas que nos distraigan de lo que realmente queremos. También para
reconocer cuál es la falla o defecto que no pudimos corregir, que nos impidió
lograr nuestras metas, para tener una estrategia y no volver a perder por la
misma causa. Claro, esto aplica, si realmente le quieres dar seriedad para perseguir
un objetivo.
Este tiempo de introspección, no es muy
llamativo ni agradable para la mayoría de la gente, porque requiere de hacerse
responsable de sí mismo, y mientras no se haga eso, es más fácil seguir
echándole la culpa a alguien o algo, para justificar su mediocridad. Además de
que no es un hábito común, y todo lo que queda fuera de nuestros
acondicionamientos cotidianos, nos cuesta mucho adquirirlos, salvo con una
férrea intención. Es muy parecido a limpiar y ordenar nuestra casa, tarea poco
deseada, se deja para el final, se hace a medias, se prefiere que lo haga
alguien más por nosotros; pero si organizamos nuestro entorno, es más fácil
organizar nuestras ideas. Podemos empezar a sacar (como el vino viejo), todo,
separar lo que todavía deseamos seguir utilizando, de lo que se necesita
reemplazar, desechando lo que ya no queremos en nuestra vida o ya no le
encontramos utilidad; logrando tener un espacio vacío donde podremos colocar lo
nuevo, acuérdate que por una ley de física, dos cuerpos no pueden ocupar, el
mismo espacio, en el mismo lugar. Y ésta ley se aplica a sentimientos, objetos o personas.
Si quieres una nueva relación, pero pasas recordando o hablando de la otra,
para bien o para mal, es porque no la has soltado aún, y mientas estés
enganchado allí, no llegará algo nuevo (acuérdate, el espacio en tus
sentimientos está ocupado por alguien), así funciona con todo.
Espero que si tu deseo es encontrarte con
circunstancias nuevas el próximo año, aproveches unos minutos de las pocas
horas que quedan para qué al pedir tus deseos, ya tengas el espacio suficiente
para ellos. Deseándote lo mejor para el próximo ciclo.