lunes, 5 de diciembre de 2016

¿TENER SÓLO MADRE, BASTA?

Por razones de moda, cultura, etc., al menos en nuestro país, que es lo que conozco mayormente. La estructura familiar ha tenido cambios importantes en estas últimas décadas,  con la emancipación femenina, ha derivado en una nueva familia: la madre soltera con su(s) hijo(s), ya sea por rompimiento de una relación o porque nunca la hubo. Esta nueva estructura familiar, generalmente sólo cuenta con un rol, que no está del todo definido, como todo,  en este mundo de dualidad, se aprende por contraste, si no conociéramos la oscuridad, tampoco la luz.
        No por casualidad, es que, se necesite de un macho y una hembra para engendrar un hijo, independientemente de la especie que sea. Uno de los dos se encarga de la protección y buscar sustento, mientras que el otro de la alimentación y cuidados, en lo que  aprende a valerse por sí mismo. La  tarea de la que se encarga cada uno de los padres se le llama rol o función, es un trabajo de  colaboración, y ambos son igualmente importantes, como para suprimir uno de ellos.  Así que tenemos una función materna y otra paterna, que generalmente las desempeñan sus padres biológicos, ya hablando de los humanos exclusivamente.
       Tal vez en la época que le tocó vivir a nuestros bisabuelos y abuelos, era más fácil, los roles estaban perfectamente definidos y así se formaban las estructuras de los hijos sin ningún problema,  o eso se pensaba; cuando la mujer se dio cuenta que no era reconocida por la sociedad,  ni ella ni su importante función, empezó a desplazarse de su rol. Al incorporarse a una vida laboral fuera de casa, ésta función quedó en manos de una de las abuelas o ambas, o alguna nana; años más tarde, con el nuevo ritmo de vida, más ajetreado, más rápido, la crianza empezó a pasar a  guarderías,  centros infantiles, que le dan cuidados necesarios,  pero de ninguna manera ejercen un rol.
      
        Cuando me refiera a  la función o rol Materno, no me estaré refiriendo a la madre biológica como tal, ni en su caso al padre biológico cuando hable de la Paterna. Por lo general pensamos que se  acomoden así, pero al explicarlos, se darán cuenta que a veces están invertidos,  no pasa nada, siempre y cuando estén los dos. Pues bien, la  función Materna, es la que permite al niño identificarse con el mundo que le rodea, amarlo y por lo tanto apegarse, la función materna es siempre si o siempre no, gracias a ésta, aprende a tener un sentido de pertenencia,  obvio,  si sólo cuenta con este rol, se aferra, crea dependencias, se  queda en lo conocido, eso que llamamos nuestra  zona de confort, que en éste caso sería tan grande,  como la madre lo dejó crecer o sea, de acuerdo a las libertades y herramientas con que desarrolló.   Con ésta conoce el amor, todo se le da, si la mamá vuelca su atención en el niño; pero en el lado opuesto,  puede ser que sea una mamá de que no le permita nada o tenga una ausencia de la función materna, éste niño por supuesto no se va a identificar con nada ni nadie, tampoco aprenderá a amar lo que le rodea, no sentirá pertenencia ni lealtad a nada,  tendrá conflictos para adaptarse a la sociedad.
        Por allí de los 3 años que es lo que nos han marcado como el tiempo que el niño empieza a descubrirse como un ser aparte de su madre (si en los primeros años así se hizo) y  no ser la extensión de ella como lo ha sido en este tiempo;  el rol materno empieza a perder protagonismo,  entra en acción el papel paterno, el padre separara la madre del niño, empezando a enseñarle el desapego, primero de ella (equivaldría a su mundo conocido), a empezar a explorar el mundo,  con esto, entra en el psiquismo del niño, el no, con la prohibición, naciendo entonces el deseo, desear aquello que le es negado, que más adelante se convertirá en metas o propósitos.
         El rol  paterno, básicamente cumple  3 funciones, prohibición, protección e incentivación.  La prohibición está ligada a la protección, muchas veces es un sí con límites para cuidarlo,  el padre le marca  una dirección, él decide cuándo sí y cuándo no, con su idea de protección.  El padre no sólo le dirige, sino también  lo incentiva, dándole seguridad de que puedo lograr hacer algo más allá de lo conseguido, o sea, el salir de su zona de confort.
         Si cada quien cumplió su parte y el niño, realmente pudo rebasar las limitaciones que puso mamá con ayuda del padre, para después también trascender las del padre motivado por sus deseos. Será un adulto que con facilidad podrá dirigirse y llegar a donde quiera de forma sana. Una persona que no tiene la función paterna integrada, será fácilmente dependiente, de relaciones, cosas, sustancias; donde le será muy complicado desapegarse de ellas. No digo con esto,  que sea imposible, todo se puede aprender en esta vida con decisión, pero cuántas personas están atrapadas en una vida insatisfecha por ésta falta, que además,  lo ignoran.

        Traer un hijo al mundo, no sólo es resolver los pañales y la leche que usará, es muy importante la formación y después dejarlo crecer, para que sea un ciudadano con quien nos guste convivir. Al final, no siempre dicen que lo más importante es que sean felices.

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