lunes, 6 de marzo de 2017

EL EXITO

¿Deseas ser exitoso? Yo sí ¿y quién no? Es una palabra bastante seductora. Pero ¿qué es el éxito?
¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza? Fama, fortuna, popularidad, que ya parece un cliché.  Si nos vamos a su significado, sería “salida” o “resultado”. Éxito es simplemente el punto de convergencia donde te encuentras con tu deseo.

Entonces, ¿Cuántos deseos tienes durante el día, ya no digas en tu vida? De todos esos que pensaste y le diste un poco de atención y seguimiento, ¿cuántos lograste? Te aseguro que más de los que creías. ¿A donde quiero llegar con todo esto? A dos cosas que considero importantes, Primero: que te des cuenta que la mayoría somos personas de éxito, que no es una cualidad extraña ni  escasa en nuestra vida, por muy común que te parezca la tuya. Segundo: anudado a lo primero, tal vez estemos ponderando erróneamente qué es el éxito para nosotros.

Esto es el punto, vivimos en una sociedad educada para ser iguales, pero no hay nada más anti-natural que eso.  Tanto en casa como en el colegio se espera de nosotros, conductas, actitudes y aptitudes generales, pero nada personal. Hay un modelo de hija o hijo, un modelo de familia, un modelo de estudiante, y podemos enumerar muchos modelos más; que la mayoría no encaja en el molde o lo hace con graves consecuencias. Entre los principales damnificados, estará tu autoestima. Si somos únicos e irrepetibles entre tantos millones de personas en el mundo, no te has preguntado ¿por qué existen tan pocas pautas a seguir? Es tan loco como pensar que siendo morena fuera fracasada por no ser rubia o pelirroja, claro dirás es imposible, bueno, pasa lo mismo con otras características, como los talentos. Todos tenemos nuestras propias combinaciones de talentos, nadie está exento de ellos, algunos tendrán más,  otros menos, pero muchos de los que o se consideran, son porque no se han desarrollado y muchas veces ni siquiera, descubierto.

Considero que la educación debería ser personalizada, pero aún cuando hay muchas corrientes que aplican en algunos colegios, terminan adaptándose al programa para que le den la validez oficial, terminando en más de lo mismo, con un poco de variedad.

Pues bien, sales del colegio, con una clara idea de qué quieres en la vida (igualito que lo que quiere la mayoría, no es casualidad), pero a llegar a una época de madurez, casi la mayoría también, están gravemente insatisfechos, sin exagerar. Digan lo que digan, las personas felices y realizadas se les nota desde lejos; generalmente son saludables, están en su peso, su actitud es agradable, no se quejan de su trabajo, marido, esposa, jefe. Y muy probablemente no son famosos ni ricos o no salen en revistas. Se podría decir que han conseguido una vida exitosa. No quiero decir con esto, que corras a hacer lo que hacen ellos, porque caeríamos en la misma historia de seguir un modelo.

¿Por qué caemos en desear cosas que no queremos? Podemos armar muchas teorías, pero en mi personal opinión, es que no nos conocemos. Nos dejamos llenar de in-formaciones externas, nos dedicamos la mayor parte del tiempo en complacer a los demás, para demostrar erróneamente afectos o una “buena” conducta; aplicando un exceso de “sacrificio” porque se nos ha dicho que eso es muy bueno. Que en algún momento nos volvemos en autómatas, hacemos todo por rutina o porque lo es lo “que se debe”, lo que se espera de nosotros. Si lo analizamos desde el punto de vista económico, de salud, de ambiente ya sea de trabajo, familiar o de pareja.  Siempre es más caro, menos productivo, más cansado, ir contra tu propia corriente.

Más sin embargo,  lo que hace feliz a una persona es hacer lo que más le gusta, eso genera en ella endorfinas igual que cuando se está enamorado, mejorando su humor. Por ende no estará estresada por no querer ir a hacer lo que hace, probablemente se le vaya el tiempo como agua, dedicará su tiempo con gusto, y sin que alguien le ofrezca un premio, tratará de hacerlo cada vez mejor. Suena a que encontró su propio éxito.

 ¿Y tú ya sabes que te hace feliz de esa manera?




jueves, 2 de febrero de 2017

¿Existe el amor verdadero?

Empezaremos  por definir qué es  el amor,  casi todos entendemos que es un sentimiento fuerte, “involuntario”, que nos provoca hacia otras personas, con las cuales queremos mantener una relación, que se experimenta de diferentes maneras e intenciones según el tipo de relación que estemos estableciendo; filial, empresarial, fraternal, o de pareja.  Por lo general alberga emociones que nos hacen sentir bien,  al menos en un plano idóneo. Vamos a enfocarnos en la relación de pareja amorosa.

¿Estás preparado para enamorarte?

Supongo que tu respuesta es no, si qué crees que no hay que prepararse, ya que   siempre nos han dicho  que: “al corazón no se le manda”,  o dirás que sí, por el hecho de desear estar en pareja, y ya con eso basta. Precisamente aquí está la base en la que fundamos nuestra importantísima estructura de relación: en ideas.  Si vas a comprar un carro, elegir una escuela, incluso decidirte por un platillo ante un menú, requiere que hagas un juicio al menos, donde descartas muchas opciones y te quedas con la que te parece mejor ¿verdad? Y depende de la importancia, hasta días te toma, investigaciones incluso.  ¿Por qué para elegir un compañero(a) de vida, no lo haces así?

A nuestra defensa dirás que es imprevisto, inevitable. En mi opinión, te diré que creo que no. Desde pequeños tenemos un aprendizaje diario al respecto con la familia que vivimos, eso nos va haciendo que vayamos coleccionando ideas de qué y que  no, queremos en nuestra pareja,  repetimos patrones de noviazgos, largos, cortos, muchos, pocos incluso nos programamos para las edades de formalizar esa unión, parecidas a la familia en que crecimos. Vamos adquiriendo pautas con las que   creamos un ideal, que reforzamos con la información  que tengamos a la mano de revistas, novelas, películas, donde el amor, es totalmente idealizado en prototipos de relaciones. Que se dan al azar, si eres feliz con lo que te tocó es porque tuviste suerte y si no pasarás más de una decepción, porque quién llegó no era la persona correcta, seguro Cupido tenía los ojos tapados cuando te tocó.

Primer error, no hay persona correcta, con esto te puedo ahorrar una serie de “malas” relaciones,  si así las quieres ver.   ¿Has escuchado sobre la Ley de la Atracción? Bueno,  de eso que llamamos enamoramiento esta regido por  esa Ley, a la que estamos sujetos, no importa si la desconocemos o no. Es como la gravedad, que su aplicación es inherente, la entiendas o no.   Esta Ley dice similar atrae similar, lo que esté en tu misma frecuencia de vibración,    vas a atraer a la persona más adecuada para el momento evolutivo en que te encuentres. Te darás cuenta de esto por la diferencia de parejas que has tenido, si todas son iguales, entonces no has crecido nada desde la primera, o verás tu crecimiento porque cada una será mejor que la anterior.

También influye el desde dónde buscas emparejarte, si lo haces porque te sientes solo(a), porque todas tus amistades ya tienen pareja, porque ya “deberías” tener, o cualquier justificación que se le parezca, lo estás haciendo desde una necesidad, o sea que tú llegarás a esa relación, para exigir, para que te den, para que te llenen. Generalmente esas necesidades nunca son satisfechas, aunque la otra persona se medio mate por complacerte.  O reforzará eso que te hace sentir menos, soledad, abandono y que igualmente te parecerá un fracaso.

 Alguna vez te has preguntado ¿qué hacen esas parejas, que sí son felices?  Pues allí está el “secreto” de su “suerte”.  HACEN con mayúsculas y en plural, generalmente es el encuentro de dos personas que no se unen  para ver qué reciben, ambas aportan a esa pareja que forman, porque les es importante la relación que tienen. Pero no se llega a este punto, porque ellos son “especiales”, son personas como tú o como yo, que ya pasaron el proceso de auto reconocimiento cada uno por su lado,  donde se han aceptado y conocido lo suficiente, donde ya no buscan que los completen,  porque se encontraron a sí mismos, están plenos. Por lo tanto llegan a formar una pareja para compartir lo que ya son.  Que no es ni más ni menos, que eso que llaman amarse así mismo.

Cuando una persona se sabe amar, se acepta tal como es, por lo tanto no necesita que alguien se la pase levantándole la estima todos los días, tampoco que le reconozcan lo que haga para sentirse valorada, no necesita que la vean todo el tiempo para no sentirse abandonada, está segura de lo quiere o no, por lo tanto sabe poner y ponerse límites. Una personita así, cuando ya está en ese punto, puede negociar, llegar a acuerdos, sin miedo a perder, porque sabe que  no está en una batalla.

El amor como empresa

Un noviazgo o un matrimonio, según sea el caso, siempre me ha parecido bien compararlo con una empresa, aquí hay dos socios, con intereses comunes, de los cuales ambos se encargarán de mantener y crecer, cada uno con el rol o tarea asignada.  Como las empresas mismas, hay las que inician bien, tienen éxito y luego caen en bancarrota; otras que siempre están llenas de problemas que nadie sabe cómo se mantienen vivas y las que crecen y crecen y crecen.  Todo depende si los socios se mantienen con los mismos intereses, hacen los cambios adecuados cuando lo necesitan, invierten para crecer, tienen juntas directivas para ponerse de acuerdo con las ideas nuevas que tengan, y mantienen los valores con los que se fundaron. Pienso yo que así, depende del empeño, trabajo, interés le inviertan. 


sábado, 28 de enero de 2017

!Que éste sea tu año!

Deseo de todo corazón que éste sea mi año, y el tuyo  ¡también!, por allí se dice que con la intención basta, pero mi experiencia  me confirmado lo contrario, tal vez en personas muy disciplinadas, pueda suceder, pero seguro, no en mi caso y si tú eres como yo, y la mayoría de la población;  tal vez empecemos por hacer algo diferente este año, para qué al final termine con otro saldo.
“Si quieres resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”
Albert Einstein.

 Año con año, caí en lo que hace la mayoría, con una lista general, tal vez sólo verbal (pensada en el momento que tenía las uvas en la mano)  o si me había tomado la molestia de escribirla, olvidada en algún cajón o dentro de un libro; mi año iniciaría con gran entusiasmo pero nada más,  sin  tomar riendas del camino por donde iba, o presa de mis ocurrencias momentáneas,  no sé si me entiendas, el destino, o como le quieras llamar, la iba dirigiendo, pero no siempre teníamos los mismos objetivos, para mi desgracia. Y ¡éste es el punto! Yo creía en un destino pre-escrito, una suerte buena o mala que estaba fuera de mi alcance,  a lo cual yo tendría que sumisamente (porque no me quedaba de otra) aceptar lo que llegara.

Así que decidí hacer algo diferente, hice un borrador de más o menos qué quiero, al llegar al fin de año, reuní en una lista de deseos incumplidos, proyectos inconclusos o fracasados, que corregí hasta que no me acordé de nada faltante, la leí y la rompí dando por cerrado todos esos ciclos no concluidos. Hice una limpieza mental, para que no me estorbara.  Empecé a investigar a algunas personas exitosas, consejos de aquí y de allá, para escoger lo que se adapta a mis necesidades y empezar.


¿Por qué no se logran las metas?

Según las estadísticas, el 80 por ciento de las personas no logra lo que se propone, después de unos días se empieza a perder el entusiasmo, la motivación y termina con un sentimiento de fracaso, que se traducirá más adelante como una meta imposible.

“No hay metas imposibles, sólo metas improbables”

Primero lo importante es tener claro qué deseamos iniciar o cambiar, el  para qué queremos hacerlo, esto es lo más importante, porque si tu objetivo es porque quieres agradar a alguien, para tener aprobación de otros, porque alguien te lo pida, es muy probable que termine perdiéndose la motivación al no ser propia.

No tener un plan o estrategia, es un pase  directo al fracaso. Si no tenemos claro de qué manera vamos a lograrlo. Nos ganaría la indisciplina y la falta de constancia.

Fecha de inicio y finalización. Si tú no pones por escrito cuándo vas a empezar y en qué tiempo o fecha quieres lograrlo. Puedes sabotear fácilmente el objetivo, dándole largas para iniciarlo, con justificaciones que te van a sobrar. Donde tenemos claramente una falta de compromiso, porque tu intención de lograrlo es muy débil y/o porque inconscientemente tienes miedo a triunfar o fracasar, si te está pasando algo parecido, convendría que te preguntaras, ¿qué ocurriría si lo lograras o si fracasaras? Y pudieras así, saber a qué te enfrentas para poder darle una respuesta, si quieres conseguir tu deseo.

“La mejor manera de lograr algo, es dejar de hablar de ello y empezar a hacerlo”
Walt Disney.

Iniciemos…De todo lo que vi y leí, elegí lo que me pareció mejor, más fácil y cómodo para lo que quiero lograr, incluso revisé algunas apps, que me parecieron muy buenas, pero que no se ajustaban a mi proyecto, pero igual puedes apoyarte con alguna si te parece más conveniente.

Hagamos la lista, recomiendo que sean varias por áreas, como salud, familia, trabajo y dinero, social o las qué necesites,  para que puedas enfocarte mejor,  revísalas hasta tener objetivos claros y definidos, recuerda pasarlos  por el filtro de la pregunta ¿para qué? lo siguiente será hacer un orden de prioridades, para que tu lista tenga una lógica adecuada, puede ser que algunas de las metas sean previas a otras, algunas pueden tener conflictos de interàs o te sean más fáciles de iniciar, otras tienen tiempos específicos como las vacaciones en alguna fecha designada, en fin, invierte el tiempo que necesites, con miras a que puedes ir modificando de acuerdo a como vaya evolucionando el proceso.

Una vez confeccionada, vamos a introducirla a la vida que ya tienes, acuérdate que somos animales de hábitos, así que llego el momento de revisarnos y tomar decisiones. Haz reseña de tus hábitos hasta hoy, qué haces desde que te levantas todos los días, lo más detallada posible, y si uno de tus objetivos tiene que ver con la dieta, también agrega tus hábitos alimenticios. Esto es muy importante, porque para introducir un hábito nuevo, algún otro tendrá que salir o modificarse. Con el mapa de tu vida en la mano, es el momento de tomar decisiones, te darás cuenta qué cosas no son negociables, cuales puedes modificar o puedes prescindir de ellas sin mayor esfuerzo, compara lo que quieres con lo que has estado haciendo, te darás cuenta que tendrás que hacer canje en algunos hábitos, algunos incluso  te pueden servir de apoyo para otros.  Tienes que hacer un nuevo horario, que parta de todo lo que sabes que haces, e intercalar lo nuevo, porque alguna de tus metas la tendrás que efectuar puntualmente en cierto momento del día, que si no se hace, después ya no lo podrás lograr y sería un día perdido. Con esto evitarás situaciones imprevistas que te alejen de lo que quieres.

Elige qué metas son sólo implementación de nuevos hábitos, empieza por acomodarlas en los horarios o actividades que ya conoces de tu lista de hábitos viejos.  Tendrás de antemano dónde va a ser más fácil ponerlos para lograrlo.

Las que son un adonde quieres llegar, divídelo en varias metas, por ejemplo, si deseas tener un peso específico para una fecha, divide el tiempo y asigna un plan por  etapa, al tenerlo seccionado, y si tu objetivo es grande, no te sentirás en estrés por ver la meta muy lejana, te enfocarás en la de tu primera etapa y así consecutivamente, cada que tengas un logro de llegada a un punto, prémiate, irás ganando confianza en ti.  Otra cosa, hazlo de la manera en que más te guste, no elijas actividades, que de entrada te disgustan, porque será doblemente difícil. Si se trata de hacer ejercicios, busca el que más te agrade, todos son buenos, pero el ideal es el que te gusta a ti. Igual si es leer, no empieces por lecturas difíciles, mejor busca temas de tu interés.

Al tener frente a ti, como hayas diseñado tu proyecto y el camino para llegar a lograrlo, será mucho más fácil. Lo podrás revisar, modificarlo cuando  consideres, mantenlo donde lo veas todos los días.  Apóyate en las personas que sean afines a tus objetivos y evita las que no lo sean, puede parecer lógico, pero no se le da la importancia necesaria y es una manera de sabotearte inconscientemente. No lo olvides, mantenerte enfocado en el objetivo y su intención. ¡Éxito!


sábado, 31 de diciembre de 2016

REALMENTE EMPIEZAS UN AÑO NUEVO?

Llegó el mes de Diciembre con todo lo que acarrea siempre: compras, reuniones, regalos, celebraciones, trasnochos, comilonas, etc. El estrés de las compras de último momento, sentimientos de culpa por comer demás, por no poder partirte en mil pedazos para estar en dos o más lugares a la vez. Independientemente de tu credo o costumbres para estas fechas, es casi imposible que no participes de manera activa o pasiva en ellas.
     El mes, se va prácticamente como agua, y del córrele de un compromiso a otro, pendientes por terminar, llegas a la cena de fin de año, con las uvas en la mano, o con lo que acostumbres iniciar el año, en un parpadeo. Te comes las uvas, pensando en uno o dos deseos, porque no te acuerdas de más y terminas como todos, pidiendo, cosas abstractas como salud, felicidad, paz, prosperidad, etc.  Total, no siempre nos han dicho que con salud basta, como ¿para qué pediríamos más?
      Dentro de todo este maremágnum, ¿Realmente empezamos un año nuevo? El calendario nos dice que sí, pero, ¿Es tu inicio de año, algo nuevo, en algún plano, más allá de cambiar de agenda? ¿O sólo es una continuación de año anterior? Muy probablemente sí, nos ocurre a la mayoría de las personas (al menos las que conozco de cerca), por dos razones importantes, una es porque no nos ponemos metas congruentes, o son más de lo mismo o algo fuera de nuestro alcance (no porque realmente sean imposibles) pero totalmente improbables sin un plan; la otra que no cerramos ciclos, dejamos cosas, relaciones, proyectos, empezados, mal terminados o inconclusos,  pensando que ya no tienen vida, porque los abandonamos o nos abandonaron. Incluso estoy segura que habrás escuchado, sobre vaciar las barricas del vino viejo, para meter el nuevo.  Pues he ahí, básicamente el motivo por el cual,  tus rituales de fin de año, no prosperan, terminan siendo simple superchería, como en años anteriores.
     Tanto para planificar nuestro próximo año, como para cerrar ciclos, que ya no deseemos mantener abiertos, se necesita un tiempo de reflexión, de consciencia para recapitular qué del año, que no terminamos, lo vamos a continuar, qué vamos a hacer crecer, qué vamos a dejar, para no empezar con cosas que nos distraigan de lo que realmente queremos. También para reconocer cuál es la falla o defecto que no pudimos corregir, que nos impidió lograr nuestras metas, para tener una estrategia y no volver a perder por la misma causa. Claro, esto aplica, si realmente le quieres dar seriedad para perseguir un objetivo. 
     Este tiempo de introspección, no es muy llamativo ni agradable para la mayoría de la gente, porque requiere de hacerse responsable de sí mismo, y mientras no se haga eso, es más fácil seguir echándole la culpa a alguien o algo, para justificar su mediocridad. Además de que no es un hábito común, y todo lo que queda fuera de nuestros acondicionamientos cotidianos, nos cuesta mucho adquirirlos, salvo con una férrea intención. Es muy parecido a limpiar y ordenar nuestra casa, tarea poco deseada, se deja para el final, se hace a medias, se prefiere que lo haga alguien más por nosotros; pero si organizamos nuestro entorno, es más fácil organizar nuestras ideas. Podemos empezar a sacar (como el vino viejo), todo, separar lo que todavía deseamos seguir utilizando, de lo que se necesita reemplazar, desechando lo que ya no queremos en nuestra vida o ya no le encontramos utilidad; logrando tener un espacio vacío donde podremos colocar lo nuevo, acuérdate que por una ley de física, dos cuerpos no pueden ocupar, el mismo espacio, en el mismo lugar. Y ésta ley  se aplica a sentimientos, objetos o personas. Si quieres una nueva relación, pero pasas recordando o hablando de la otra, para bien o para mal, es porque no la has soltado aún, y mientas estés enganchado allí, no llegará algo nuevo (acuérdate, el espacio en tus sentimientos está ocupado por alguien), así funciona con todo.
     Espero que si tu deseo es encontrarte con circunstancias nuevas el próximo año, aproveches unos minutos de las pocas horas que quedan para qué al pedir tus deseos, ya tengas el espacio suficiente para ellos. Deseándote lo mejor para el próximo ciclo.

     

lunes, 5 de diciembre de 2016

¿TENER SÓLO MADRE, BASTA?

Por razones de moda, cultura, etc., al menos en nuestro país, que es lo que conozco mayormente. La estructura familiar ha tenido cambios importantes en estas últimas décadas,  con la emancipación femenina, ha derivado en una nueva familia: la madre soltera con su(s) hijo(s), ya sea por rompimiento de una relación o porque nunca la hubo. Esta nueva estructura familiar, generalmente sólo cuenta con un rol, que no está del todo definido, como todo,  en este mundo de dualidad, se aprende por contraste, si no conociéramos la oscuridad, tampoco la luz.
        No por casualidad, es que, se necesite de un macho y una hembra para engendrar un hijo, independientemente de la especie que sea. Uno de los dos se encarga de la protección y buscar sustento, mientras que el otro de la alimentación y cuidados, en lo que  aprende a valerse por sí mismo. La  tarea de la que se encarga cada uno de los padres se le llama rol o función, es un trabajo de  colaboración, y ambos son igualmente importantes, como para suprimir uno de ellos.  Así que tenemos una función materna y otra paterna, que generalmente las desempeñan sus padres biológicos, ya hablando de los humanos exclusivamente.
       Tal vez en la época que le tocó vivir a nuestros bisabuelos y abuelos, era más fácil, los roles estaban perfectamente definidos y así se formaban las estructuras de los hijos sin ningún problema,  o eso se pensaba; cuando la mujer se dio cuenta que no era reconocida por la sociedad,  ni ella ni su importante función, empezó a desplazarse de su rol. Al incorporarse a una vida laboral fuera de casa, ésta función quedó en manos de una de las abuelas o ambas, o alguna nana; años más tarde, con el nuevo ritmo de vida, más ajetreado, más rápido, la crianza empezó a pasar a  guarderías,  centros infantiles, que le dan cuidados necesarios,  pero de ninguna manera ejercen un rol.
      
        Cuando me refiera a  la función o rol Materno, no me estaré refiriendo a la madre biológica como tal, ni en su caso al padre biológico cuando hable de la Paterna. Por lo general pensamos que se  acomoden así, pero al explicarlos, se darán cuenta que a veces están invertidos,  no pasa nada, siempre y cuando estén los dos. Pues bien, la  función Materna, es la que permite al niño identificarse con el mundo que le rodea, amarlo y por lo tanto apegarse, la función materna es siempre si o siempre no, gracias a ésta, aprende a tener un sentido de pertenencia,  obvio,  si sólo cuenta con este rol, se aferra, crea dependencias, se  queda en lo conocido, eso que llamamos nuestra  zona de confort, que en éste caso sería tan grande,  como la madre lo dejó crecer o sea, de acuerdo a las libertades y herramientas con que desarrolló.   Con ésta conoce el amor, todo se le da, si la mamá vuelca su atención en el niño; pero en el lado opuesto,  puede ser que sea una mamá de que no le permita nada o tenga una ausencia de la función materna, éste niño por supuesto no se va a identificar con nada ni nadie, tampoco aprenderá a amar lo que le rodea, no sentirá pertenencia ni lealtad a nada,  tendrá conflictos para adaptarse a la sociedad.
        Por allí de los 3 años que es lo que nos han marcado como el tiempo que el niño empieza a descubrirse como un ser aparte de su madre (si en los primeros años así se hizo) y  no ser la extensión de ella como lo ha sido en este tiempo;  el rol materno empieza a perder protagonismo,  entra en acción el papel paterno, el padre separara la madre del niño, empezando a enseñarle el desapego, primero de ella (equivaldría a su mundo conocido), a empezar a explorar el mundo,  con esto, entra en el psiquismo del niño, el no, con la prohibición, naciendo entonces el deseo, desear aquello que le es negado, que más adelante se convertirá en metas o propósitos.
         El rol  paterno, básicamente cumple  3 funciones, prohibición, protección e incentivación.  La prohibición está ligada a la protección, muchas veces es un sí con límites para cuidarlo,  el padre le marca  una dirección, él decide cuándo sí y cuándo no, con su idea de protección.  El padre no sólo le dirige, sino también  lo incentiva, dándole seguridad de que puedo lograr hacer algo más allá de lo conseguido, o sea, el salir de su zona de confort.
         Si cada quien cumplió su parte y el niño, realmente pudo rebasar las limitaciones que puso mamá con ayuda del padre, para después también trascender las del padre motivado por sus deseos. Será un adulto que con facilidad podrá dirigirse y llegar a donde quiera de forma sana. Una persona que no tiene la función paterna integrada, será fácilmente dependiente, de relaciones, cosas, sustancias; donde le será muy complicado desapegarse de ellas. No digo con esto,  que sea imposible, todo se puede aprender en esta vida con decisión, pero cuántas personas están atrapadas en una vida insatisfecha por ésta falta, que además,  lo ignoran.

        Traer un hijo al mundo, no sólo es resolver los pañales y la leche que usará, es muy importante la formación y después dejarlo crecer, para que sea un ciudadano con quien nos guste convivir. Al final, no siempre dicen que lo más importante es que sean felices.

domingo, 25 de septiembre de 2016

¿Tu nombre, es de éxito o fracaso?

Siempre me ha llamado la atención el significado de los nombres, me causa mucho pesar cuando escucho un nombre nuevo para mí, preguntarle al portador sobre su significado y que no lo sepa, mucho menos que  ni le interese (se respeta el interés de cada quien sobre lo que sea), lo mismo si es a una madre o padre por el que le  eligieron a su hijo.
       Esto me viene desde que era una niña, tal vez porque no me gustaba mi nombre, de hecho ahora lo acepto,  no sé si me gusta realmente. Incluso me lo quería cambiar, pero como sólo contaba con doce escasos años, pues no tenía mucha potestad  para hacerlo y en casa, lo tomaron como otra de mis locuras, a las cuales nunca les han hecho caso.  ¿Qué por qué no me gusta? Lo tengo muy claro, primero, Norma, significa, es una regla, que se rige por lo establecido o su otra definición, el femenino de Norman que es: hombre del norte, así como se lo están imaginando, no resonó para nada conmigo, no había conexión, además me chocaba que hubiera más Normas que yo en la escuela; Haydée, salvo porque se escribe no de manera muy común, al menos en mi acta de nacimiento, me llamaba la atención un poco más, pero, si hay un pero, para qué repetían un nombre que ya lo hay en una familia, en mi caso a mi tía, yo sentía que no podía ser mío si era de otra persona, no sé si lo han visto, pero cuando llaman a alguien y contestan dos o tres es espeluznante al menos para mí, que incluso se soluciona patéticamente agregándole al nombre el adjetivo de chico o el grande. Hay al respecto una anécdota de Pablo Picasso, que contrató a la empleado doméstica con el mismo nombre de su mujer, y le hacía mucha gracia, que cuando lo nombraba, iban las dos corriendo,  él sentía mucho poder sobre eso, dejaba en claro su misoginia.
        El nombre  además es una etiqueta, ya habrán oído sobre los descubrimientos que hizo el japonés Masaru Emoto, de cómo etiquetando frascos con agua, dependiendo que adjetivo tuvieran,  tenían efectos sobre su morfología, que tomó en fotografías. Si nosotros somos un 75% de agua en nuestro cuerpo, y nuestro cuerpo es un envase, todo empieza a tener otro sentido.  El significado de los nombres, puede ser insignificante para muchas personas, creo yo, porque no le han prestado atención, pero ¿Qué tan determinante es un nombre en la vida de una persona? por ejemplo, los nombres de vírgenes o santos, hay una carga implícita en su nombre que pesa sobre su sexualidad; los nombres concepto, como soledad, dolores, purificación, etc.  ¿A qué destinan a la persona? Los nombres repetidos, ahora con la metagenealogía, sabemos que si te eligen el nombre de un ancestro tuyo, más vale que tenga una vida de estrella, porque si es de los estrellados ya sabrás como irán los tiros, en este caso es una especie de herencia, lo que heredas con los conflictos no resueltos, para que tú, en una época más adelantada los veas desde otro punto de vista y el conflicto desaparezca, pero mientras no te des cuenta es una carga enorme. Jodorowsky en su página Plano Creativo, explica con ejemplos los significados de nombres heredados.
       Tal vez, cuando estaba embarazada de mis hijos, no era inconsciente del todo, elegí cada uno de sus nombres varias veces, escuché como se oía con todo y sus apellidos, incluso cómo se veía escrito,  chequé su significado antes de decidirme por uno. De hecho todos inician con E, para mí esa letra la elegí, porque es la inicial de entusiasmo, éxito, emprendedor, empresario  y  elegante, hay muchos significados  más, pero éstas cualidades eran  en las que concentraba cuando pensaba en ellos antes de nacer.  Y hablo sobre mi consciencia por casualidad, porque después leí, que cada nombre es una vibración, en ese entonces no lo sabía,  la madre al estar más en contacto con su hijo durante la gestación elige un nombre más armonioso para él. De hecho, la persona que elige el nombre tiene un poder sobre el bebé, así que es más conveniente que sea sólo su madre o padre los que determinen eso, dejando por fuera las intromisiones familiares.
     En numerología, cada letra tiene un número, y al juntar todas las letras dan un único número que determina características en esa persona, aquí sí cuenta cómo se escucha tu nombre completo, y es tan importante, que por eso, en el medio artístico, los cambian, para que suene o vibre en una nota mejor. Hay incluso anécdotas de gente famosa que antes de empoderarse de otro nombre,  su vida era desastrosa o fracasada. Como en algunas culturas, donde se cambia el nombre de la persona cuando ha tenido demasiadas adversidades, llamando otra suerte con el nuevo nombre. Cada vez que tu nombre suena, emite la vibración que tiene, y atrae lo que es afín a él; no es lo mismo utilizar el nombre completo, un apelativo, un diminutivo o  sólo el nombre, ya que su vibración variará según sea como lo use.  Incluso si armoniza con los apellidos;  como en el caso de los “Brayan” últimamente de moda, fuera de cotilleo, un nombre anglosajón con apellidos latinos pierde armonía, el sonido  se escucha forzado o los que te quitan el aliento de tan largos que están, aquí todo eso importa.
      Tu nombre es tu varita mágica, según algunas culturas, los sonidos de tu nombre atraerán los sonidos similares cuando lo menciones, por ejemplo regresamos al mío: Norma está destinado o a seguir una regla o a tratar de imponer la directriz, es casi el anagrama de amor, pero también tiene la negativa de entrada No, forma u horma que también sería una tendencia, estaría presa de ello, en todas sus variantes (entiendo ahora el por qué para mí es muy importante la forma de todo) Los egipcios decían que los dioses te regalaban 4 sonidos rectores, que aparecían en tu nombre, dos te sirven para bloquear, y dos para atraer.  Cuando los conoces, puedes empezar a nombrar lo que quieres ya con un estado de consciencia y no por suerte. Para saber cuáles son,  sólo necesitas de tu atención y tiempo, analizando toda palabra o nombre que haya estado en tu vida, como amigos, parejas, padres, hermanos, escuelas, marcas, etc.,  Después clasificando con quienes tuviste buenas relaciones y con quienes no, una vez tengas tus dos listas, encontrarás similitudes de sílabas, con los que te darás cuenta cómo funcionas, los nombres o personas que te favorecían,  que tuviste suerte por así decirlo o en contra,  si el resultado no era lo esperado.  Si logras ubicar los 4 sonidos primales o rectores, son tus contraseñas, como la de Ali Babá cuando llegaba a la cueva.  De hecho siempre los has utilizado así, salvo que no es lo mismo desde la ignorancia, que con total intención, para no “dar palos de ciego”.
 Después de todo, no es igual que te llames como una flor, que como una diosa, o un guerrero o el pariente mártir de tu clan. Todo tiene que ver, todo tiene un sentido en tu vida, nada está demás o de menos, pero ignorarlo puede ser más importante de lo uno piensa.
    

     

martes, 30 de agosto de 2016

Lo difícil de lo fácil

Habrás escuchado alguna vez la frase: “ los toros se ven mejor desde la barrera”, para referir que a un problema no se le aprecia de igual manera cuando estás dentro de él, pero tomar distancia es una cualidad casi inexistente en cualquiera , si no ha llevado un entrenamiento consiente para lograr ver su propio conflicto en tercera persona. Piensa,  ahora mismo, si te preguntaran cómo resolver los problemas de la gente que te rodea: amigo, amiga, pariente, vecino, etc. Sabes exactamente que debería hacer el uno o la otra. Y darte cuenta que uno mismo batalló de sobremanera para encontrar una solución personal aunque lo tenía frente a su nariz,  que lo pudo ver cuando alguien se lo señaló, o caso contrario, todos te lo dicen y tú eres el que no lo quiere aceptar así. Esto es muy frecuente, porque cuando ves las cosas desde el mismo lugar siempre se ven igual, es como si te pusieras a ver el paisaje desde una ventana, la vista cambiará hasta que cambias el ángulo de observación.
     Además de esta general forma de ver las cosas, agreguemos otro punto importante: si no hemos solucionado eso, que parece tan fácil, es porque hemos dado con nuestro talón de Aquiles, deja te lo explico de mejor manera. Así como aprendemos a desarrollar talentos, cualidades,  que creemos que son heredadas, o nos hace privilegiados o especiales, también cultivamos lo que llamamos fallas o errores (aunque te parezca difícil de entender) tenemos “defectos” de fábrica, manías, fobias, olvidos, etc. Indetectables a nuestra  primer mirada, ya que sólo damos por defecto aquellos que son físicos y los otros ni siquiera nos damos cuenta de ellos,  los tomamos como simple mala suerte, no era el momento, o simplemente eso no era para mí.
       Estos  pequeños defectos de fábrica, los consideraremos así, porque nos juegan malos ratos o nos impiden llegar a nuestras metas, están condicionados por miedos, traumas que mayormente vivimos en los primeros 7 años. Claro, algo que a los 2 años no comprendías , te llenaba de temor o angustia, y tal vez lo evadiste, ahora de adulto si vieras el contexto  original del shock, no te causaría ni miedo, ni nada; salvo que para tú inconsciente, se guardó como un gran peligro, y cada que te acerques a él (se recree una historia similar), se disparará tu mecanismo de defensa, el que hayas desarrollado en ese entonces, porque está tratando de protegerte y es automático, como un reflejo.   Y no sólo guardamos uno, sino varios generalmente, además le añadiremos la supervivencia de la familia, a qué era lo que como familia nos enfrentábamos, o vivíamos como cotidianidad, la falta de dinero, de comida, de atención o todo lo contrario los excesos. Cosas que fueron formando nuestra personalidad y muy importante: la resolución o la fabricación de problemas.
      Dentro de este paquete, de cualidades y fallas, también añadimos nuestras verdades (lo que nosotros vivimos como real), por ejemplo, una persona que creció en una familia adinerada y desintegrada, probablemente le sea muy fácil ser exitoso en lo que a economía se refiere, pero va a fracasar cuando quiera armar una pareja o una familia; o incluso puede anudar que el dinero era el causante de la desintegración, así que se alejará de lo que lo lleve a tener un éxito económico porque cada vez que él se acerque a un trabajo o negocio bien remunerado, a recibir una suma de dinero, su instinto de supervivencia (que en este caso cree proteger la estabilidad familiar) no lo dejará llegar, puede que se enferme  o no pueda llegar y pierda la oportunidad laboral,  o acepte un buen sueldo, pero le ocurren gastos imprevistos, lo cual a él lo mantendrá en su zona económica de confort,  no podrá rebasar ese límite,  si lo trata de hacer su mecanismo de defensa actuará rápido dando una solución para que no salga de ese entorno.
     Tal vez ese mecanismo sea obsoleto, para tu forma de pensar o de vivir ahora, pero tu inconsciente todavía no tiene esa información. No está actualizado tu software. Así que hagas lo que hagas para llegar a esa meta donde te auto-saboteas,  no lo lograrás y ni siquiera lo sabes. He aquí el meollo del asunto,  para corregir esa falla, tendrás primero que RE-conocerla, sólo así sabrás a lo que te enfrentas,  tendrás que observar-TE, algo que generalmente no hacemos, ir descubriendo  qué  pasa cuando te encuentras casi logrando esas metas que te son difíciles o incluso imposibles de lograr, hasta que encuentres un patrón. Esté predecirá la manera en la que te comportas y entonces podrás armar una estrategia.  Será más fácil aún,  cuando descubras el origen de ese reflejo automático que creaste siendo un niño, ya que aparece para resolverse,  no para hacerte la vida imposible, si lo puedes ver de manera diferente a lo que lo viste cuando se formó, lo comprendas y le des otro sentido, tu software se habrá actualizado y ese error ya no será una respuesta automática.
    Comprendes ahora porque, aquello que te parece tan fácil, que tu amiga tiene que hacer, o dejar de hacer, y  no entiendes porqué le cuesta tanto trabajo llevarlo a cabo, aún cuando ya ha tomado la decisión de hacerlo. Incluso piensas que pudiera no ser muy inteligente por eso, pero estos automatismos están más allá de la preparación o coeficiente intelectual poseas. Digamos que es el examen final, estás atrapado en un grado específico, no lo has podido pasar porque es tu “coco”, y llega ese último examen que tan solo pensarlo te causa nervios, puedes incluso no hacerlo, desertar,  a sabiendas que no avanzarás, pero seguirás viviendo lo mismo hasta que  tarde o temprano, estarás en la misma posición,   tendrás que enfrentarlo para avanzar y no seguir en el mismo escalón.

     Hay muchas maneras o técnicas para empezar a RE-conocerte, pero el primer paso es querer hacerlo.   Desde empezar a observarte, curiosear de otra manera tus gustos, tus decisiones, tus comportamientos; tomar cursos, etc. Puedes necesitar varias o sólo una metodología, en fin todo depende de ti. Así que cuando te enfrentes a “eso” que quieres hacer y no has podido, es el examen final de un nivel que ya completaste.