Si, la frase es correcta, de pronto al leer de
inicio, puede sonar muy extraño, pensar que está mal escrito, pero no. Es completamente
correcto, lo escuché en un taller de los mucho que escucho en la web, como
sugerencia para retomar el control tuyo, después de una jornada pesada, o simplemente
porque es un mal día. Decidí recomendarlo porque todos los puntos y razones que
objetó el ponente, me parecieron
bastante razonables y lógicas. ¿Cuánto
hace que no te hablas a ti mismo? ¿Cuánto hace que no te das tiempo para
mirarte siquiera?
Es increíble pero hay personas que jamás en la
vida lo han hecho, en lo personal, no necesito llamarme por teléfono, porque
cada que me encuentro sola, hablo conmigo misma, en primera porque me caigo muy
bien, y me gusta escuchar mis ideas fuera de la cabeza, creo que tienen un
poder diferente, salen de esa sopa revuelta de pensamientos para hacer una
charla estructurada, además el llamarte por tu nombre, empodera. Recuerdo que
más de una persona en la calle se me quedaba viendo raro, porque me escuchaba
hablando sola (de hecho por eso me gustan mucho esos espacios de soledad), ahora ya no llama la atención eso, porque uno
supone que si vemos hablando alguien
sólo en la calle, es porque probablemente esté en una conversación por el
celular.
El
conferenciante recomienda para esta terapia, que la llamada conste de ciertos
puntos, que no deben ser omitidos, porque no tendría ningún caso entonces,
primero que se marque en tu celular un
numero que no exista, él recomendaba el
número de identidad, pero como en México, no tenemos eso, bueno, pongamos un número
que quieras que no exista, no vaya a ser que alguien si te conteste. La llamada
tiene que ser en voz alta e iniciando por decir tu nombre (lo que les
comentaba) en ese momento recuperas tu propiedad de ti, valga el pleonasmo al
que estoy acudiendo, porque tu nombre propio es muy importante, y en boca
(invocar) de otra persona se apropia de ti. Te vas a preguntar después de
saludarte como desees, siempre y cuando sea con calidez, -- ¿Cómo estás?-- Y te
vas a responder muy honestamente (no tienes que fingir, ni quedar bien, porque
eres tú), en seguida podrás tener unos cuantos minutos para quejarte, pero para
que no te desbarranques en la quejadera, que no te lleva a ningún lado y te
quita mucha energía, te vas a preguntar -- ¿Qué quieres? – rápidamente esto te
lleva a un estado diferente, lo vas a sentir, porque muchas veces deseas o
esperas que alguien lo pregunte, ahora tú lo harás para ti. Esto además de rescatarte del punto de
ebullición o cual sea en el que estabas,
resuelve algo, y no necesitas contestarte, dejas al aire si no tienes una
respuesta, ya que en ese momento, estarás desahogado, relajado y si eres de las
personas que no se permiten perder el control o la imagen, bueno, éste es el
momento, y es muy liberador, casi orgásmico, ya lo verás y te despides con un – te llamo luego --.
Es
una sugerencia para esos momentos difíciles, pero como receta de
doctor, la dosis recomendada es que lo hagas después de cada 8 o 10 llamadas
que tengas con otras personas, porque muchas veces en cada llamada te vas
quedando un poco perdido, desorientado, desalentado o qué se yo, luego entonces necesitas estar contigo de
nuevo. Esta aplicación se basa en lo que te pone mal,
tiene la cura, principio homeopático, así que por medio de esta pequeña
interacción contigo mismo, ubicarás que es lo que causa problema, y entonces
podrás tener una idea clara de la solución. Cuando lo escuché, el consejo dado
por el conferenciante, no pudo menos que atraerme, convencerme y por eso es que
lo estoy compartiendo. Puede ser que todo el concepto en sí te choque, pero si
en algún momento estás en una situación desesperante, insoportable, llámate, sé
amable y comprensivo contigo, sólo por probar, no pasa nada y puede ser que te
lleves una muy agradable sorpresa.
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