lunes, 6 de marzo de 2017

EL EXITO

¿Deseas ser exitoso? Yo sí ¿y quién no? Es una palabra bastante seductora. Pero ¿qué es el éxito?
¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza? Fama, fortuna, popularidad, que ya parece un cliché.  Si nos vamos a su significado, sería “salida” o “resultado”. Éxito es simplemente el punto de convergencia donde te encuentras con tu deseo.

Entonces, ¿Cuántos deseos tienes durante el día, ya no digas en tu vida? De todos esos que pensaste y le diste un poco de atención y seguimiento, ¿cuántos lograste? Te aseguro que más de los que creías. ¿A donde quiero llegar con todo esto? A dos cosas que considero importantes, Primero: que te des cuenta que la mayoría somos personas de éxito, que no es una cualidad extraña ni  escasa en nuestra vida, por muy común que te parezca la tuya. Segundo: anudado a lo primero, tal vez estemos ponderando erróneamente qué es el éxito para nosotros.

Esto es el punto, vivimos en una sociedad educada para ser iguales, pero no hay nada más anti-natural que eso.  Tanto en casa como en el colegio se espera de nosotros, conductas, actitudes y aptitudes generales, pero nada personal. Hay un modelo de hija o hijo, un modelo de familia, un modelo de estudiante, y podemos enumerar muchos modelos más; que la mayoría no encaja en el molde o lo hace con graves consecuencias. Entre los principales damnificados, estará tu autoestima. Si somos únicos e irrepetibles entre tantos millones de personas en el mundo, no te has preguntado ¿por qué existen tan pocas pautas a seguir? Es tan loco como pensar que siendo morena fuera fracasada por no ser rubia o pelirroja, claro dirás es imposible, bueno, pasa lo mismo con otras características, como los talentos. Todos tenemos nuestras propias combinaciones de talentos, nadie está exento de ellos, algunos tendrán más,  otros menos, pero muchos de los que o se consideran, son porque no se han desarrollado y muchas veces ni siquiera, descubierto.

Considero que la educación debería ser personalizada, pero aún cuando hay muchas corrientes que aplican en algunos colegios, terminan adaptándose al programa para que le den la validez oficial, terminando en más de lo mismo, con un poco de variedad.

Pues bien, sales del colegio, con una clara idea de qué quieres en la vida (igualito que lo que quiere la mayoría, no es casualidad), pero a llegar a una época de madurez, casi la mayoría también, están gravemente insatisfechos, sin exagerar. Digan lo que digan, las personas felices y realizadas se les nota desde lejos; generalmente son saludables, están en su peso, su actitud es agradable, no se quejan de su trabajo, marido, esposa, jefe. Y muy probablemente no son famosos ni ricos o no salen en revistas. Se podría decir que han conseguido una vida exitosa. No quiero decir con esto, que corras a hacer lo que hacen ellos, porque caeríamos en la misma historia de seguir un modelo.

¿Por qué caemos en desear cosas que no queremos? Podemos armar muchas teorías, pero en mi personal opinión, es que no nos conocemos. Nos dejamos llenar de in-formaciones externas, nos dedicamos la mayor parte del tiempo en complacer a los demás, para demostrar erróneamente afectos o una “buena” conducta; aplicando un exceso de “sacrificio” porque se nos ha dicho que eso es muy bueno. Que en algún momento nos volvemos en autómatas, hacemos todo por rutina o porque lo es lo “que se debe”, lo que se espera de nosotros. Si lo analizamos desde el punto de vista económico, de salud, de ambiente ya sea de trabajo, familiar o de pareja.  Siempre es más caro, menos productivo, más cansado, ir contra tu propia corriente.

Más sin embargo,  lo que hace feliz a una persona es hacer lo que más le gusta, eso genera en ella endorfinas igual que cuando se está enamorado, mejorando su humor. Por ende no estará estresada por no querer ir a hacer lo que hace, probablemente se le vaya el tiempo como agua, dedicará su tiempo con gusto, y sin que alguien le ofrezca un premio, tratará de hacerlo cada vez mejor. Suena a que encontró su propio éxito.

 ¿Y tú ya sabes que te hace feliz de esa manera?




jueves, 2 de febrero de 2017

¿Existe el amor verdadero?

Empezaremos  por definir qué es  el amor,  casi todos entendemos que es un sentimiento fuerte, “involuntario”, que nos provoca hacia otras personas, con las cuales queremos mantener una relación, que se experimenta de diferentes maneras e intenciones según el tipo de relación que estemos estableciendo; filial, empresarial, fraternal, o de pareja.  Por lo general alberga emociones que nos hacen sentir bien,  al menos en un plano idóneo. Vamos a enfocarnos en la relación de pareja amorosa.

¿Estás preparado para enamorarte?

Supongo que tu respuesta es no, si qué crees que no hay que prepararse, ya que   siempre nos han dicho  que: “al corazón no se le manda”,  o dirás que sí, por el hecho de desear estar en pareja, y ya con eso basta. Precisamente aquí está la base en la que fundamos nuestra importantísima estructura de relación: en ideas.  Si vas a comprar un carro, elegir una escuela, incluso decidirte por un platillo ante un menú, requiere que hagas un juicio al menos, donde descartas muchas opciones y te quedas con la que te parece mejor ¿verdad? Y depende de la importancia, hasta días te toma, investigaciones incluso.  ¿Por qué para elegir un compañero(a) de vida, no lo haces así?

A nuestra defensa dirás que es imprevisto, inevitable. En mi opinión, te diré que creo que no. Desde pequeños tenemos un aprendizaje diario al respecto con la familia que vivimos, eso nos va haciendo que vayamos coleccionando ideas de qué y que  no, queremos en nuestra pareja,  repetimos patrones de noviazgos, largos, cortos, muchos, pocos incluso nos programamos para las edades de formalizar esa unión, parecidas a la familia en que crecimos. Vamos adquiriendo pautas con las que   creamos un ideal, que reforzamos con la información  que tengamos a la mano de revistas, novelas, películas, donde el amor, es totalmente idealizado en prototipos de relaciones. Que se dan al azar, si eres feliz con lo que te tocó es porque tuviste suerte y si no pasarás más de una decepción, porque quién llegó no era la persona correcta, seguro Cupido tenía los ojos tapados cuando te tocó.

Primer error, no hay persona correcta, con esto te puedo ahorrar una serie de “malas” relaciones,  si así las quieres ver.   ¿Has escuchado sobre la Ley de la Atracción? Bueno,  de eso que llamamos enamoramiento esta regido por  esa Ley, a la que estamos sujetos, no importa si la desconocemos o no. Es como la gravedad, que su aplicación es inherente, la entiendas o no.   Esta Ley dice similar atrae similar, lo que esté en tu misma frecuencia de vibración,    vas a atraer a la persona más adecuada para el momento evolutivo en que te encuentres. Te darás cuenta de esto por la diferencia de parejas que has tenido, si todas son iguales, entonces no has crecido nada desde la primera, o verás tu crecimiento porque cada una será mejor que la anterior.

También influye el desde dónde buscas emparejarte, si lo haces porque te sientes solo(a), porque todas tus amistades ya tienen pareja, porque ya “deberías” tener, o cualquier justificación que se le parezca, lo estás haciendo desde una necesidad, o sea que tú llegarás a esa relación, para exigir, para que te den, para que te llenen. Generalmente esas necesidades nunca son satisfechas, aunque la otra persona se medio mate por complacerte.  O reforzará eso que te hace sentir menos, soledad, abandono y que igualmente te parecerá un fracaso.

 Alguna vez te has preguntado ¿qué hacen esas parejas, que sí son felices?  Pues allí está el “secreto” de su “suerte”.  HACEN con mayúsculas y en plural, generalmente es el encuentro de dos personas que no se unen  para ver qué reciben, ambas aportan a esa pareja que forman, porque les es importante la relación que tienen. Pero no se llega a este punto, porque ellos son “especiales”, son personas como tú o como yo, que ya pasaron el proceso de auto reconocimiento cada uno por su lado,  donde se han aceptado y conocido lo suficiente, donde ya no buscan que los completen,  porque se encontraron a sí mismos, están plenos. Por lo tanto llegan a formar una pareja para compartir lo que ya son.  Que no es ni más ni menos, que eso que llaman amarse así mismo.

Cuando una persona se sabe amar, se acepta tal como es, por lo tanto no necesita que alguien se la pase levantándole la estima todos los días, tampoco que le reconozcan lo que haga para sentirse valorada, no necesita que la vean todo el tiempo para no sentirse abandonada, está segura de lo quiere o no, por lo tanto sabe poner y ponerse límites. Una personita así, cuando ya está en ese punto, puede negociar, llegar a acuerdos, sin miedo a perder, porque sabe que  no está en una batalla.

El amor como empresa

Un noviazgo o un matrimonio, según sea el caso, siempre me ha parecido bien compararlo con una empresa, aquí hay dos socios, con intereses comunes, de los cuales ambos se encargarán de mantener y crecer, cada uno con el rol o tarea asignada.  Como las empresas mismas, hay las que inician bien, tienen éxito y luego caen en bancarrota; otras que siempre están llenas de problemas que nadie sabe cómo se mantienen vivas y las que crecen y crecen y crecen.  Todo depende si los socios se mantienen con los mismos intereses, hacen los cambios adecuados cuando lo necesitan, invierten para crecer, tienen juntas directivas para ponerse de acuerdo con las ideas nuevas que tengan, y mantienen los valores con los que se fundaron. Pienso yo que así, depende del empeño, trabajo, interés le inviertan. 


sábado, 28 de enero de 2017

!Que éste sea tu año!

Deseo de todo corazón que éste sea mi año, y el tuyo  ¡también!, por allí se dice que con la intención basta, pero mi experiencia  me confirmado lo contrario, tal vez en personas muy disciplinadas, pueda suceder, pero seguro, no en mi caso y si tú eres como yo, y la mayoría de la población;  tal vez empecemos por hacer algo diferente este año, para qué al final termine con otro saldo.
“Si quieres resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”
Albert Einstein.

 Año con año, caí en lo que hace la mayoría, con una lista general, tal vez sólo verbal (pensada en el momento que tenía las uvas en la mano)  o si me había tomado la molestia de escribirla, olvidada en algún cajón o dentro de un libro; mi año iniciaría con gran entusiasmo pero nada más,  sin  tomar riendas del camino por donde iba, o presa de mis ocurrencias momentáneas,  no sé si me entiendas, el destino, o como le quieras llamar, la iba dirigiendo, pero no siempre teníamos los mismos objetivos, para mi desgracia. Y ¡éste es el punto! Yo creía en un destino pre-escrito, una suerte buena o mala que estaba fuera de mi alcance,  a lo cual yo tendría que sumisamente (porque no me quedaba de otra) aceptar lo que llegara.

Así que decidí hacer algo diferente, hice un borrador de más o menos qué quiero, al llegar al fin de año, reuní en una lista de deseos incumplidos, proyectos inconclusos o fracasados, que corregí hasta que no me acordé de nada faltante, la leí y la rompí dando por cerrado todos esos ciclos no concluidos. Hice una limpieza mental, para que no me estorbara.  Empecé a investigar a algunas personas exitosas, consejos de aquí y de allá, para escoger lo que se adapta a mis necesidades y empezar.


¿Por qué no se logran las metas?

Según las estadísticas, el 80 por ciento de las personas no logra lo que se propone, después de unos días se empieza a perder el entusiasmo, la motivación y termina con un sentimiento de fracaso, que se traducirá más adelante como una meta imposible.

“No hay metas imposibles, sólo metas improbables”

Primero lo importante es tener claro qué deseamos iniciar o cambiar, el  para qué queremos hacerlo, esto es lo más importante, porque si tu objetivo es porque quieres agradar a alguien, para tener aprobación de otros, porque alguien te lo pida, es muy probable que termine perdiéndose la motivación al no ser propia.

No tener un plan o estrategia, es un pase  directo al fracaso. Si no tenemos claro de qué manera vamos a lograrlo. Nos ganaría la indisciplina y la falta de constancia.

Fecha de inicio y finalización. Si tú no pones por escrito cuándo vas a empezar y en qué tiempo o fecha quieres lograrlo. Puedes sabotear fácilmente el objetivo, dándole largas para iniciarlo, con justificaciones que te van a sobrar. Donde tenemos claramente una falta de compromiso, porque tu intención de lograrlo es muy débil y/o porque inconscientemente tienes miedo a triunfar o fracasar, si te está pasando algo parecido, convendría que te preguntaras, ¿qué ocurriría si lo lograras o si fracasaras? Y pudieras así, saber a qué te enfrentas para poder darle una respuesta, si quieres conseguir tu deseo.

“La mejor manera de lograr algo, es dejar de hablar de ello y empezar a hacerlo”
Walt Disney.

Iniciemos…De todo lo que vi y leí, elegí lo que me pareció mejor, más fácil y cómodo para lo que quiero lograr, incluso revisé algunas apps, que me parecieron muy buenas, pero que no se ajustaban a mi proyecto, pero igual puedes apoyarte con alguna si te parece más conveniente.

Hagamos la lista, recomiendo que sean varias por áreas, como salud, familia, trabajo y dinero, social o las qué necesites,  para que puedas enfocarte mejor,  revísalas hasta tener objetivos claros y definidos, recuerda pasarlos  por el filtro de la pregunta ¿para qué? lo siguiente será hacer un orden de prioridades, para que tu lista tenga una lógica adecuada, puede ser que algunas de las metas sean previas a otras, algunas pueden tener conflictos de interàs o te sean más fáciles de iniciar, otras tienen tiempos específicos como las vacaciones en alguna fecha designada, en fin, invierte el tiempo que necesites, con miras a que puedes ir modificando de acuerdo a como vaya evolucionando el proceso.

Una vez confeccionada, vamos a introducirla a la vida que ya tienes, acuérdate que somos animales de hábitos, así que llego el momento de revisarnos y tomar decisiones. Haz reseña de tus hábitos hasta hoy, qué haces desde que te levantas todos los días, lo más detallada posible, y si uno de tus objetivos tiene que ver con la dieta, también agrega tus hábitos alimenticios. Esto es muy importante, porque para introducir un hábito nuevo, algún otro tendrá que salir o modificarse. Con el mapa de tu vida en la mano, es el momento de tomar decisiones, te darás cuenta qué cosas no son negociables, cuales puedes modificar o puedes prescindir de ellas sin mayor esfuerzo, compara lo que quieres con lo que has estado haciendo, te darás cuenta que tendrás que hacer canje en algunos hábitos, algunos incluso  te pueden servir de apoyo para otros.  Tienes que hacer un nuevo horario, que parta de todo lo que sabes que haces, e intercalar lo nuevo, porque alguna de tus metas la tendrás que efectuar puntualmente en cierto momento del día, que si no se hace, después ya no lo podrás lograr y sería un día perdido. Con esto evitarás situaciones imprevistas que te alejen de lo que quieres.

Elige qué metas son sólo implementación de nuevos hábitos, empieza por acomodarlas en los horarios o actividades que ya conoces de tu lista de hábitos viejos.  Tendrás de antemano dónde va a ser más fácil ponerlos para lograrlo.

Las que son un adonde quieres llegar, divídelo en varias metas, por ejemplo, si deseas tener un peso específico para una fecha, divide el tiempo y asigna un plan por  etapa, al tenerlo seccionado, y si tu objetivo es grande, no te sentirás en estrés por ver la meta muy lejana, te enfocarás en la de tu primera etapa y así consecutivamente, cada que tengas un logro de llegada a un punto, prémiate, irás ganando confianza en ti.  Otra cosa, hazlo de la manera en que más te guste, no elijas actividades, que de entrada te disgustan, porque será doblemente difícil. Si se trata de hacer ejercicios, busca el que más te agrade, todos son buenos, pero el ideal es el que te gusta a ti. Igual si es leer, no empieces por lecturas difíciles, mejor busca temas de tu interés.

Al tener frente a ti, como hayas diseñado tu proyecto y el camino para llegar a lograrlo, será mucho más fácil. Lo podrás revisar, modificarlo cuando  consideres, mantenlo donde lo veas todos los días.  Apóyate en las personas que sean afines a tus objetivos y evita las que no lo sean, puede parecer lógico, pero no se le da la importancia necesaria y es una manera de sabotearte inconscientemente. No lo olvides, mantenerte enfocado en el objetivo y su intención. ¡Éxito!