sábado, 7 de noviembre de 2015

¿Por qué no me valoro?

Después del autoestima, te voy a hablar de valoración, tú valoración, porque a como yo lo veo o lo entiendo, no te sirve de mucho sólo saber de ella,  porque es como ponerte a caminar en vueltas sobre algo que no te lleva a ningún lado, Y si lo dejamos así, haría exactamente lo mismo que exponía en el escrito anterior, de nada sirve un conocimiento sino tiene aplicación. También agregué la culpabilidad, porque aunque no se conocen como antónimos, más o menos funcionan así, ya te lo explicaré.


¿De dónde nos viene esto?

     Primero, lo primero: hasta ahora, ¿Cómo te valoras? _ Si  empezaste mentalmente a hacer una lista de los atributos que dicen que tienes, vamos mal. Porque esa es la valoración de otros con respecto a ti, no la tuya. Y no te culpo, realmente te entiendo, como lo dije en el ensayo anterior, estamos "adiestrados" para eso,  como las mascotas,  si hiciste algo bien te dan un premio, si por el contrario, no salió como esperaban, te hiciste merecedor de un castigo. Así fuiste creciendo, cuando entendiste la mecánica, buscaste en automático el resultado que querías (¿o querían?). Si te fijaste, recalqué en negritas que el verbo está conjugado en segunda persona plural, o sea, valoración sobre la referencia de otro(s). Tampoco podemos culpar a nadie de este modo de hacerlo, que es el que hace todo el mundo (bueno, al menos el que nosotros conocemos). Pero si te interesa salir de esa esclavitud de reconocimiento externo y pasar a tuyo propio, espero ya estar en el punto de que me lo entiendas.

Las Etiquetas
     Dentro de esta forma de valorar o catalogar se requieren de etiquetas, rápidamente, piensa en un círculo donde te muevas, familia, trabajo, escuela, etc. Encontrarás el serio, el inteligente, el simpático, el servicial, el malo, el desordenado, y un sin fin de etiquetas más, las puse todas en masculino, pero se aplican al otro género por igual. Si te das cuenta, tomando por ejemplo una; el serio, él o la susodicha en cuestión, se comportará si o si, de  la manera que la etiqueta lo indique, como si fuera su única opción. Primero puedo haber sido motivado con órdenes positivas en casa, alentando y aplaudiendo ese comportamiento, para reforzarlo. Después, si el incauto, se empezó a identificar con su catalogación, tanto porque le era fácil hacer el mismo papel, o era la manera en la que conseguía algo, la  expandió, ya no sólo decidió ser el serio de su casa, sino también de su escuela, grupo de amigos, trabajo, etc. . Hasta que el molde le quedara tan ajustado que no le permitía tomar otra forma.En algunos casos que ese corsé llega a ser tan incómodo o pesado traerlo, puede tener una válvula de  escape con el envés de su papel, pero sus allegados, seres "queridos", se preocuparán y rápidamente lo tacharán de bipolar, por lo tanto de enfermo, que podemos traducir de no autorizado.
     Una etiqueta tiene mucho peso, y si no, sólo recuerda ¿Cuántas veces tomaste una decisión sobre alguien o algo, sólo porque te basaste en los dichos de otras personas sobre ellos? porque es como un virus, se contagia. ¿Cómo te refieres a los demás? Haz mentalmente tus clasificaciones, y cómo responden ellos para contigo de acuerdo a esa percepción. Si criticas o te quejas del personal de las oficinas a las que acudes, ¿Cómo te va con eso cuando tienes que ir? ¿Coincide el resultado con tus pre-juicios sobre ello(s)? Estoy segura que siempre tienes razón a lo que opinas, porque ese el truco,  siempre vas a tener la razón sobre lo que crees. Va a funcionar así para ti, tanto si es positivo como negativo lo que opinas de lo(s) demás. Si no lo has tenido claro aún, piensa en esa persona que es "tan buena" contigo, ¿Está dentro de tus clasificaciones positivas? Y los que supuestamente te tratan mal, ¿Cómo están catalogados dentro de tu escala? Imagino tus respuestas.  Esto se llama "La profecía autocumplida" frase del psicólogo Robert K. Merton, dónde explica por qué una definición "falsa" se convierta en verdadera, Sucede así porque tú te vas a comportar con respecto a el sujeto definido de una manera que el conteste en automático a tu comportamiento cotidianamente. 
     Otra cosa que sucede con las etiquetas, es que te limitan mucho en la vida, porque si te vas a apegar a ellas, no puedes o no sabes o no quieres comportarte de manera distinta. Si las tomamos como herramientas, y una equivale a un martillo por ejemplo, cuando te encuentres con situaciones donde requieras usar un martillo, te irá muy bien, pero qué pasa si lo que necesitabas era una pinza o un destornillador, no te va a ser útil. Regresando al serio, él funcionará perfecto en ciertos lugares, pero en una fiesta donde quiera conocer a alguien, fracasará por completo. 
     Ahora bien, ¿De dónde te viene esa etiqueta? para seguir con el punto inicial. No es más que la valoración que te han puesto los otros. ¿Dónde está la tuya? probablemente te des cuenta que no has tratado nunca de experimentar más allá de lo que te han dicho que hagas. ¿cómo puedes tú saber si un traje te gusta o sienta más que el uniforme que te han elegido y que vistes todos los días?.

     Valórate
     Si algo ya llamó tu atención respecto a lo que he estado hablando, el paso siguiente es, si me quiero empezar a valorar ¿Qué hago? Esto es lo más fácil o lo más difícil, dependiendo de ti. Porque dado que no somos iguales, lo que para una persona puede tener valor, para otra no vale nada. Más sin embargo, puedes empezar con invertir un poco los papeles con respecto a los demás respecto a ti. Todas esas cosas que haces para los demás ¿Las haces para ti? Si inviertes tiempo o dinero en otros, ¿está a la par del que destinas únicamente para ti? Si contestaste que no, sigues dependiendo de la valoración externa, lo haces para que te valoren. ¿Qué pasaría si tu comportamiento o decisiones no dependieran de lo que opinen los demás, incluso si no van a estar para nada de acuerdo? ¿Te atreverías a hacerlo si  "perdieras" lo que consigues por complacerlos? Tal vez es complicado nadar, cuando ni siquiera te has zambullido nunca en el río, o empezar a a caminar si todavía no te paras del suelo. Pero poco a poco se empieza a ganar confianza para hacerlo y esa por inercia te llevará más lejos. Sólo requiere de que te decidas a hacerlo.  
     
     La culpabilidad
     Te has dado cuenta que hay cosas que has intentado hacer, o hecho, pero no las disfrutas porque crees que le haces daño a alguien más. A no ser que eso, sea que estés golpeando, matando, robando, o maltratando a ese alguien, de ninguna manera le estás dañando. No porque te vayas al cine y elegiste por primera vez la película que deseabas y no cediste ese privilegio al que te acompaña, sea la causa de tu malestar. Eso sólo se llama CULPABILIDAD, este gran invento no fue hecho con otro fin de molestarte, para joderte la vida (ten  siempre en cuenta eso). La culpa aparece porque te sientes en deuda todo el tiempo, nadie que la sienta se puede valorar ni un gramo.
      Si eres de los que creen que un  gracias, no es suficiente, estás en el grupo de los culpables. Partiendo de que ese agradecimiento, fue por algo que alguien te dio por gusto, no porque lo obligaste. Claro que si  ese alguien lo hizo para conseguir algo que no te aclaró antes, es problema de él o ella y no tuyo. Como ves, todo es muy fácil y relativo. 
       Regresamos al valor que pones , si tu crees que lo que das o haces por los demás no es suficiente por lo que recibes, es porque le das poco o ningún valor a lo tuyo. El tiempo, el dinero, la compañía, etc, que tú compartes con ellos sólo tendrá el valor que le des y que le dé el destinatario,  no hay una tabla en el mundo entero que diga cuanto vale un abrazo tuyo o de cualquiera o una hora de tu tiempo, igualmente del de otro. Si tu decides que lo que das  está por debajo de lo que te recibes,  siempre te sentirás en deuda hagas lo que hagas. Pero ese valor lo has elegido tú, o has elegido a las personas que exigen de ti más de lo que le puedes dar. El caso es que,  es tu elección exclusivamente. Así que regresando al punto anterior, está fácil valorarte, sólo tienes que empezar a subir los bonos de lo que haces o das, por un lado. Por otro, te has preguntado ¿para qué estás o buscas personas que te desvalorizan? ¿O mejor aún por qué crees que no te valoran? Ahora no te dejo una conclusión a propósito, con la idea de que la consigas tú, sólo espero que mis preguntas te ayuden un poco a encontrar lo que andas buscando. 


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