Hoy
le corresponde al Día Internacional de la Mujer, ¡chido!, pero ¿Para qué sirven
los días de…? ¿A quién se le ocurren? ¿Qué trasfondo tienen?, Cada vez me
encuentro con que hay más, casi a diario (bueno, exagerando un poco), pero
antes no había tantos, a no ser el tradicional Día de la Madre, Padre, Navidad
, Año Nuevo; uno que otro patriótico
como el de La Bandera, La Independencia, La Revolución, etc., pero eran
contados, tan pocos, que era difícil que alguien no supiera en qué fecha le
tocaba a cada uno.
Ahora abundan, cada que reviso las redes sociales, me encuentro con uno,
que desconocía. Creo que la gente en su mayoría, acepta todo lo que le impongan
sin preguntarse absolutamente nada, ¡claro!,
siempre hay un transfondo de, sobretodo: reconocimiento, bondad, altruismo o algo
similar que aparentemente justifica esa fecha para ser recordada. Al menos muchos huelen que los estudios de
mercadotecnia meten la mano en eso. Pero hasta allí llengan sus conjeturas, de
las cuales no hacen caso alguno, para acoplarse junto con la masa a lo que
ahora le toque celebrar, con su respectivo ritual, el regalo si lo a merita, las
tarjetas virtuales de felicitación, los comentarios correspondientes, todo
siguiendo la marea que la batuta invisible mueve.
A
veces creo que soy un pequeño descuido del sistema, estoy segura de no ser la única, pero me es muy difícil encontrar
personas que sean un poco dudosas de lo que ven en primera instancia, de lo que
parece muy obvio. No cuestionan nada, situación que se me hace muy difícil de
entender, porque yo, todo lo pongo en
tela de juicio, a pesar de mi carácter bastante confiado. No sé, si fue a que
no veía tanta televisión de niña, a que era un poco ermitaña y muy curiosa, a
que mi mamá fuera un poco antisocial (no recuerdo ningún día de amigas,
canasta, antro o algo parecido), mi comida era la
misma que vendían en cualquier lugar, iba a las mismas escuelas, tenía
mas o menos acceso que el que tenía la mayoría de la gente. En fin, no lo sé,
pero sí es un legado que le quiero dejar a mis hijos, que indaguen, lo que sea
y a quien sea, que no acepten todo como si fuera una verdad universal, de
nadie.
Por
otro lado, si analizo los días que a mí me correspondieran, como El día de la
Madre; no le encuentro ningún sentido, que alguien le diga a mis hijos, cuándo
deben agradecerme o qué, si yo soy madre
todos los días; bueno, cada vez menos, puesto que en la medida que mis hijos van creciendo,
mis obligaciones de madre van disminuyendo. El día de la Mujer, como hoy, yo lo
soy, todos los días, no creo que me sienta más mujer, porque hay un día
especial para mencionarlo, que hay mujeres que han logrado cosas importantes,
es meritorio, pero porque una hizo su trabajo, o cumplió sus expectativas,
quiere decir que ¿Ya me voy a sentar tranquilamente, sólo a recordar una vez al
año sus hazañas? ¿recordar que lo soy cuando me feliciten?; el famoso Día de la
Amistad y el Amor; yo celebro todos los días mi vida en pareja, cuidamos los
detalles que nos gustan, no estamos regulados por una fecha especial, que la
inventó otra persona que ni conozco, para celebrar algo muy personal. Y que
además, ahora parece competencia, todo mundo pregunta, qué regalaron, cómo
celebraron, que hicieron. No sé si para sentirse mejor, o sentirse peor. Las fechas institucionales familiares son en
una gran mayoría un problema, porque la familia, cuando cada uno de sus miembros
va formando la suya, se va ramificando en dobles, proporcionalmente. Entonces
quién y con quién va a estar, es como el juego de las sillas, alguno(s)
invariablemente se quedan sin silla(s).
Pero
todo este momento reflexivo, no tiene otro objetivo que invitar a quien lo
desee a disfrutar, día a día, la vida, el amor, lo que tenga sin que nadie le
diga cuando es oportuno, o se lo recuerde porque está tan automatizado, que ya
no lo percibe por si mismo. A celebrar
lo que quiera celebrar, cuando lo decida prudente, y sobre todo, que tenga
ganas de hacerlo, porque no hay peor cosa, que hacer algo sólo por compromiso.
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