miércoles, 11 de marzo de 2015

Las Leyes Universales

Cuando el oído es capaz de oír
Vienen los labios que han de llenarlos
Con la sabiduría
KYBALION

Existen leyes que nos rigen todo el tiempo, independientemente de si las conocemos o no, que más nos valdría saberlo. Éstas, gobiernan sobre todo cuerpo o ente en el universo, no se escapa nada, no se engaña, ni se puede llevar ventaja.  Conocerlas, entenderlas y aplicarlas nos llevaría a tener una vida más feliz, si las practicamos sin transgredirlas, nos sentiríamos cada vez mejor con nosotros mismos y con los demás,  ya que sabríamos cómo tomar el control de nuestros actos, responsabilizándonos de todo lo que nos ocurre, logrando así lo que queramos que nos suceda.
     En la antigüedad ya se conocía todo esta sabiduría, aunque siempre se ha guardado celosamente, basándose en uno de sus axiomas, de que no todo oído está listo para escuchar, por lo tanto no se debe desperdiciar en quien no lo entienda. Jesús lo decía en una de sus parábolas “no des perlas a los cerdos”. Toda esta enseñanza llamada hermética, por Hermes Trimegisto (el tres veces grande) conocido así por los griegos; en Egipto lo llamaron el dios Thoth; la India, Siria y otras más culturas también poseían y aplicaban estos conocimientos. Se daban en cierta élite, manteniéndose oculta, de allí que se tome el término hermético para señalar algo totalmente sellando, que nada pueda escapar. Este conocimiento Ocultista se  pasaba de forma oral, mucho de ello se perdió, entre superstición de credos y sectas,  pero algo se pudo resguardar en el Kybalión (el conocimiento divino, entregado al hombre) y la tabla esmeralda, ambos son tratados para aprender practicando, el conocimiento intelectual no es suficiente.
     Estas leyes son:
·         Ley de Mentalismo
·         Ley de Correspondencia
·         Ley de Vibración
·         Ley de Polaridad
·         Ley de Ritmo
·         Ley de Causa y efecto
·         Ley de Género

      El Mentalismo dice que todo es mente, todo se crea o nace a partir de un pensamiento, una idea. La mente crea la materia no al revés, así que todo lo que pensamos está creando algo en algún lugar, pensarás que es un poco peligroso, porque todos haríamos lo que nos venga en gana, pero esta ley está regida por las otras, así que aprenderemos con la práctica (o más bien nos daremos cuenta) que todo lo que enviamos fuera de nuestra mente o consciencia, se nos devolverá siempre multiplicado. Cuando apreciemos que esto es así, desde lo más mínimo e insignificante, aprenderemos a crear desde otro punto, armonizando con todo y todos, porque sabremos que eso es lo mejor. Nuestros deseos y por ende nuestra imaginación se irá puliendo para ser una mejor versión de nosotros mismos. Se acabarán las justificaciones de ceder nuestro poder a las circunstancias, a las personas, aceptando que sólo nosotros somos arquitectos de nuestro destino como lo decía Amado Nervo.

     La Ley de correspondencia,  esta ley manifiesta que somos  un fractal, quiere decir que todo es igual a todo, nuestro cuerpo es una réplica del universo, Hermes decía: “como es arriba es abajo, como es adentro es afuera”. Todo lo que nosotros generemos hacia fuera de nosotros, lo que vemos a nuestro alrededor, nuestras circunstancias, son una réplica de cómo estamos por dentro. Todo lo que manifestamos en este plano material de consciencia, es un reflejo o se refleja en otros planos o dimensiones, entrelazándonos unos a otros. La apertura que tenemos hacia la información que nos llega, nos permite regresar más cantidad de información. Los modelos se repiten, en cualquier escala para que podamos comprenderlos.
     La Ley de Vibración, dice que todo es movimiento,  somos energía en movimiento (o es el estado natural en el que deberíamos estar), cuando empezamos a estancarnos a cerrarnos a nuevas ideas, nos quedamos atrapados. Todos nosotros mantenemos una vibración que depende de nuestro estado anímico, la cantidad de felicidad o miedo en la que estemos viviendo, resonará con todo lo que esté en la misma vibración, por lo tanto manifestaremos  a nuestro alrededor o nos manifestaremos de acuerdo a los similar a esa vibración, entre más felices nos mantengamos, que no quiere decir que nos estemos carcajeando todo el día, sino, en paz, en gozo, en tranquilidad, todo nuestro universo a la par de la vibración que emitamos atraerá las circunstancias que vivimos. Porque esta ley está supeditada a nuestros sentimientos, atraemos de acuerdo a como nos sentimos, no a lo que hablamos o pensamos, a menos que todo esté en concordancia.
     La Ley de la Polaridad, nos dice que todo es bipolar, aprendemos en este mundo a través de opuestos, no podríamos conocer la luz, sin la oscuridad; todo tiene su opuesto, que realmente es su complementario, juntos hacen una unidad. Éste es el secreto de esta ley, todo tiende a un equilibrio, como todas estas leyes están dependiendo unas de las otras, mientras más queramos eliminar un polo, más atraeremos el contrario. El bien y el mal, también son complementarios, aprendemos trasgrediendo las leyes, el sistema en este planeta está montado para que suframos cuando transgredimos la leyes, necesitamos vivirlas y comprenderlas para transmutarlas.
     La Ley del Ritmo, todo tiene un vaivén, nuestra respiración y exhalación es un ejemplo de ritmo, otro es el día y la noche, las estaciones del año. Saber  sobre esta ley, también te da tranquilidad, ya que en cualquier situación que te encuentres, sabrás que no es eterna, hoy puedes estar triste, pero mañana o más tarde, estarás feliz, por lo tanto ya no te importará mucho o no te preocuparás demás.  Podemos tomarlo como herramienta, monitoreando como son nuestros ciclos, su comportamiento. Aceptar los procesos de cambio que hay a nuestro alrededor para fluir con ello, permanecer en movimiento; el estancamiento nos perjudica, porque es antinatural, por eso el agua estancada se pudre, lo podemos ver muy claramente, los músculos sin ejercitarse se atrofian, todo necesita uso, está lo que se necesita, sin sobrantes, ya que nos llevarían a limitar nuestro ritmo.  Nada permanece en la misma cresta todo el tiempo, conforme vamos evolucionando y entendiendo esto, las crestas negativas son menos intensas, permanecemos más en un estado de paz.
     La Lay de Causa y Efecto,  más conocido por nosotros como karma, pues es esto, ni más ni menos. Todo regresa a la acción original, no se trata de un castigo, sino de una consecuencia. Como estoy en el interior,  se manifestará hacia afuera inevitablemente.  En el momento que me hago consciente de esto, tomo el poder de crear mi  entorno, cambiando mi interior, para que se proyecte  de otra manera, aceptando y transmutando. Todo es un espejo de cómo reflejo en todo lo demás lo que soy, poco a poco, viendo todos estos espejos, me puedo ir reconociendo, y por ende identificando, para encontrar mi verdadero poder. El universo tiene un orden geométrico, cuando algo se modifica en ese orden, se vuelve a construir con la misma energía que fue movido sin excepción. Es aquí, donde las intenciones de nuestros actos importan, protagonizan la acción, el sentimiento que haya motivado mi acción, es el que generará la acción que venga de regreso.
     La ley de Generación, para que esta ley se manifieste, debe de existir siempre dos energías, el yin y yang, lo masculino y femenino, uno proyecta la información, el otro la recoge, la moldea, trasmuta y  la regresa al emisor. Es un círculo, el  amor es un sistema diseñado para con la cooperación entre dos polos llegar a un equilibrio y ser co-creadores. Lo masculino es la  dirección y lo femenino es la materia, que el universo necesita para generar todo. Nada puede existir si no se tienen estos dos polos, que no estoy hablando de hombre y mujer, aunque ese es un ejemplo de esto, simplemente para crear cualquier cosa se necesitará ambas, o no habrá nada.
     En fin todo está en equilibrio o tiende a él, podemos empezar a observar más a detalle nuestra vida, nuestro entorno para poder comprenderlo, y poco a poco poder modificarlo, más a nuestro favor y de nuestro planeta.





domingo, 8 de marzo de 2015

Los días célebres.

      Hoy le corresponde al Día Internacional de la Mujer, ¡chido!, pero ¿Para qué sirven los días de…? ¿A quién se le ocurren? ¿Qué trasfondo tienen?, Cada vez me encuentro con que hay más, casi a diario (bueno, exagerando un poco), pero antes no había tantos, a no ser el tradicional Día de la Madre, Padre, Navidad ,  Año Nuevo; uno que otro patriótico como el de La Bandera, La Independencia, La Revolución, etc., pero eran contados, tan pocos, que era difícil que alguien no supiera en qué fecha le tocaba a cada uno.
     Ahora abundan, cada que reviso las redes sociales, me encuentro con uno, que desconocía. Creo que la gente en su mayoría, acepta todo lo que le impongan sin preguntarse absolutamente nada,  ¡claro!, siempre hay un transfondo de, sobretodo:  reconocimiento, bondad, altruismo o algo similar que aparentemente justifica esa fecha para ser recordada.  Al menos muchos huelen que los estudios de mercadotecnia meten la mano en eso. Pero hasta allí llengan sus conjeturas, de las cuales no hacen caso alguno, para acoplarse junto con la masa a lo que ahora le toque celebrar, con su respectivo ritual, el regalo si lo a merita, las tarjetas virtuales de felicitación, los comentarios correspondientes, todo siguiendo la marea que la batuta invisible mueve.
     A veces creo que soy un pequeño descuido del sistema, estoy segura de no  ser la única, pero me es muy difícil encontrar personas que sean un poco dudosas de lo que ven en primera instancia, de lo que parece muy obvio. No cuestionan nada, situación que se me hace muy difícil de entender, porque yo,  todo lo pongo en tela de juicio, a pesar de mi carácter bastante confiado. No sé, si fue a que no veía tanta televisión de niña, a que era un poco ermitaña y muy curiosa, a que mi mamá fuera un poco antisocial (no recuerdo ningún día de amigas, canasta, antro o algo parecido), mi  comida era la  misma que vendían en cualquier lugar, iba a las mismas escuelas, tenía mas o menos acceso que el que tenía la mayoría de la gente. En fin, no lo sé, pero sí es un legado que le quiero dejar a mis hijos, que indaguen, lo que sea y a quien sea, que no acepten todo como si fuera una verdad universal, de nadie.
     Por otro lado, si analizo los días que a mí me correspondieran, como El día de la Madre; no le encuentro ningún sentido, que alguien le diga a mis hijos, cuándo deben agradecerme o qué,  si yo soy madre todos los días;  bueno, cada vez menos,  puesto que en la medida que mis hijos van creciendo, mis obligaciones de madre van disminuyendo. El día de la Mujer, como hoy, yo lo soy, todos los días, no creo que me sienta más mujer, porque hay un día especial para mencionarlo, que hay mujeres que han logrado cosas importantes, es meritorio, pero porque una hizo su trabajo, o cumplió sus expectativas, quiere decir que ¿Ya me voy a sentar tranquilamente, sólo a recordar una vez al año sus hazañas? ¿recordar que lo soy cuando me feliciten?; el famoso Día de la Amistad y el Amor; yo celebro todos los días mi vida en pareja, cuidamos los detalles que nos gustan, no estamos regulados por una fecha especial, que la inventó otra persona que ni conozco, para celebrar algo muy personal. Y que además, ahora parece competencia, todo mundo pregunta, qué regalaron, cómo celebraron, que hicieron. No sé si para sentirse mejor, o sentirse peor.  Las fechas institucionales familiares son en una gran mayoría un problema, porque la familia, cuando cada uno de sus miembros va formando la suya, se va ramificando en dobles, proporcionalmente. Entonces quién y con quién va a estar, es como el juego de las sillas, alguno(s) invariablemente se quedan sin silla(s).

     Pero todo este momento reflexivo, no tiene otro objetivo que invitar a quien lo desee a disfrutar, día a día, la vida, el amor, lo que tenga sin que nadie le diga cuando es oportuno, o se lo recuerde porque está tan automatizado, que ya no lo percibe por si mismo.  A celebrar lo que quiera celebrar, cuando lo decida prudente, y sobre todo, que tenga ganas de hacerlo, porque no hay peor cosa, que hacer algo sólo por compromiso. 

martes, 3 de marzo de 2015

El placer de dar.

Existe un equilibrio proporcional entre dar y recibir, es proporcionalmente directo, más da más y menos, obvio, menos. Nuestra cultura y/o educación promueve mucho el dar , pero el recibir no tiene la misma aceptación, te incita a que sientas como das todo por placer,  sin esperar  recibir nada a cambio, esto es correcto a medias, porque dar algo esperando una recompensa no es dar,  en el estricto sentido que lo estamos hablando, solo es dar para conseguir, como la carnada en el anzuelo.  Obviamente si tú haces muchas “buenas obras” por ponerle un nombre a tu ejercicio de dar, que pueden ser intangibles, como el  tiempo, comprensión, solidaridad, amor, o cualquier cosa material que se te ocurra; por razón de ecuación, tú estarás recibiendo todo eso que tu diste aunque no sea de la misma persona, pero sí en la misma proporción. ¿Por qué entonces, te sentirías culpable o mal, por que alguien te devuelva lo que con tu mejor intención diste? Más sin embargo, es así, en mucho de los casos, te dan algo y te sientes comprometido a devolver con algo  inmediatamente o te sientes en  deuda. Cuando deberías simplemente aceptar el flujo de este mecanismo, con la misma tranquilidad y placer, que cuando obsequias, puesto que es una ley aplicada a ti, que nadie puede modificar o evadir
     Muchas veces cuando nos suceden cosas que no nos gustan, sólo renegamos o nos quejamos, pero es simplemente que esta ley se aplica con cosas positivas o negativas, si lo que recibimos es negativo, era que la intención con que lo hicimos no era tan positiva o simplemente no tomamos en cuenta,  el otro contador. El que va acumulando todo, absolutamente todo lo que hagamos,  no sólo se aplica para las “buenas” acciones, lo entrecomillo, porque muchas veces hacemos cosas aparentemente buenas pero con una intención oculta, generalmente egoísta.  Si por alguna oscura o clara razón, o sin ninguna, simplemente por inercia a tu comportamiento,  lo que acostumbras a  dar son  críticas, engaños, ira, despotismo, y/o todo lo que contiene este campo semántico, sin duda esto es lo que estarás recibiendo también, y en la misma proporción que lo hayas dado.

     Nos place mucho ayudar a nuestros seres queridos, compartir buenos momentos con ellos, darles presentes, etc.;  esto está muy bien. Lo que hacemos con toda la demás gente con la que interactuamos todos los días, personas que probablemente sólo veamos una vez, también cuenta. Nuestra actitud para con ese pequeño encuentro, sin duda queda registrada. No hay horas o días o lugares para practicar eso que llamamos “caridad”(charitas, que significa afecto, amor). Tal vez por mera conveniencia,  pongamos atención en nuestras dádivas de ahora en adelante, comprendiendo entonces el por qué hacerlo sólo por placer.