Vivir mi vida es una frase tan
emblemática, inspiradora y gastada. Se oye increíble porque denota mucha
decisión, aunque, ¿realmente vives tu vida?
De primera instancia la mayoría contestaría que sí, a nadie le gusta
afirmar lo contrario, aunque sea de dientes para afuera.
Sin embargo, si tan sólo piensas en tus
creencias, tus valores o lo que llamas tuyos; tú no los elegiste, se te impusieron porque
naciste en una familia de tal o cual característica; preferencias culinarias,
políticas, sociales, olores, sabores, que dependen primeramente de la aprobación de tu entorno familiar, después
de tu municipio, o colonia, o país. En fin, que hasta ahorita, tu libre albedrío,
ha sido minimizado al mínimo; ahora que,
si eres de los que siguen las reglas, sería casi nulo.
Si te das el tiempo en este momento, para
desmadejar todo lo has vivido hasta hoy, te darás cuenta, que te pasan cosas
que no quieres que te sucedan, situaciones que se te repiten, personas, que si
no fueran por el nombre serían las mismas ¡claro! Dirás es la suerte, pero ¿Qué
es ella, realmente existe? Si partimos desde algo comprobable, como que el
Universo es información, y toda ella existe en ondas de interferencia; por principio nosotros somos parte de ello, la
diferencia en nuestra manifestación tangible como es nuestra vida, es que en
momentos nos convertimos en partículas y en otros, somos ondas de interferencia
con pura potencialidad. Explicado de
otro modo, que mientras estemos en ondas tenemos la potencialidad infinita para
manifestarnos, al convertirnos en
partículas (corpusculares) elegimos una de todas esas posibilidades ¿De qué
depende entonces, que algunos puedan manifestarse con oportunidades increíbles y otros no? Si todos partimos de la misma
fuente y con las mismas probabilidades.
En múltiples experimentos científicos, se
ha comprobado y por lo tanto aceptado, que las partículas mientras no son
observadas desaparecen y se desvanecen en la nada, sólo son movimiento, y se
les puede ver por la estela que dejan, pero cuando se les pone atención se
materializan. ¿Qué es lo que ve cada
observador? Todo depende de las expectativas, y éstas dependerán de tu
historia, porque no puedes esperar algo desconocido (estamos educados así),
esto sucede cuando declinas todas tus expectativas y entonces tienes el abanico
de posibilidades en tus manos. Salvo que, toda nuestra formación se basa en
movernos en circunstancias que nos sean familiares, para poder controlarlas,
difícilmente nos tiramos a ciegas, hasta hay dichos que nos lo marcan “más vale
malo conocido…”, más vale pájaro en mano…”, que nos condenan a lo “seguro”,
como si algo lo fuera, evitando así cualquier riesgo.
Nuestra vida es un entrenamiento, donde
tenemos además de una educación meramente condicionante, que basta con nuestra
infancia para lograrlo, después viviremos de acuerdo a esos parámetros. Se ha descubierto que nos rigen dos grandes
programas o proyectos. El Transgeneracional y
El proyecto sentido; de los cuales no elegimos ninguno. El proyecto
sentido se programa durante la concepción, gestación y los primeros 3 años de
vida. Donde se va a depender de las emociones y vivencias de mamá, alegrías,
tristezas, preocupaciones y los “no dichos” o secretos; que el bebé las vive como suyas, En esta
etapa se programan muchas enfermedades.
El Transgeneracional, un concepto usado
por la psiquiatría y psicología, del cual Freud, hablo algo de ello, aunque su
trabajo, se concentró en otras áreas. En
los 70´s, un grupo de psicólogos se reunía semanalmente para compartir sus
casos, María Torok, Nicolás Abraham y Anne Shutzenberger, a ésta última le
debemos el descubrimiento de “El síndrome de aniversario, a los dos primeros
“el fantasma”. Donde después de muchas
observaciones, y casos clínicos, se dio cuenta que repetimos la historia de
nuestros ancestros idénticamente, como si heredáramos roles, o conflictos. Lo
vio primero en ella misma, al repetirse entre las mujeres de su familia, la
muerte del hijo menor que era varón, y dos mujeres sobrevivientes. Combinación
repetida en tres generaciones sin cambio alguno. ¿Para qué ocurriría esto?,
seguramente para un fin determinado. ¿Qué pasa si no te das cuenta de que esto
te sucede? Si no lo puedes ver, mucho menos lo resolverás. ¿Cuántas veces no has dicho o has oído decir:
“yo no quiero ser como mi mamá/papá”? e irónicamente ves que tu vida se repite
idénticamente sin que lo puedas evitar. (Esto en primera instancia), cuando
entiendes el para qué tu repites esto, lo concientizas, ya no tiene razón de ser. Jodorowsky dice: “tener un árbol genealógico
es tu mayor tesoro”, porque en él podrás encontrar la respuesta a tus sin
sentidos, a tu mala suerte, en fin, podrás sanarlo fácilmente.
Esto, claro es un tema muy polémico,
porque estamos educados a ver todo de otra manera, y nuestro condicionamiento
es tan fuerte que no nos permite siquiera dudar de nuestros propios juicios o
conocimientos. La propuesta es empezar a crecer, a tomar la responsabilidad
absoluta de nuestra existencia, corpuscular, emocional y espiritual. El estar
consciente te abre una vida de libertad, donde puedes empezar a tomar
decisiones que sean tuyas realmente, salirte y romper el programa, sin condicionamientos, culpas o
remordimientos. Aprender a gestionar nuestras emociones y enseñar a los que nos
rodean a hacerlo.