Cuantas veces no has escuchado
decir o decirlo: “se cerró un ciclo”, “estoy terminando una etapa”; esto ocurre
cuando lo hacemos de una forma
consciente, que nos vamos a otro lugar,
nos despedimos de ciertas personas, porque hemos tomado una decisión, pero ¿Qué
pasa cuando, sin uno decidirlo (en
apariencia), prácticamente desaparecen
ciertas personas de tu vida?, llegan otras, a fuerza de sustituirse; las situaciones
y circunstancias sufren el mismo proceso. Poco a poco pareciera que se
acomodara otro escenario, se siente diferente, se respira diferente, incluso
nos podemos dar cuenta que hemos cambiado de gustos.
Todo nuestro mundo es un océano de información,
nuestro cerebro interpreta todos y cada
uno de esos datos de acuerdo a sus
valores, creencias, educación, muy similar al lector de código de barras de una
computadora. Si el código, que se me presenta no lo tengo archivado,
simplemente será como un artículo no reconocido, no lo puedo ver. Sea esto una
persona o una situación, una historia, incluso un virus, simplemente no lo
podrá decodificar nuestro cerebro. De
acuerdo a esto, atraemos o repelemos todo nuestro alrededor. Está comprobado,
estudiando los comportamientos de las fases del sueño, que un niño hasta los 7
años, se mantiene en una fase hipnótica completamente, es por eso que dicen que
los niños son como “esponjitas” todo lo absorben, esto es adecuado para que las creencias de la
madre o la persona o personas más influyentes en su vida, alimenten su cerebro con sus experiencias y
emociones. Primeramente eso, luego viene la consciencia familiar, colectiva
y demás que se encuentra en su entorno, dando por aceptado todo lo que le fue
introducido como bueno, malo, correcto, incorrecto con la combinación de
información y emoción. Se programa como
debe de reaccionar ante tal clima, tal palabra, tal personaje; que lo hará de
forma automática hasta que lo concientice (si es, que esto sucede en algún
momento) y entonces pueda tomar el mando, desautomatizarse cambiando la emoción contenida por otra, para
conseguir una respuesta diferente al mismo estímulo.
Luego entonces, por resonancia, atraemos o
nos comunicamos restringidamente, digamos como si fuéramos una estación de
radio, supongamos que yo estoy
sintonizada en el 100.1 de FM, tengo una frecuencia de violencia,
maltrato, injusticia y todo lo que pertenezca a ese campo , viviré y encontraré todo lo que se sintonice
allí, similar atrae lo similar. Si por alguna razón, yo introduzco información nueva en mi código, este empezará
a escanear más datos de manera complementaria, y mi frecuencia se
distorsionará, que me veré forzado a sintonizarla de nuevo, ya no podré estar
en el mismo canal, tal vez me encontraré en el 102 ahora, por ende las personas
y circunstancias que escuchaba en la estación anterior, ya no las puedo oír,
ésta otra frecuencia, tiene música y charlas de otra índole. “Casualmente” les
empiezo a no simpatizar a las personas con las que me encontraba, o yo a
sentirme a disgusto con ellas, otras
nuevas me parecen tan identificables conmigo, mis valores, mis creencias han
sufrido una modificación, la forma de mi entorno no encaja ya en el mismo lugar, como un gran puzzle, todas
sus orillas sufrieron un cambio, ahora la pieza cabe en otro lugar
perfectamente.
Si estás leyendo esto, te parece incongruente y lo dejas, simplemente será, porque no
“resonamos”, pero si te llama la
atención, te identifica algo, o incluso lo rechazas de inmediato como si te
“cayera” mal; las ondas en las que nos comunicamos tienen una frecuencia
similar, aunque no lo comprendamos de momento. Y lo puedes constatar, cuando te
encuentras con alguien, que de entrada te “choca”, no sabes qué
es, pero algo de él te molesta mucho o todo lo contrario, encuentras
tantas similitudes, que pareciera que se conocen de toda la vida. Salvo que, no nos educaron, para poner
atención en esos pequeños detalles. Donde podríamos entender y crear relaciones
maravillosas de aprendizaje constantemente, sin daños a terceros. Porque todo lo que llega
a tu vida, tú lo has pedido, tú mismo le has puesto una tarea para ti, lo único
que hay que hacer es encontrar ese propósito.
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