¿Deseas ser exitoso? Yo sí ¿y quién no? Es una palabra
bastante seductora. Pero ¿qué es el éxito?
¿Qué es lo primero que se te viene a la
cabeza? Fama, fortuna, popularidad, que ya parece un cliché. Si nos vamos a su significado, sería “salida”
o “resultado”. Éxito es simplemente el punto de convergencia donde te
encuentras con tu deseo.
Entonces, ¿Cuántos deseos tienes durante el
día, ya no digas en tu vida? De todos esos que pensaste y le diste un poco de
atención y seguimiento, ¿cuántos lograste? Te aseguro que más de los que
creías. ¿A donde quiero llegar con todo esto? A dos cosas que considero
importantes, Primero: que te des
cuenta que la mayoría somos personas de éxito, que no es una cualidad extraña
ni escasa en nuestra vida, por muy común
que te parezca la tuya. Segundo:
anudado a lo primero, tal vez estemos ponderando erróneamente qué es el éxito para nosotros.
Esto es el punto, vivimos en una sociedad
educada para ser iguales, pero no hay nada más anti-natural que eso. Tanto en casa como en el colegio se espera de
nosotros, conductas, actitudes y aptitudes generales, pero nada personal. Hay
un modelo de hija o hijo, un modelo de familia, un modelo de estudiante, y
podemos enumerar muchos modelos más; que la mayoría no encaja en el molde o lo
hace con graves consecuencias. Entre los principales damnificados, estará tu
autoestima. Si somos únicos e irrepetibles entre tantos millones de personas en
el mundo, no te has preguntado ¿por qué existen tan pocas pautas a seguir? Es
tan loco como pensar que siendo morena fuera fracasada por no ser rubia o
pelirroja, claro dirás es imposible, bueno, pasa lo mismo con otras
características, como los talentos. Todos tenemos nuestras propias combinaciones
de talentos, nadie está exento de ellos, algunos tendrán más, otros menos, pero muchos de los que o se
consideran, son porque no se han desarrollado y muchas veces ni siquiera,
descubierto.
Considero que la educación debería ser personalizada, pero aún cuando hay
muchas corrientes que aplican en algunos colegios, terminan adaptándose al
programa para que le den la validez oficial, terminando en más de lo mismo, con
un poco de variedad.
Pues bien, sales del colegio, con una clara
idea de qué quieres en la vida (igualito que lo que quiere la mayoría, no es
casualidad), pero a llegar a una época de madurez, casi la mayoría también,
están gravemente insatisfechos, sin exagerar. Digan lo que digan, las personas
felices y realizadas se les nota desde lejos; generalmente son saludables,
están en su peso, su actitud es agradable, no se quejan de su trabajo, marido,
esposa, jefe. Y muy probablemente no son famosos ni ricos o no salen en
revistas. Se podría decir que han conseguido una vida exitosa. No quiero decir
con esto, que corras a hacer lo que hacen ellos, porque caeríamos en la misma
historia de seguir un modelo.
¿Por qué caemos en desear cosas que no
queremos? Podemos armar muchas teorías, pero en mi personal opinión, es que no
nos conocemos. Nos dejamos llenar de in-formaciones
externas, nos dedicamos la mayor parte del tiempo en complacer a los demás,
para demostrar erróneamente afectos o una “buena” conducta; aplicando un exceso
de “sacrificio” porque se nos ha dicho que eso es muy bueno. Que en algún
momento nos volvemos en autómatas, hacemos todo por rutina o porque lo es lo
“que se debe”, lo que se espera de nosotros. Si lo analizamos desde el punto de
vista económico, de salud, de ambiente ya sea de trabajo, familiar o de
pareja. Siempre es más caro, menos
productivo, más cansado, ir contra tu propia corriente.
Más sin embargo, lo que hace feliz a una persona es hacer lo
que más le gusta, eso genera en ella endorfinas igual que cuando se está
enamorado, mejorando su humor. Por ende no estará estresada por no querer ir a
hacer lo que hace, probablemente se le vaya el tiempo como agua, dedicará su
tiempo con gusto, y sin que alguien le ofrezca un premio, tratará de hacerlo
cada vez mejor. Suena a que encontró su propio éxito.
¿Y
tú ya sabes que te hace feliz de esa manera?